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Las abundantes lluvias que está trayendo aparejada el paso de la borrasca Jana por la provincia no solo están suponiendo un verdadero alivio para las maltrechas reservas de los embalses malagueños, que este martes se sitúan ya a más del 42% de su capacidad, sino que también conllevan, irremediablemente, problemas de acceso para los que viven en zonas rurales.
Esto es lo que les ocurre a tres familias, con ocho personas, que residen en otros tantos inmuebles situados en la zona del partido de Santillán, en el extremo occidental del extenso término municipal de Vélez-Málaga, colindantes ya con Rincón de la Victoria y Macharaviaya. De hecho, el acceso a estos inmuebles se hace por la carretera comarcal que une Torre de Benagalbón con el núcleo macharatungo, a través del carril asfaltado que da servicio al hotel Molino Santillán.
Beatriz Morales
Vecina afectada
Sin embargo, apenas 200 metros más adelante, con el carril ya de tierra, comienzan los problemas, según ha explicado este martes a SUR Beatriz Morales, una de las residentes afectadas. «Todos los años, cada vez que llueve con intensidad, nos quedamos incomunicados. Tenemos que dejar los coches a un kilómetro y andar monte arriba para llegar a nuestras casas», ha confesado esta residente, artista plástica de profesión, de 64 años. El resto de los afectados son vecinos de mediana edad, sin niños, de entre 30 y 40 años de edad.
«En noviembre y diciembre vinieron y repasaron el carril, pero otra vez estamos igual, incomunicados, con un coche normal no se puede pasar por los socavones tan grandes que hay», ha relatado esta residente, quien ha criticado que ha enviado varios correos electrónicos y el Ayuntamiento «me contesta diciendo que está en perfecto estado». «Las lluvias han destrozado nuestro único acceso a la zona, pero lo peor es que si ocurriese algo grave, ni una ambulancia podría entrar», se ha quejado esta vecina. El carril dañado tiene una longitud aproximada de un kilómetro.
Por su parte, el concejal de Infraestructura, Jesús María Claros (PP), ha replicado a este periódico que este camino «se arregla cada vez que se rompe». «Esta vecina quiere que se le hormigone, como la mayoría de las personas que están en el campo. Pero eso es imposible, tenemos más de 300 kilómetros de carriles, que se arreglan constantemente», ha argumentado el edil veleño, quien ha añadido que, a pesar de los desperfectos, «se puede pasar«.
«Con tantas lluvias estamos yendo a todos los sitios donde nos llaman», confiesa Claros, quien ha reconocido que en el carril de Santillán «hay partes que se tiene que pasar la máquina de nuevo, pero hay que esperar a que pasen las lluvias». «Tenemos varias máquinas actuando en lo más urgente, porque vuelve a llover, pero desde la primera Dana no paramos en hacer actuaciones», ha apostillado el concejal veleño.
Eso sí, Claros ha lamentado que los operarios de Agricultura han contactado con esta vecina «y no coge el teléfono, incluso hoy se ha estado allí y tocado en su puerta y no abre». «El camino se arreglará en cuanto ceda la lluvia», ha insistido el edil.
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