AGUSTÍN PELÁEZ
VÉLEZ-MÁLAGA.
Miércoles, 6 de mayo 2020, 00:02
La decisión del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de reactivar en pleno confinamiento el trámite para publicar la Orden Ministerial que desarrolla el plan plurianual para la pesca de las especies demersales -salmonete, merluza, cigala y gamba roja, entre otras- en el Mediterráneo occidental ha generado gran malestar en el sector pesquero malagueño, y muy especialmente en el de la flota de arrastre, que se encuentra de parada biológica desde el 1 de mayo. Lo mismo sucede en el resto del litoral mediterráneo donde se estima que se verán afectadas por esta norma unos 600 buques (36 en la provincia). La intención de publicar la orden fue comunicada por la Secretaría General de Pesca a las organizaciones del sector pesquero del Mediterráneo el pasado 29 de abril.
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Ante esta situación, diferentes asociaciones del sector pesquero han solicitado al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, que detenga el proyecto de orden ministerial al considerar que se realiza «sin consenso» y reducirá el número de capturas y el abastecimiento de pescado fresco de la población.
Entre las novedades que incluye la orden se encuentra la aplicación de zonas de veda para pescar en la modalidad de arrastre durante tres meses continuados al año. Esto para el sector «imposibilita» ejercer la pesquería debido a la escasa anchura de la plataforma. Además señalan que esta parada temporal de tres meses continuados sería en pleno verano, según ha explicado la presidenta de la Federación de Cofradías de Pescadores de la provincia y patrona mayor de Caleta de Vélez, María del Carmen Navas.
Para el sector, además, este no es el momento económico y social para publicar la orden, por las repercusiones negativas e irrecuperables que pueden acarrear a la pesca, y «porque, seguramente, provocará la paralización definitiva y paulatina de bastantes embarcaciones», según las principales organizaciones pesqueras.
El sector pesquero en general recuerda la difícil situación que vive, ahora agravada por la crisis generada por el Covid-19, en la que ha dado la cara manteniendo la actividad para poder suministrar productos pesqueros a la población, en un momento sumamente crítico en el que ha llegado a quedarse paralizada casi el 75% de la flota debido a la caída de la demanda de los productos y para evitar posibles contagios por no poder mantener la distancia física de seguridad de los trabajadores por las características de los barcos.
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El Reglamento Comunitario para la pesca demersal establece asimismo un régimen de gestión del esfuerzo pesquero basado en días de pesca que se calcula a partir de la actividad media realizada durante el periodo 2015 a 2017. Asimismo establece que durante el primer año del plan (2020) el esfuerzo pesquero se reduzca un 10% el esfuerzo y en los cuatro años sucesivos hasta un máximo de un 30% adicional en función de la situación del stock.
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