Los regantes de la Axarquía respiran algo más aliviados desde esta semana tras restablecerse el suministro de agua desde el embalse de La Viñuela, que fue interrumpido el 1 de octubre de 2022 debido a las mínimas reservas. Casi dos años después, los ... agricultores de las 6.535 hectáreas del Plan Guaro, es decir las fincas situadas por debajo de la cota de 140 metros de altitud sobre el nivel de mar, dispondrán, hasta el próximo 27 de septiembre, de un caudal máximo de tres hectómetros cúbicos, lo que supone alrededor de 459 metros cúbicos por hectárea.
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Este cambio ha sido posible gracias a las 'milagrosas' lluvias de la pasada Semana Santa, que aunque no han permitido a la presa viñolera salir del nivel rojo, que se sitúa en unos 41 hectómetros cúbicos, sí que le han cambiado considerablemente la cara al 'corazón' de la Axarquía. Así, el embalse, del que se abastecen 14 de los 31 municipios y con el que se regaban hasta hace apenas dos años las más de 14.000 hectáreas que la propia Junta admite que hay ya sembradas de mangos y aguacates, cuenta con casi 30 hectómetros, el doble que hace un año.
Sin embargo, cabe destacar que esta dotación de emergencia no representa ni la tercera parte de lo que recibían los regantes en el verano de 2022, cuando la dotación estaba fijada en 1.500 metros cúbicos por hectárea. Anteriormente, en los años de normalidad, alcanzaba hasta los 4.500 y 5.000 metros cúbicos por cada 10.000 metros cuadrados de cultivos. Esta situación tan penosa se ha compensado, solo en parte, con los aportes de las aguas regeneradas procedentes de las depuradoras de Vélez-Málaga, Rincón de la Victoria, El Peñón del Cuervo en la capital y las dos de Torrox. La de Algarrobo sigue sin poder usarse por sus altos niveles de salinidad y turbidez.
No en vano, estos recursos, que la Junta cifra en un máximo de 22 hectómetros cúbicos anuales, aunque en la práctica y, por el momento, están siendo bastante menos, apenas llegan a la mitad de la superficie regable del Plan Guaro, fundamentalmente a la zona de la margen derecha, al oeste del río Vélez. Este entorno, con unas 3.500 hectáreas de cultivos subtropicales, está pudiendo ya mezclar los recursos de la presa con las aguas regeneradas, para rebajarles la salinidad. Por contra, la margen izquierda no estaba recibiendo, hasta ahora, aportes hídricos del embalse, al no contar con las canalizaciones necesarias. Estaban teniendo que sacar adelante sus fincas únicamente con pozos o con aguas de los ríos de la zona.
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Las comunidades de regantes de esta zona, agrupadas en la llamada Junta Central de Usuarios de la Axarquía, que suman unas 2.500 hectáreas, lo que supone casi el 40% de la superficie regable, vienen pidiéndole a la Junta de Andalucía, como administración competente en materia hídrica, que les ayuden a disponer de conexiones con las depuradoras de Rincón de la Victoria y Peñón del Cuervo. Así, según ha explicado a SUR Jaime Zaldúa, el secretario de esta entidad, que conforman 25 comunidades, tienen ya un anteproyecto de la tubería necesaria, de unos 20 kilómetros, que costaría alrededor de 30 millones de euros.
«Estamos manteniendo reuniones constantemente con ellos (con la Junta), y con el Gobierno central, concretamente con la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias (SEIASA), para que nos permitan ejecutar estas obras, que tendríamos que devolver con un canon durante un periodo largo de años, por ejemplo, de 30, como ha ocurrido ya con otras grandes obras de infraestructuras que se han hecho en toda la zona», ha comentado. «Estamos incluso en conversaciones con entidades financieras, como Caixabank, para que nos faciliten la financiación», ha apostillado este abogado malagueño. «Sabemos que son obras costosas, que llevan sus trámites, pero necesitamos que se pongan en marcha cuanto antes, porque las regeneradas no están llegando a toda la zona regable del Plan Guaro», ha manifestado Zaldúa.
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Respecto al proyecto de la desaladora pública de la Axarquía, el secretario de la Junta Central de Usuarios de la Axarquía ha confirmado que, tal y como ya publicó SUR, han registrado ante el organismo de cuenca, en la Junta, la petición para una concesión de aguas desaladas de hasta 25 hectómetros cúbicos, conjuntamente con la margen derecha del Plan Guaro, que conforman la Junta Central de Usuarios del Sur del Guaro. «Ahora la Junta está elaborando un anteproyecto, con una consultora malagueña, para entregárselo al Ministerio para la Transición Ecológica antes de final de año», ha desvelado.
Paralelamente, ambas juntas centrales, que van a unirse para conformar «una Junta General de Juntas Centrales o una Mancomunidad», están a la espera de que la Mancomunidad de Municipios de la Axarquía, propietaria de la empresa pública Axaragua, confirme si van a entrar también en esta concesión para disponer de una parte de los recursos hídricos desalados para el abastecimiento humano. Luego el Ministerio tiene que hacer una encomienda a la sociedad pública Acuamed, que será la que construya la desaladora, para la que el Ejecutivo central ha comprometido cien millones de euros, «que también son un crédito, de manera que los regantes y usuarios tendrán que acabar devolviéndolo, vía un canon, a la administración estatal», según ha detallado Zaldúa.
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