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El desarrollo urbanístico de la margen derecha de la desembocadura del río Vélez es un proyecto anunciado por el Ayuntamiento de la capital de la Axarquía desde hace más de una década. Sin embargo, la crisis económica y los problemas de inundabilidad han frenado, hasta ... ahora, el impulso de proyectos como el de Playa Fenicia. El Consistorio veleño está tramitando una modificación del PGOU, desde julio de 2018, tras firmar un convenio con Larios, para impulsar, en un plazo mínimo de unos seis años, más de dos millones de metros cuadrados de terrenos, calificados como agrícolas de protección especial, en los que aspiran a poder ejecutar 1.221 viviendas y 2.152 plazas hoteleras, además de destinar 424.099 metros a equipamientos y zonas verdes.
El proyecto está en el trámite ambiental. Hace unas semanas la Delegación de Medio Ambiente evacuó el informe presentado por la Sociedad Azucarera Larios, trasladándolo en una fase de consultas previas. En conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente, alrededor de medio centenar de personas, convocados por la Sociedad de Amigos de la Cultura de Vélez-Málaga y el Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía (GENA-Ecologistas en Acción), realizaron el pasado sábado un recorrido por los hitos arqueológicos fenicios que rodean al delta del río Vélez, la zona que se pretende recalificar.
«De momento hemos expuesto nuestras razones técnicas y jurídicas para oponernos a este proyecto, un macroproyecto urbanístico similar al que se pretende ejecutar en la vega de Maro», ha argumentado el coordinador de GENA, Rafael Yus, quien ha detallado que entre las alternativas planteadas está crear una marina interior, al estilo de Ampuriabrava, en Gerona. «Es una auténtica aberración, pretenden una recalificación de un suelo protegido para poder especular con unos terrenos que tiene un gran valor medioambiental«, ha expresado.
El coordinador de GENA explicó a los asistentes que se trataba de «una marcha reivindicativa», en la que se pretendía mostrar «un rechazo total y sin paliativos al mencionado proyecto urbanístico en tierras de Larios, que destruiría el paisaje agrario, hoy protegido», del delta del río Vélez, y reivindicar el proyecto, elaborado en 1996 por esta asociación, publicado por el Ayuntamiento por iniciativa de su entonces alcalde, el socialista Antonio Souvirón, «altamente valorado» por el delegado de Medio Ambiente de Málaga, Ignacio Trillo, y por el entonces consejero de Medio Ambiente, Juan Espadas, consistente en acotar todo el delta y sus alrededores para crear un parque natural y arqueológico del Bajo Vélez, protegiendo completamente el delta y el Peñón de Almayate, actualmente hito paisajístico, y exhumar la enorme riqueza de restos fenicios que se encuentran enterrados en las inmediaciones.
El primer hito arqueológico que se visitó fue el Cerro del Mar, sede de la antigua Maenoba. Luego, tras cruzar el río Vélez por el puente del antiguo tren, los participantes visitaron las ruinas de Toscanos, donde se explicó que lo que allí se muestra es «menos del 5% de todo lo que hay enterrado». La marcha continuó hacia el peñón de Almayate, «donde constatamos la merecida catalogación como hito paisajístico que le dio el POT de la Axarquía», expresó Yus.
Desde su cima, aprovechando el espléndido paisaje marítimo-terrestre, con el verdor de las huertas de lo que es un paisaje agrario singular, actualmente protegido, los asistentes alertaron del «enorme desatino que supondrá la edificación, en este escenario, de la urbanización 'Playa Fenicia', con hoteles y además, su práctica destrucción al favorecer la entrada del mar hasta cerca de la carretera N-340, para que los dueños de los chalés puedan tener el puerto de su yate en su propia casa«.
Yus explicó las razones por las que este proyecto es «meramente especulativo»: «Sólo pretende conseguir la recalificación del suelo para revalorizarlo, porque el área es inundable tanto por tierra, el río Vélez, como por mar, debido al cambio climático o los maremotos, y porque la condición para hacer chalés en ese lugar es que haya un número proporcional de camas de hotel, de lo que no hay seguridad alguna de lograrlo», apostilló. Tras disfrutar el paisaje de la Axarquía que se vislumbra en la cota más alta del peñón, y ver los restos arqueológicos de la muralla fenicia del Cerro Alarcón, los asistentes iniciaron el descenso, admirando las antiguas canteras de cantillo, para volver al punto de origen de la marcha.
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