Óscar Campos: «En Iznate los extranjeros se sienten acogidos enseguida»

Con tan sólo 20 y tras terminar sus estudios, Campos comenzó las labores de mantenimiento que, 21 años después, sigue realizando en su pueblo, muchas de ellas a través del Ayuntamiento. Es, en definitiva, el mago oficial de los arreglos de Iznate: «Me encanta ayudar a los vecinos a resolver sus problemas, aunque a veces salen bien y otras mal. Pero acuden a mí en muchos casos y eso me gusta. Muchas veces también cuando tienen problemas con la compañía de luz para que yo haga de intermediario porque son personas mayores, y lo hago encantado», relata con emoción sobre su trabajo.

De Iznate, un pueblo lleno de encanto con poco más de 800 habitantes según su censo de 2018, este vecino habla maravillas. Cuenta con ilusión que en los días despejados y soleados se puede ver a lo lejos la costa africana, algo «muy especial» desde un pueblo de montaña. Además, este vecino destaca por su belleza la iglesia de San Gregorio VII, construida a finales del siglo XVI, con algunas modificaciones posteriores, de 1884 y 1946. También su mirador, Loma de Barcos, desde el que se puede ver zonas de Torrox y Periana, o sus rincones y callejones adornados con flores

Lo curioso de Iznate y que Óscar Campos señala es su ecléctica convivencia entre nacionalidades: «Antes había una comunidad inglesa importante, pero muchos eran muy mayores y ya se han ido. Ahora hay más daneses y belgas, y la convivencia es estupenda. Ellos están encantados con el trato porque el carácter andaluz ya se sabe cómo es, acogedor y campechano. En Iznate los extranjeros se sienten acogidos enseguida», explica.