La primavera avanza sin que se atisben lluvias que pongan fin a la sequía extrema que azota a la provincia, especialmente a la Axarquía. Con los hoteles y las terrazas repletos por la Semana Santa, el contrapunto amargo se vive en el campo, donde miles ... de agricultores siguen con la vista puesta en el cielo. Si no hay lluvias antes de que llegue junio, la situación puede ser catastrófica para los cultivos malagueños, tanto los de regadío como los de secano.
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A la espera de que el cielo cambie de tendencia en las próximas semanas, la Junta, como administración competente en la gestión de los recursos hídricos en la Cuenca Mediterránea Andaluza, sigue lanzando mensajes de «calma y tranquilidad», asegurando que el abastecimiento a los más de 1,6 millones de habitantes de la provincia, a los que se suman millones de turistas, «está garantizado» en los próximos meses, incluso si continúa sin llover.
Sin embargo, alguna de las iniciativas puestas en marcha para paliar este déficit hídrico, empiezan a lanzar mensajes de alerta sobre la delicada situación. Éste es el caso del trasvase desde el nerjeño río Chíllar, que arrancó a finales del pasado noviembre tras años de retrasos e incumplimientos, para el abastecimiento de parte de los 230.000 habitantes de la Axarquía, incluidos dentro del sistema de La Viñuela, en situación de emergencia por sequía grave, con la presa a apenas el 10,2% de su capacidad, con tan sólo 16,8 hectómetros cúbicos almacenados. Hace un año eran 27,5. En noviembre pasado alcanzó su mínimo histórico, con 15,2 hectómetros.
La falta de lluvias en la Sierra Almijara, de la que se nutre el potente acuífero nerjeño, ha provocado que los técnicos de la Administración regional hayan decidido rebajar el volumen del trasvase desde el río al detectar «signos de agotamiento» en el acuífero, del que se abastece también Nerja, con 21.450 habitantes y capital turística de la comarca oriental, y se riega casi toda su vega, con más de 300 hectáreas de cultivos, principalmente aguacates.
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Así, según ha informado este jueves, en declaraciones a la Cadena Ser en Málaga el vicepresidente de Axaragua, la empresa que gestiona el agua en alta en la comarca oriental, el socialista Gregorio Campos, «debido a problemas técnicos y del acuífero» se ha pasado de trasvasar, el pasado diciembre, entre 80 y 100 a 50 litros por segundo, lo que supone una bajada de 3,2 hectómetros a apenas 1,57 al año. El consumo en la Axarquía está garantizado gracias a las aportaciones que están llegando desde la capital, con un caudal medio de 300 litros por segundo, lo que supone alrededor de 9 hectómetros al año.
Cuando se inició el trasvase de Nerja, el director general de Infraestructuras del Agua, Álvaro Real, anunció que iban a firmar un convenio con la Universidad de Málaga para hacer un seguimiento de la explotación del acuífero garantizando su «gestión sostenible». La autorización ambiental permite la extracción de un máximo de 5,2 hectómetros al año, «conforme se vaya utilizando se va a hacer un seguimiento, nos irán dando información en qué estado se encuentra», dijo. En enero de 2022 empresarios y regantes de Nerja pidieron estudios previos al trasvase y advirtieron del «peligro de salinizar el acuífero».
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Por su parte, según los cálculos de la Junta, en caso de que siga sin llover y, por tanto, sin conseguir aumentar sus maltrechas reservas, de la presa viñolera apenas se podrían extraer ya ocho hectómetros cúbicos, ya que por debajo de los nueve no sería técnicamente viable, debido a que sería ya agua no apta para el consumo, «dada la abundante presencia de materia orgánica y lodos», según Campos. Con este complicado panorama, del embalse axárquica apenas se podrían seguir extrayendo recursos para el abastecimiento durante seis o siete meses, a un ritmo de alrededor de uno al mes, ya que hay que contar con el efecto de la evaporación natural.
Ante esta situación tan delicada, el responsable de Axargua ha vuelto a hacer un llamamiento a la «concienciación ciudadana para ahorrar agua al máximo», al tiempo que ha destacado la importancia de ser «solidarios» con los agricultores de la comarca oriental, que desde el pasado 1 de octubre no están recibiendo ya aportaciones del embalse, teniendo que sacar adelante sus fincas de aguacates y mangos con aguas regeneradas de las depuradoras y de pozos propios los que dispongan de ellos.
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El pasado octubre la Junta comunicó a los regantes que sólo contemplaba recuperar el riego en la Axarquía si llovía la mitad de lo habitual en un año, es decir, 215 litros por metro cuadrado. A fecha de este jueves 6 de abril la pluviometría en la cuenca del embalse es de 176 litros, que en su práctica totalidad cayeron el pasado diciembre. Hace un año habían caído ya 203 litros. El último año hidrológico se cerró en 240.
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