Hace más de dos décadas nació el proyecto para la construcción de un establecimiento hotelero, bautizado como El Cantal, en la zona del término municipal ... rinconero del mismo nombre, a medio camino entre los núcleos de La Cala del Moral y Rincón de la Victoria. En su momento, contó con la licencia oportuna por parte del Ayuntamiento, tal y como recuerda el actual responsable de Urbanismo, Miguel Ángel Jiménez. De hecho, en 2004, con la autorización correspondiente, comenzaron las obras.
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Sin embargo, la inversión no llegó a culminarse y lo que iba a ser un alojamiento quedó abandonado a su suerte; una mole de hormigón sin uso. «Uno de nuestros ojeadores vio que podía ser una oportunidad interesante para poner en marcha una promoción y arrancaron las negociaciones», explica Julio Alberto Gutiérrez, presidente de la Federación de Cooperativa de Vivienda de Andalucía (Fedeviand) y delegado de la Confederación de Cooperativas de Vivienda de España (Concovi) en la comunidad autónoma. De este modo, lo que era un mamotreto inútil, ha pasado a convertirse en el futuro residencial La Jábega. Serán un máximo de 73 viviendas, en la calle Miro, con zonas ajardinadas, gimnasio, piscinas y vistas al mar. Su tipología va desde los dos a los cuatro dormitorios, todas con terrazas, dos plazas de garaje y trastero y sus precios oscilan entre los 210.000 y los 300.000 euros.
«No son viviendas protegidas, son de renta libre», deja claro Gutiérrez. Aunque hay una importante diferencia, no hay beneficios para el promotor, si no que se ejecutan a precio de coste, ya que, en lugar de impulsarse de forma privada, todo el procedimiento avanza de forma colaborativa, sufragado entre los distintos socios y con el respaldo y asesoramiento técnico de Fedeviand y Concovi. Esto, argumenta Gutiérrez, facilita la defensa de los intereses de los propietarios ante las administraciones, algo clave para la obtención de los permisos y para hacer frente a cuestiones como los cambios en el planeamiento.
El responsable de Fedeviand también deja claro que, con esta supervisión, se aplican controles y garantías que evitan que los proyectos queden paralizados. Por ejemplo, en el caso de La Jábega, ha sido preciso una modificación en la calificación original de la parcela, que implica que el terreno ya no es de uso comercial, sino residencial, para dar cabida a las 73 viviendas que hay previstas como máximo y que aprovecharán parte de la distribución del hotel, aunque ampliando los espacios.
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Además, con esta innovación, el Ayuntamiento recibe dos locales, que suman unos 2.000 metros cuadrados, que pasan a formar parte del patrimonio municipal, como indica el concejal.
Una de las ventajas de esta promoción es que, al estar ya en parte levantado el edificio, el plazo de ejecución es más corto, en torno a 14 meses. De hecho, la promotora que las comercializa, Oiko, portal inmobiliario especializado en este tipo de promociones de economía social, apunta que está todo ya prácticamente vendido.
«Las cooperativas de viviendas no son otra cosa que un grupo de personas que se agrupan para construir una vivienda», apunta Gutiérrez. La diferencia, sostiene, es que, a través de las gestoras homologadas y protegidas, queda garantizada la seguridad jurídica y, al quedar reservado el dinero solo al uso que está previsto, se evitan fraudes.
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En este contexto, en el que hay problemas para la construcción y que muchos ayuntamientos están interesados en facilitar el acceso a la vivienda, desde las organizaciones cooperativas defienden que es preciso que la legislación también contemple beneficios fiscales, que abaraten los impuestos a los que hay que hacer frente. Del mismo modo, llama la atención sobre los problemas para el acceso al crédito para muchos potenciales compradores.
Las futuras viviendas de La Jábega se levantarán a escasa distancia de otro proyecto colaborativo que está en marcha en el municipio, el 'cohousing' Tartessos. Este último, que está previsto que se inaugure el próximo agosto, está destinado a un perfil 'senior'; lo que se construye no es un bloque de viviendas como tal, sino un conjunto de unidades habitacionales en las que no hay propietarios; son 65 socios que tienen cesión de uso mientras vivan, al igual que sus herederos si así lo desean.
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