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Natalia Meléndez Malavé (Málaga, 1978) es una estudiosa del humor. Doctora en Periodismo, cree que este sexto sentido es fundamental para abordar aspectos de la vida que no se pueden controlar. Este viernes será la encargada de ofrecer la conferencia inaugural del carnaval, que cumple ... su 25.º aniversario y organiza el Aula de Cultura de Diario SUR en colaboración con la Fundación Ciudadana, Cervezas Victoria y el Museo Picasso.
-¿Un día sin reír es un día perdido?
-Totalmente. No te puedo decir otra cosa porque me dedico a investigar el humor y he realizado una tesis sobre humor gráfico que me ha cambiado la vida. Ahora lo tengo bastante claro y, como dice Buenafuente, reír es la única salida. Cuando uno está un poco desesperado y se encuentra ante las cosas de la vida que no se pueden controlar, como es la crisis mundial que estamos viviendo, si no nos reímos no tenemos asidero. Es lo único que te queda si no tienes una motivación religiosa.
-¿Cuánta importancia tiene la risa en nuestra vida diaria?
-Eso depende de la persona. Yo creo que nos puede ayudar mucho, pero es difícil de forzar o de aprender. Ahora hay personas que trabajan en ello, e incluso equipos especializados que apoyan a las empresas en técnicas de psicología positiva. Yo no soy muy fan de eso, pero porque creo que es difícil enseñar. Hay personas que nacen con ese sentido más elevado que otras.
-¿Y qué papel juega el carnaval en este aspecto?
-El carnaval tiene dos modalidades -el cuarteto y la murga- que son eminentemente humorísticas, aunque también se lo pueden permitir las comparsas y el coro. El carnaval es humor, transgresión, cambio de papeles… es donde se puede trastocar la realidad. El historiador Mijail Bajtin hablaba del carnaval en la Edad Media y el Renacimiento y ya explicaba la vertiente lúdica del carnaval pese a tratarse de una época negra.
Conferenciante Natalia Meléndez Malavé, doctora en Periodismo en la UMA.
Título
Lugar Auditorio del Museo Picasso.
Fecha y hora Viernes 4 de febrero, a las 20 horas.
Organiza Aula de Cultura de Diario SUR en colaboración con la Fundación Ciudadana del Carnaval de Málaga, Cervezas Victoria y Museo Picasso.
-¿Habría menos crispación en la sociedad si hubiera más carnaval?
-Ojalá. Ahora mismo estamos en un momento en el que estamos todos muy enfadados y nos lo deberíamos tomar todo un poco menos en serio. El usted no sabe quién soy yo; ese ego es un poco problemático. Si lo dejáramos a un lado nos convertiríamos en algo mejores, pero es una visión un poco ingenua.
-¿Ingenua por qué?
-Porque hace falta un ejercicio muy grande de generosidad y mucha gente no quiere dar su brazo a torcer. A muchos colectivos les renta más estar enfadados; hay mucho cinismo en todo esto y aunque al principio siente bien el humor, al final no queda del todo bien ejercerlo.
-Cuando se habla de humor y carnaval, determinados sectores lo asocian a un tipo de humor chabacano. ¿Qué le parece eso?
-Las personas que se dedican al carnaval han hecho una evolución bastante firme para lograr que se cambie esa idea. Los carnavaleros tienen referentes humorísticos muy refinados, van aprendiendo y meten cosas de lo que se llama humor inteligente; esa parte chabacana se está rompiendo un poco y se están derribando esos tópicos. La sociedad ha madurado y estamos dando pasitos. Por eso me he acercado yo al carnaval.
-¿Qué le parece el revisionismo sobre el humor que se hacía antes?
-Hay que entender ese humor en su contexto. Hace 20, 30 o 40 años, los imitadores y cuenta chistes hablaban de temas sobre los que no habíamos reflexionado como sociedad. Ahora es muy fácil afear a un humorista determinadas conductas.
