La polémica está servida, y nunca mejor dicho. En el pequeño municipio axárquico de Iznate, de apenas 900 vecinos empadronados, no se habla de otra cosa desde el pasado sábado. Un grupo de una veintena de jóvenes organizó una auténtica «procesión del alcohol» en el ... pasacalles del Carnaval, que ha generado una gran polémica y un enorme revuelo en esta tranquila localidad situada en pleno corazón de la comarca oriental, rodeada de viñas moscatel, olivos y fincas de aguacates y mangos.
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La 'perfomence' incluyó dos tronos, con sendas botellas de alcohol, una de ron de la marca Barceló, y otra de ginebra de la marca Larios Rosé. Ésta última es la que más ha ofendido a muchos de los vecinos, que han puesto el grito en el cielo al recrear a la Virgen de los Dolores, patrona del municipio axárquico, con su característico manto. El cortejo procesional carnavalero incluyó además a los porteadores de los dos tronos, la banda de música, con cornetas y tambores, penitentes, mujeres de mantilla y hasta uno de ellos vestido de Papa.
El revuelo que se ha generado en las redes sociales está siendo muy grande, con decenas de comentarios a favor y en contra del grupo, que fue premiado por los organizadores del Carnaval de Iznate con el primer premio. «Ole ahí esa juventud divertida y todo el trabajo que hay detrás, enhorabuena chic@s», escribe en un comentario en la red social Facebook Miyela Fuentes. «Que bien que los jóvenes se animen a participar en el carnaval, cada año más y mejor!! Esa es la actitud!», apunta Marta Pineda.
Sin embargo, el párroco del pueblo, Daniel Ceratto, ha mostrado su «profundo malestar» por esta representación carnavalera del sentimiento religioso, que ha considerado «una grave mofa y una gran ofensa hacia la Iglesia». Así, el cura, que también ejerce en el vecino municipio de Benamocarra, ha asegurado este martes a SUR que «más de medio centenar de vecinos, especialmente las personas mayores y que se confiesan religiosas», le han trasladado su malestar por lo ocurrido y por el hecho de que el Ayuntamiento de Iznate, gobernado por el PSOE con mayoría absoluta, premiara a este grupo carnavalero.
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«El manto de la Virgen de los Dolores es una ofensa para las personas que tienen sentimientos religiosos», ha apostillado el cura, quien ha dicho que no ha querido trasladar hasta ahora el asunto al Obispado «para no crear más revuelo ni enfrentamientos» con los vecinos que participaron en el montaje ni que se mostraron partidarios del mismo. Además de la «procesión del alcohol», los participantes, que se autodenominaron como grupo carnavalero «la última y nos vamos», recitaron un padre nuestro adaptado a la temática etílica y una oración, también con alusiones a la bebida, adaptando una que se usa en el municipio axárquico, llamada 'Alma de Cristo'.
«Niñas con mantilla, estandarte procesional, monaguillos, sacerdote e incluso obispo, y tronos. Lo mismo, pero revistiéndolo todo de una temática que podríamos llamar de borrachera. Lo de sola y borracha parece que ha calado. Uno de los tronos era una gran botella de Larios, pero con un manto que simula el de la Virgen, cualquier iznateño cae en la cuenta de que se trata de la muy querida en el pueblo Virgen de los Dolores. No hay otra. ¿Ahora se le podría cambiar el nombre a Virgen De Larios? El obispo con mitra con una gran cruz en el pecho, en fin», ha argumentado Ceratto, de origen italiano.
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Para el cura de Iznate, «no siempre aquello que te divierte a ti, será correcto, y hasta podemos poner ejemplos más o menos comunes: a uno le podría parecer gracioso y ser súper divertido ir encendiendo fuego a la cola de un gato… U otro, que fue viral, le pareció muy gracioso entregar a un mendigo un bocadillo con pegamento... ¿Todo vale y el que divierta es el principio supremo?», se ha preguntado el párroco iznateño.
Por su parte, este periódico ha podido hablar con varios vecinos, que han dado su opinión sobre la polémica, pero no han querido que aparezcan sus nombres. «Cada uno que piense como quiera, pero es mejor dejar ya todo esto atrás y no removerlo más, somos un pueblo pequeño y no debemos dar lugar a estos enfrentamientos entre los vecinos por el Carnaval», ha expresado una de ellas. Para otro iznateño, «en esta sociedad cada persona puede hacer críticas pero si es con respeto, pero poner a la imagen de la patrona en forma de botella me parece una gran ofensa, me molestó».
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Uno de los participantes en el montaje ha declinado atender a este periódico. «He pensado que no quiero hablar, es un pueblo pequeño, la mayoría somos familiares unos de otros y no quiero que se líe más, ni yo ni mi grupo de carnaval», ha escrito a SUR. Por su parte, este periódico ha intentado, sin éxito hasta el momento, recabar una versión del alcalde iznateño, Gregorio Campos (PSOE), sobre esta polémica carnavalera.
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