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El Hospital Comarcal de la Axarquía, ubicado en Vélez-Málaga, cumplirá el próximo verano sus primeros 40 años de vida, en los que ha ... visto como la comarca oriental ha ido evolucionando hasta rebasar los 230.000 habitantes empadronados en sus 31 municipios. El complejo sanitario está siendo objeto de importantes mejoras en los últimos años de la mano de la Junta de Andalucía, propietaria del recinto. Las actuaciones van encaminadas a la ampliación y optimización de los espacios y a una apuesta decidida por la eficiencia energética, con el objetivo de convertir el recinto en un edificio con balance energético cero, que aprovecha al máximo las energías renovables, especialmente el hidrógeno.
Entre las apuestas más innovadoras está el despliegue de una nueva generación de microrredes renovables combinadas de frío, calor y electricidad basadas en sistemas avanzados de gestión de energía con almacenamiento híbrido apoyadas en el hidrógeno, baterías y supercondensadores. El proyecto europeo denominado 'Improvement' se inició hace cuatro años, cofinanciado por el Programa Interreg Sudoe, según informó entonces la Junta de Andalucía en un comunicado. La iniciativa contó con un presupuesto de 2,5 millones y una duración de 36 meses.
Estos sistemas utilizan técnicas de control predictivo para garantizar la integración de las energías renovables y la mejora de la eficiencia energética de los edificios públicos para su reconversión en edificios de balance energético cero. Integrado en la denominada Red de Energía de la Junta de Andalucía, en el centro hospitalario de la Axarquía se han instalado las mejores soluciones para convertirlo en un edificio de balance energético cero, utilizando componentes pasivos (toldos, ventanas eficientes, aislamiento y orientación adecuadas) y activos (climatización eficiente y suelos radiantes) e incorporando los sistemas avanzados de gestión y almacenamiento energético que se han desarrollado en Improvement.
Según destacaron desde la Administración en el mencionado comunicado, la calidad y continuidad del suministro eléctrico son aspectos fundamentales en edificios en los que el equipamiento de alta tecnología es predominante y tienen un gran consumo energético para electricidad, calefacción y climatización, como los hospitales, centros de investigación o estaciones de transporte, entre otros.
Por su parte, el gerente del Área Sanitaria Málaga Este-Axarquía, Miguel Moreno, ha resaltado la importancia que este proyecto tiene para el desarrollo de las energías renovables en Andalucía. En este sentido, ha destacado que «el futuro de la energía pasa por el ahorro, la eficiencia energética y el uso de energías renovables y todo ello, para mejorar la calidad de vida de las personas y la sociedad». También ha reseñado la importancia de que «nuestro hospital haya sido designado en nuestra comunidad, para capitalizar los resultados de este proyecto, con lo que se demuestra el compromiso de la Junta con el ahorro y la eficiencia energética en los edificios públicos».
Por su parte, el ingeniero de la Unidad de Aplicaciones en el Centro Nacional del Hidrógeno (CNH2), José Félix Donoso, ha apuntado que el uso del hidrógeno «proporciona autonomía al edificio, lo que permite que opere de manera independiente en caso de fallos en la red principal». «El Improvement es un proyecto cuya finalidad es integrar en el hospital microrredes de generación renovable combinadas de calor, frío y electricidad con el objetivo de garantizar la calidad y la continuidad del suministro en edificios con cargas críticas», explicó Donoso al portal especializado Redacción Médica.
El proyecto parte de las infraestructuras renovables existentes en el centro, como paneles fotovoltaicos y solares térmicos, a las que se han añadido un electrolizador, depósitos de almacenamiento de hidrógeno y una pila de combustible. Este sistema permite producir hidrógeno cuando hay excedentes de energía solar, almacenarlo y convertirlo posteriormente en electricidad, ajustándose a las necesidades energéticas del centro «en tiempo real». Además, también puede actuar como sistema de emergencia, sustituyendo a los tradicionales grupos electrógenos, tal y como detalló el ingeniero.
