El artista torreño, de 70 años, junto a uno de los centenares de cuadros que tiene en su vivienda de Caleta de Vélez. E. CABEZAS
La Granizada

Manuel Rincón: «Cuando vi un cuadro de Pollock en el MoMA pensé: 'este majarón pinta igual que yo'»

El empresario, artista plástico y mecenas del deporte cree que el odio y el rencor «es lo peor que puede tener una persona, si te encuentras en paz estás mucho mejor»

Miércoles, 10 de agosto 2022, 00:05

Manuel Rincón fue concejal del Ayuntamiento de Vélez-Málaga hasta 2012, cuando dimitió sin haber conseguido su «sueño» de que Torre del Mar tuviera Consistorio propio. Empresario sanitario de éxito, tras un acuerdo con Vithas en diciembre de 2016, se desprendió de buena ... parte del negocio, aunque mantiene clínicas dentales y de fertilidad. A sus 70 años, es un apasionado de la pintura y del mecenazgo deportivo.

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–¿Cómo ha vivido la pandemia?

–Al pie del cañón. Aún me queda empresa y estoy intentando montar una clínica en Torre del Mar. Hemos aprendido mucho de la pandemia, de los miedos que tuvimos al principio.

–¿Hemos aprendido algo como sociedad?

–La veo muy tensa, a muchos niveles. He aprendido a conocerme más, a reflexionar. Una noche recibí una llamada para comprar diez millones de mascarillas a 1,5 euros. Veía negocio y una insolidaridad tremenda. Había terminado de construir un hospital y se me ocurrió cedérselo a la Diputación y al SAS. Fue tan agobiante que aquello no salió. Era el momento de la solidaridad, me dediqué a repartir mascarillas, en contraste con esos grandes negocios.

–¿Cómo hubiera gestionado si siguiera como concejal?

–Ha sido muy difícil, era el momento de que la administración se abriera, pero se cerró. Lo mismo que los sanitarios tenían un contacto directo, la administración tenía que haberse acercado más. Siempre había una barrera, números. Recuerdo la crisis económica de 2008-2009, que pinté un mural que decía 'menos hablar y más bogar', es decir, más trabajar. Aquello iba dirigido a mi administración también. Los funcionarios, que los hay muy buenos, pero otros dejan mucho que desear. Era el momento de los funcionarios. En la sanidad han dado la talla.

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–¿Añora la gestión pública?

–Mi partido ha tenido una continuidad, con Jesús Atencia, que me llama 'maestro', me llena de orgullo, creo que hicimos un partido innovador. Las listas las hacía el pueblo, mucho antes que Podemos. La democracia no puede ser una partitocracia, siempre he defendido las listas abiertas. Los partidos nos condicionan a lo que quieren ellos. Muchos de los políticos no pueden y se tienen que doblegar a los que más mandan. Pero no solamente eso, desde los jueces, hasta todo lo que interviene en la ruleta del poder.

–Y el sueño de la independencia de Torre del Mar, ¿sigue vivo?

–Ya dije que soy pasado, el futuro son los que están ahora. Somos el partido independiente más antiguo de España, pero también el que más tránsfugas ha tenido. Muchas personas entran en la política para aprovecharse de la situación. A mí me han vendido al mejor postor, el PSOE me compraba a uno o a dos para su mayoría. Pero después de eso tengo amigos por todos lados. El otro día me encontré al secretario por el que fui condenado a pagar diez millones pesetas y a un año de cárcel, le di la mano y lo felicité por el hijo, que está haciendo una buena labor en el Ayuntamiento. El odio y el rencor es lo peor que puede tener una persona, intento que en mi vida no aparezcan esas dos palabras. Si te encuentras en paz estás mucho mejor. Pero sigo diciendo que falsificó documentos en el expediente de segregación y el juez dijo que no, que era un error administrativo. La condena por injurias fue lo mejor que me ha pasado, ese año, en vez de caerme, seguí. Si se te cierra una puerta, se te abre una ventana, te da una fortaleza muy grande. Me fui a Rincón a montar un hospital que sirve. Que es privado, es que lo privado y lo público tienen que estar integrados.

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–Cambiando de tercio, ¿qué le aporta la pintura?

–Me aportaba ya en los momentos difíciles de la política, buscar nuevos colores, nuevos espacios. La política fue muy dura, había cosas que no entendía, como no era el PSOE ni el PP, solo un partidito de Torre del Mar, con una ilusión de que naciera un pueblo. Eso sirvió para que desde Vélez, después de tantos años, nos tengan un cierto respeto. Los vecinos han encontrado en Jesús Atencia el que sigue ese objetivo. Si no viene el Ayuntamiento, no hay que radicalizarse. Lo importante es respetarse. Lo que demandaba eran servicios. Hoy en día con la informática se pueden dar servicios en cualquier localidad, lo que hace falta es voluntad de descentralizar.

–Sus cuadros son peculiares...

–Cuando me enfrento al lienzo voy buscando el equilibrio. Unas veces lo consigo, otras no, me gusta experimentar. Últimamente sí me creo que hago algunas cosas interesantes. Recuerdo que en 1994 fui a Nueva York a un partido de fútbol España-Italia, estuve en el MoMA, pensé: 'este 'majarón' pinta igual que yo', y era, ni más ni menos, Jackson Pollock. Con el tiempo he valorado también la pintura que hago. Antes no quería ni enseñarla a la gente.

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–¿Busca el éxito?

–No, porque si no hubiera expuesto mis cuadros más. Me han propuesto muchas y no las he llevado a cabo. Mis cuadros son una búsqueda, sigo buscando, nuevos espacios. Los pintores son muy interesantes. Está el comercial puro y el que lo usa como vehículo de escape, de complemento de su vida.

–Otra parte fundamental ha sido el mecenazgo deportivo, ¿cómo empezó?

–Nació de la política. La tensión que se vivía entre Vélez y Torre del Mar era tan grande, y posiblemente tan ridícula, también por mi parte. No tenía nada en contra del deporte veleño.

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–Ha salido en la prensa rosa en los últimos meses...

–Es una noticia falsa, tengo amistad con Bárbara Rey y con Bigote Arrocet. Es una gran mujer, una luchadora, he tenido oportunidad de tener conversaciones muy especiales y muy diferentes, la prensa rosa también es política. Respeto a todo el mundo, la base es que nos respetemos y aceptemos a la gente como es.

–Me ha confesado antes de empezar la entrevista que le han tratado de un tumor con radioterapia, ¿qué ha aprendido?

–Ha sido una experiencia interesante. Me he acordado mucho de Pablo Ráez, Me propusieron que pintara un cuadro en homenaje al 'Siempre fuerte', con la fundación del Málaga, me dio alegría y preocupación. Mi pintura es un lío que tenemos que desliar entre todos. Me gusta usar una palabra japonesa, 'wabi-sabi', que significa, la belleza de la imperfección.

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