La Granja de Torrox, una finca experimental pionera

Sin embargo, la provincia tuvo un primer exponente de lo que entonces se llamó «un campo de demostración agrícola». Se inauguró en 1921. Estaba situado en Torrox, en lo que hoy en día es un gran complejo deportivo, en el que está el campo de fútbol de San Roque, el pabellón cubierto y la piscina municipal María Peláez. Entre estos equipamientos aún puede observarse, en un buen estado de conservación, un enorme acueducto que se usaba para transportar el agua de una parte a otra de la finca.

Según explica el investigador Francisco José Rodríguez, en su trabajo 'La experimentación agrícola como apoyo de la actividad industrial: las estaciones de agricultura de Motril, Torrox y Churriana', presentado con motivo de las Jornadas Andaluzas de Patrimonio Industrial y de la Obra Pública, celebradas en 2012, «la especial aptitud para la agricultura de Torrox no había pasado desapercibida, y ya en 1764 el indiano Miguel de Gijón, además de traer desde Inglaterra un ingenio azucarero de hierro colado que causó sensación, acometió la realización de experimentos agrícolas«.

Sin embargo, no fue hasta 1919 cuando se reanudaron los ensayos en el entonces denominado 'Campo de Demostración de Torrox', que fructificaron cuando en 1921 los Larios cedieron una finca situada en el barranco Planos, en la que se creó el mencionado 'Campo de Experimentación Agrícola de Torrox', denominado popularmente como La Granja.

La finca tenía 18 marjales de regadío y 7 de secano y su puesta en funcionamiento exigió una profunda reforma, en la que se rehicieron bancales, balates, veredas y acequias. «La inicial canaleta de cinc propiedad del Sindicato del Riego que traía el agua desde el otro lado del barranco fue sustituida por un acueducto de ladrillo y viguetas de hierro de cinco ojos, realizado por el encargado de La Granja, Sebastián Villena, y Juan Lahoz«, apunta.

En la sencilla portada de acceso a la finca había una inscripción que recordaba que las tierras habían sido cedidas gratuitamente por el marqués de Larios «en agradecimiento al apoyo electoral que el pueblo había prestado a su candidato a diputado a Cortes, Juan Antonio Pérez Urruti, pero lo cierto es que la todopoderosa familia Larios también se benefició de los resultados de los experimentos«, sostiene.

El centro fue dirigido por el ingeniero Luis Liró hasta 1927 y después por Antonio de la Huerta. Comenzó probando especies de vides americanas resistentes a la filoxera, que aún continuaba haciendo estragos en la provincia, pero pronto dedicó una atención preferente a la caña de azúcar. Liró apostó por la sustitución de la caña Java por la variedad Madera, «a lo que los Larios se negaban, negando su rentabilidad».

Liró instaló en el año 1923, en la parte trasera de la casa, un pequeño ingenio integrado por un trapiche 'Pioneer', tres pailas de acero de diferente capacidad, un juego de parrillas para soporte, horno y centrífuga 'Buffalo', para demostrar la rentabilidad superior de la Madera, que se acabó imponiendo.

En la finca se experimentó además con olivo, batata, patata, pepino, naranjo, aguacate y agave azul, entre otras muchas especies vegetales. El centro puede considerarse como muy moderno para su época, pues disponía de una estación meteorológica y llegaron a editarse en los años veinte una serie de cinco postales de sus instalaciones.

Con los nuevos planteamientos del Ministerio, en la década de los cincuenta, se potenció el centro de Málaga y el de Torrox entró en decadencia, hasta que acabó cerrando hacia 1970, revirtiendo la propiedad de las tierras a los Larios, quienes en 1985 las cedieron al Ayuntamiento tras firmar un convenio urbanístico.