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cristina pinto
Domingo, 25 de abril 2021, 22:10
Si se habla de las fiestas de Málaga, enseguida viene a la mente dentro de esa lista la Fiesta de Verdiales. Y el que sabe de esta fiesta le conoce a él: Paco Maroto.Él fue el que hizo que el estilo Comares fuese reconocido ... y se introdujese en el mundo de los Verdiales. Junto a su hija, Mariví Romero, recuerda todos los buenos momentos que ambos han vivido con esta fiesta, ya que ella lleva desde muy pequeña unida a este mundo y, entre uno de sus cargos, la vicepresidenta de la Peña Los Verdiales.
Desde los ocho años lleva Paco tocando el laud junto a su padre (que tocaba el violín) cuando llegaban las fiestas de Comares. «Cuando mi padre dejó de tocar, ya empecé yo con el violín. En Comares había unos fiesteros antiguos y de ahí rescaté toda la fiesta del estilo Comares. Ya llevo más de sesenta años con la panda», confiesa al alcalde y fundador de la panda Primera de Comares. Ahora él y «sus niños» son «toda una familia, como hermanos», como así lo menciona Paco. «Yo he visto a muchos niños crecer tocando Verdiales, a la mayoría los tengo desde que tenían ocho o nueve años. Los he casado, ya hasta tienen hijos. Ha sido una vida preciosa con ellos», confiesa a sus 88 años emocionado.
Con la raza de la fiesta ha ido siempre llevando el nombre de Comares allá donde iba. Medalla de oro de la provincia por su gran trabajo por los Verdiales; medalla al fiestero más antiguo en activo; hijo adoptivo de Comares o presidente honorífico de la Federación Provincial de Pandas de Verdiales son algunos de los reconocimientos que Paco Maroto ha tenido a lo largo del trabajo sembrado por y para los Verdiales.
Cuando recuerda aquellos inicios en Comares cuando Paco era todo un jovencito, Mariví no puede evitar comentarlo: «Cuando llegaba al pueblo todo el mundo le temía porque entraba que hasta las piedras de las calles echaban chispas. Era y es muy juerguista», apunta su hija. «Y después ha llevado el estilo Comares por el mundo entero», añade.
Paco Maroto no puede evitar las risas al recordar todas las anécdotas que ha vivido, aunque se podrían resumir en estas palabras que el fiestero destaca: «Trabajaba en el campo de día y por la noche de fiesta, estuviese lloviendo o como fuese. Nos reuníamos los vecinos por las noches y echábamos hasta las doce porque al día siguiente había que trabajar. Pero las fiestas no las dejábamos nunca», confiesa el fundador y alcalde de la panda Primera de Comares. Después de tanto tiempo tocando en fiestas y en escenarios, Paco asegura tener muchas ganas «de que se vaya ya esta enfermedad y volver a las fiestas».
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