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La almachareña María Ruiz forma parte de la plantilla del Málaga femenino. Aunque vive en la capital, cuando echa la vista atrás, su primer recuerdo de la infancia le lleva a su calle, «jugando al balón». «La vecina estaba un poco cansada de mí, ... porque la pared estaba siempre llena de balonazos«, dice. »Allí empezó todo«, añade.
Si tiene que elegir un sitio favorito, le tira su pasión, y se queda con el campo de fútbol y el polideportivo, «donde he pasado tantísimo tiempo y he estado casi más allí que en mi casa, siempre haciendo lo que me gustaba«, remarca.
Como plan para conocer el pueblo, aconseja pasear por sus calles empinadas y estrechas, visitar la iglesia, el museo de la pasa y disfrutar de la gastronomía local. Para Ruiz, lo que más define a Almáchar es su carácter «acogedor». «Los vecinos son gente abierta, maravillosa, muy solidaria, personas humildes y trabajadoras. No puedo tener ninguna queja, son gente estupenda», afirma.
«No puedo decir que no me guste algo, es mi pueblo», confiesa. Con la pandemia, la futbolista echa de menos «los abrazos, los besos y los acercamientos». «Por desgracia estamos viviendo unas circunstancias extrañas, tenemos que cumplir las normas», apostilla.
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