-¿Eso es positivo?
-Los humoristas pueden estar acertados en un momento y en otros no. Incluso hay momentos en que los cómicos se han dado cuenta de que no lo han hecho del todo bien porque ha habido personas o colectivos a los que se les puede dañar. El problema es cuando se pasa de la reprimenda social a cosas muy graves como pueden ser consecuencias legales. Eso me parece fuera de lugar. Hay ciertas cosas sobre las que no me parece adecuado hacer bromas, pero tampoco entiendo que un humorista pueda terminar en el banquillo; son dos cosas diferentes.
-El cronista del Carnaval de Málaga, David Delfín, dice habitualmente que el carnaval es periodismo cantado. ¿Qué opina de eso una doctora en Periodismo?
-Estoy totalmente de acuerdo. Como también dice el pregonero de este año, Miguel Gutiérrez, el carnaval nunca se va a acabar porque siempre ocurren cosas nuevas. Aunque yo no soy una gran carnavalera, cuando estoy en casa viendo los informativos comento con mi marido este tema u otro es susceptible de carnaval.
-Cuénteme cuál ha sido su vinculación con el carnaval
-La misma que con todos los grandes eventos en directo que ocurren en la ciudad: lo he seguido a través de los medios de comunicación. No soy tan fan como para ir presencialmente ni para participar. Si yo tuviera que hacer letrillas, saldría todo el mundo llorando. También recuerdo que cuando era estudiante, durante las épocas de exámenes me ponía a ver alguna actuación para relajarme, tanto de Málaga como de Cádiz. Soy una enamorada del ingenio y de las personas que son capaces de crear algo humorístico; por eso es imposible que no me guste.
-A nivel universitario, las visitas al carnaval de Cádiz siempre han tenido mucha fama
-Es verdad. A ver si este año, que no hay carnaval allí en febrero, vienen los universitarios de Cádiz al nuestro.
-¿Qué pensó cuando le propusieron dar la conferencia inaugural?
-Cuando David Delfín me enseñó la lista de los conferenciantes, que empieza con Garrido Moraga y está llena de nombres del mundo de la cultura, me asusté mucho y pensé en salir corriendo. Pensé que se habían equivocado, pero lo tenía que hacer porque estoy convencida de que tengo que participar en todo lo que pueda aportar algo a Málaga… con mis escritos, investigaciones, desde la facultad, el Ateneo… Tengo que intentar aportar mi pequeño granito de arena en mi entorno cercano. En última instancia, también lo hago por mi padre, que me falta desde hace unos pocos meses y que estaría muy orgulloso y le hubiera gustado.
-Su conferencia se titula 'Hacer pensar, hacer reír. ¿Van de la mano?
-El escritor Augusto Monterroso dice en su libro 'Movimiento perpetuo' que el humorista hace pensar y, a veces, hasta hacer reír. En el año 2000, cuando empecé mi tesis sobre humor gráfico, me hacía gracia que se llamase humor a algo que no nos hace reír, sino que nos provoca una pequeña explosión en el cerebro, un fogonazo de inspiración sobre el poder, la política o nuestro comportamiento. Creo que esa es una frase muy inteligente.
-¿Cómo será la conferencia?
-Ya la tengo lista y no quiero desvelar mucho. Sólo puedo decir que tendrá dos partes: una primera en donde daré la conferencia y una segunda en la que haremos una tertulia con murguistas de la fiesta. Será muy interesante porque contaremos con un cuartetero, un componente de una murga callejera y dos murguistas que participan de forma habitual en el concurso.
-Ahora que se ha metido de lleno en el carnaval, ¿qué es lo que más le ha sorprendido?
-Me ha sorprendido lo absolutamente volcada que está la afición al carnaval, que está todo el año escuchando coplas. Me han interesado mucho los ensayos, la inspiración, la dedicación que tienen y creo que, en general, que son bastante buenas personas y muy divertidos.
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