Imagen del antes y el después de cómo ha quedado la iglesia de Frigiliana tras los trabajos de mejora en la fachada principal. SUR

La iglesia de Frigiliana estrena fachada tras su remodelación

La intervención realizada, con un coste de 62.840 euros, permite contemplar las distintas épocas de construcción del edificio, desde las fábricas del siglo XVI

Lunes, 14 de febrero 2022, 16:18

La iglesia de San Antonio de Padua de Frigiliana ya luce su nueva imagen exterior, tras los trabajos de restauración llevados a cabo por el Obispado. La intervención permite contemplar las distintas épocas de construcción del edificio, desde las fábricas del siglo XVI, en la nave central, en la torre y su primer cuerpo de campanas, hasta la remodelación y ampliación del templo en el XVIII, cuando fue añadida la nave del Evangelio, se amplió la altura de la torre, elevando las campanas, y se abrieron ventanales en el nuevo coro y en la torre.

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A lo largo de los siglos se efectuaron distintas reparaciones en la portada y la torre. Las obras han respetado las aportaciones de todas las épocas, así como las pátinas, que constituyen el valor propio del bien, habiéndose realizado una eliminación de las capas de pinturas que recubrían los materiales originales. Estas modificaciones se diferencian por el color del mortero de cal y por la arena empleada en su elaboración: la del siglo XVI era de tono más grisácea y la más blanquecina era la del siglo XVIII.

Según han informado desde el Obispado, los trabajos han sido realizados por la empresa Chapitel Conservación y Restauración, S. L. y han sido dirigidos por el arquitecto técnico Pablo Pastor. Las obras se han podido realizar gracias al convenio de colaboración entre el Obispado de Málaga y el Ayuntamiento de Frigiliana, siendo el importe de la inversión realizada de 62.840,2 euros.

La iglesia de San Antonio de Padua de Frigiliana, según explica Pablo Pastor, «fue instituida en 1505, a instancias de la Reina Isabel, bajo la advocación de Santa María, por disposición del por entonces arzobispo de Sevilla y Metropolitano de Málaga, el Dominico Fray Diego de Deza, según una bula del papa Inocencio VIII y confirmada más tarde, en 1510, por el papa Julio II. »Probablemente se utilizaría inicialmente la primitiva mezquita, reconvertida en templo cristiano«, han detallado.

Condado de Don Íñigo Manrique de Lara

En 1630, Felipe IV otorgó el condado de Frigiliana a Don Íñigo Manrique de Lara, alcaide del castillo y alcazaba, construyendo su palacio en esta localidad en 1640. «Es por iniciativa de estos nobles el sufragio de la construcción de esta iglesia, sobre la antigua ermita. Para ello se encargaron los trabajos a Bernardo de Godoy, maestro mayor de las fábricas del Obispado, quien, a finales de 1617, realizará las iglesias de Igualeja y Frigiliana. El promotor de ambas actuaciones fue el obispo Dominico Fray Alonso de Santo Tomás, cuyo escudo figura sobre la portada de acceso», han explicado.

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Construida en estilo mudéjar, inicialmente poseía una nave central y una nave del lado de la epístola, así como la torre, que era de un cuerpo menos en altura que la actual, donde se situaban las campanas. En la nave central, más alta y ancha que las laterales, destaca su armadura de madera de par nudillo y almizate, con tirantes de lazo que apoyan en ménsulas o canes, la nave lateral de menor altura, se cubre con una simple armadura de madera de colgadizo, en sus muros se abren hornacina para albergar imágenes.

En la última tiranta de la nave central que hay junto a la fachada figura la leyenda: «Bernardo de Godoy Maestro Maior me fesi desde cimientos año de 1676 años». En 1779 se autorizó la ampliación de la iglesia, donde se configura su aspecto actual interior más barroco, así como las actuaciones detalladas, que ahora se aprecian con más nitidez, según han resaltado desde el Obispado de Málaga en un comunicado.

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Imagen del templo en el Catastro de Ensenada. SUR

Un investigador local plantea la posibilidad de que exista una cripta

La restauración de la fachada de la iglesia de San Antonio de Padua de Frigiliana ha permitido apreciar algunos detalles interesantes que antes simplemente permanecían ocultos al espectador. Así lo ha destacado el investigador local y abogado Pablo Rojo. A través de las redes sociales, este vecino ha destacado «un esgrafiado situado bajo la cumbrera, justo en el eje central de la cubierta a dos aguas, en medio del cual se puede apreciar lo que parece ser una Cruz de Malta».

«Podemos distinguir perfectamente la obra del primitivo templo, que data de entre los años 1676 y 1678, y la nueva nave lateral, que comenzó a edificarse a partir de 1780. Esta ampliación fue sufragada por los propios vecinos de Frigiliana, y no por el Obispado, como demuestra un interesante documento existente en el Archivo Histórico Provincial de Málaga», ha explicado Rojo, detallando que la obra consistió en la construcción de las dos naves laterales, no sólo la opuesta a la torre, el crucero y la cabecera.

«Por lo tanto, la primitiva iglesia era extremadamente sencilla, de las llamadas 'de cajón', en la cual el altar mayor tan sólo debió de separarse el resto del templo mediante un llamado 'arco toral'. La ampliación quedó terminada en 1794 con la inauguración del nuevo altar mayor, destruido en 1936. Es absolutamente incierto, de contrario a lo que se indica aún en algunos textos oficiales, que la iglesia de San Antonio se reconstruye sobre la antigua mezquita musulmana, sino que fue erigida de nueva planta sobre un solar donado al efecto por el primer conde de Frigiliana, Íñigo Manrique de Lara«, ha apuntado el investigador local.

Por otro lado, según él, existió, efectivamente, una ermita de San Antonio, pero este templo estaba ubicado en el entorno de la Placituela, sobre un solar que fue vendido años más tarde. «Era en este humilde edificio donde los vecinos de Frigiliana asistían a misa mientras se estaba construyendo la Iglesia Parroquial. Por lo tanto, tampoco es cierto que ambos templos, iglesia y ermita, compartiesen el mismo espacio. Existió además una iglesia cristiana de fecha anterior, que probablemente ocupase el espacio de la ermita, y que fue destruido en tiempos de la Rebelión de los Moriscos (1569-1571)», ha señalado.

Para Rojo, «si observamos la representación que se hace de la Iglesia de San Antonio en el Catastro de Ensenada, fechado en 1752, observamos la existencia de una puerta debajo de la escalinata del templo». «Ésta podría corresponder, casi con toda seguridad, al acceso a una cripta subterránea, dado el considerable desnivel del terreno. Es posible que exista otra cavidad justo delante del altar mayor, donde se aprecia, a simple vista, un considerable hundimiento del terreno», ha descrito el autor, apuntado que en estas bóvedas subterráneas «era inhumado el personal eclesiástico del templo, así como miembros de algunas cofradías religiosas como por ejemplo la de Ánimas, de gran implantación en la localidad».

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