Paseo por el entorno geológico del bajo Vélez a través de cuatro millones de años de evolución

La actividad se enmarca en un proyecto, parcialmente financiado por el Ministerio para la Transición, de defensa de la geodiversidad, es decir los valores de carácter geológico existentes en la comarca oriental. A juicio de Yus, «gran parte de la población conoce la importancia de la biodiversidad, la defensa de las especies de seres vivos y sus hábitats, pero hay menos conocimiento sobre el otro elemento del binomio de la Ley de Espacios Naturales, la geodiversidad». Para este experto, «en la Axarquía hay diversos elementos geológicos que merecen ser protegidos por su valor didáctico y testimonial del pasado geológico de esta tierra». Por este motivo, GENA-Ecologistas en Acción está desarrollando un plan para su puesta en valor.

«En el Bajo Vélez concurre una serie de elementos de gran importancia geológica. Este lugar ha sido el escenario de varios periodos geológicos desde hace más de cuatro millones de años, como evidencia más antigua, porque era una zona en la que se ha ido alternando periodos en los que el mar estaba más alto que actualmente, lo que se conoce como transgresión marina, y llegaba hasta más arriba de Vélez-Málaga, y otros periodos en los que el nivel del mar estaba más bajo, la regresión marina», ha apostillado Yus en un comunicado.

Según el biólogo y geólogo, «todo esto ha ido produciéndose sobre los materiales geológicos más antiguos de la comarca, pertenecientes al Bético interno, que en este caso está representado por el Complejo Maláguide, periodo Silúrico (de hace 443-419 millones de años), compuesto en esta zona por una especie de pizarra llamada filita o lutita». «Los materiales sedimentarios visibles más antiguos datan del Plioceno inferior, de hace cuatro millones de años, en el que el mar entraba hasta donde está ahora el aeródromo, y allí desembocaba los río Vélez y Benamargosa», ha descrito Yus.

Gran parte de esta gran ensenada, que llegaba a las Campiñuelas, cuyas arcillas han servido para la industria del ladrillo, y en la costa quedaron los restos de una playa en el Peñón de Almayate. «Ya en el Cuaternario, el mar se fue retirando y en su lugar se fueron sedimentando los aluviales del río Vélez. En la época en que llegaron los fenicios a este lugar, hace 600 años antes de Cristo, el mar entraba todavía en tierra formando una ensenada navegable, con un puerto en Toscanos», ha apostillado.

Por su parte, desde el siglo XV, con la colonización y roturación de los montes tras la expulsión de los moriscos, la erosión de la agricultura de las laderas provocó un aluviamiento masivo del río, rellenando la antigua ensenada y convirtiéndola en un valle fluvial, de modo que el río Vélez ya en el siglo XVIII desembocaba a la altura de la actual carretera N-340, creciendo hasta alcanzar 900 metros mar adentro. Actualmente, desde que se construyó la presa de la Viñuela, el río apenas aporta sedimentos al delta, y ello favorece la erosión marina, perdiéndose 300 metros del primitivo delta, según ha estimado Yus.

Para este experto veleño, la importancia geológica del delta del río Vélez mereció en su día la calificación de 'Lugar de Interés Geológico por' (LIG) por el Instituto Geológico y Minero de España, y posteriormente por la Junta de Andalucía. GENA-Ecologistas en Acción está preparando una memoria para solicitar a dicha entidad el mismo calificativo para el Peñón de Almayate, actualmente considerado como 'hito paisajístico', representativo del Plioceno de Vélez.