Además de generar electricidad, el sistema aprovecha el calor producido en los procesos de generación y transformación de hidrógeno, un recurso que puede ser utilizado para la climatización o la producción de agua caliente sanitaria, optimizando así los recursos disponibles. Tal y como detalló Donoso, el núcleo del proyecto reside en el diseño de un sistema híbrido de almacenamiento energético (HESS, por sus siglas en inglés), que combina hidrógeno, baterías y supercondensadores. Cada componente juega un papel clave en la estabilidad y el rendimiento de la microrred.
El hidrógeno almacena grandes cantidades de energía y la suministra en periodos prolongados, aunque con una respuesta más lenta. Las baterías, en cambio, ofrecen una respuesta intermedia en tiempo y capacidad, mientras que los supercondensadores son idóneos para gestionar picos de energía o variaciones rápidas en la demanda, estabilizando la red, explicó Donoso al mencionado portal especializado. Gracias a esta combinación, el Hospital de la Axarquía puede garantizar ya un suministro energético continuo y de calidad, incluso en situaciones de emergencia o fallos en la red principal.
Otro de los grandes objetivos del proyecto es convertir el hospital axárquico en un edificio de consumo energético casi nulo (nZEB, por sus siglas en inglés). «Nearly Zero Energy Buildings son edificios de consumo energético casi nulo, este concepto está presente en la mayoría de las normativas de construcción de la Unión Europea», comentó el ingeniero. «Este hecho viene precedido de que casi el 60 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero proceden del sector de la construcción», apostilló.
Para lograrlo en este hospital malagueño, tal y como desarrolló el ingeniero, se han implementado mejoras en la eficiencia energética del edificio, como el refuerzo del aislamiento, la optimización de los sistemas de ventilación y climatización, y la incorporación de almacenamiento térmico para aprovechar el calor residual generado por otros equipos. «El objetivo final de un edificio de equilibrio energético casi nulo es alcanzar una eficiencia energética muy alta, reduciendo al mínimo el consumo de energía necesaria», añadió.
La introducción del hidrógeno en los hospitales no solo mejora su eficiencia energética, sino que también tiene un impacto significativo en su huella de carbono. «El beneficio principal es la reducción en el consumo de energía eléctrica exterior», explicó Donoso. «Esto está derivado no solo por la introducción del hidrógeno, también por el aumento de la eficiencia energética del edificio y por la nueva gestión que se realiza al poder almacenar energía cuando tenemos excedentes y consumirla cuando se necesita», añadió. Todo ello produce una reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero derivados del consumo energético del edificio.
Pero no todo son ventajas. La aplicación de este sistema también presenta una serie de retos que es primordial tener en cuenta de cara a su aplicación en otros hospitales. En primer lugar, está el espacio disponible para la instalación de los equipos. «Se necesita un gran espacio para la instalación de electrolizador para producir hidrógeno, uno o varios depósitos para almacenamiento del hidrógeno producido, pila de hidrógeno, los equipos de intercambio de calor y los depósitos para el almacenamiento térmico», comentó Donoso. La mayoría son equipos muy voluminosos y que además requieren o bien estar en interior, o tener su propia envolvente.
El modelo del proyecto en el que ha participado el Hospital de la Axarquía podría ser implantado en edificios públicos de alta demanda energética, como hospitales y centros educativos. Para Donoso, la integración de microrredes en grandes edificios públicos «puede generar importantes ahorros económicos, mejorar la eficiencia energética y garantizar una mayor calidad en el suministro eléctrico». No obstante, señala que estas tecnologías son más viables cuando se integran desde la fase de diseño de los edificios. «En la mayoría de los casos, estas reformas son inviables en hospitales en funcionamiento, ya que implican restringir el uso de una amplia área del edificio durante un periodo prolongado», aseguró.
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