En plena sequía, con el sector de los subtropicales agonizando por la falta de agua en la Axarquía, continúan los planes expansionistas para la plantación de nuevas fincas en una comarca que suma ya más de 13.000 hectáreas de cultivos de mangos y aguacates. El Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía (GENA-Ecologistas en Acción), ha denunciado este lunes ante la Delegación de Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía en Málaga «un importante desmonte» que se está produciendo en una parcela agrícola de Vélez-Málaga.
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No es la primera vez que esta asociación ecologista denuncia los voluminosos desmontes que se suelen realizar en las laderas de la montañosa comarca de la Axarquía para la puesta en cultivo de nuevas fincas de subtropicales. «Una labor que se realiza con maquinaria pesada, algo que nunca se había intentado hacer en esta comarca por lo accidentado del terreno, y que en gran parte va destinado a eliminar o suavizar la pendiente de las laderas, produciendo grandes desmontes en unos puntos y rellenos en otro, todo lo cual desestabiliza gravemente el suelo», ha argumentado el portavoz de GENA, Rafael Yus.
En esta ocasión se trata de la parcela 116 del polígono 12 de Vélez-Málaga, situada en las proximidades de la carretera entre Vélez y Arenas, con una superficie de unos 20.000 metros cuadrados, según el colectivo ecologista. En esta operación «se ha eliminado completamente todo rastro de vida vegetal, desapareciendo, por tanto, un almendral preexistente, así como una formación vegetal silvestre en galería junto al arroyo del Palomar, en la que, además de cañas, había una nutrida comunidad de adelfas», según describen desde GENA.
Pero, a juicio de este colectivo, «el problema ocasionado no se queda aquí, sino que los desmontes han eliminado una antigua estructura de terrazas con balates o muros de piedra seca que como es sabido, fue calificado genéricamente por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad« en 2018. «La destrucción de estos balates supone la eliminación de un patrimonio etnográfico», argumenta Yus.
Por otra parte, para el colectivo ecologista, estos grandes desmontes «están acelerando los procesos de erosión y desertización en esta parte de la comarca, ya que, por un lado, la eliminación total de todo vestigio vegetal deja a la tierra sin el soporte radicular que realizan las plantas, bien conocido en esta comarca». Por otra parte, «al dejar taludes de tierra removida que alcanzan hasta 20 metros de desnivel, se crea una enorme superficie extremadamente vulnerable a la erosión pluvial, que se producirá incluso con lluvias no torrenciales, con el peligro, en caso de torrencialidad de que toda esta tierra acabe anegando los sistemas naturales de drenaje, los arroyos, y propicie inundaciones en parcelas vecinas, así como la destrucción de las, ya de por sí, precarias vías de acceso a las diferentes parcelas y cortijos de la zona».
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Por estas razones, GENA-Ecologistas en Acción ha denunciado estos hechos ante la Junta de Andalucía y ha reclamado la investigación sobre si esta obra ha recibido los permisos de movimientos de tierras pertinentes y si la Delegación de Desarrollo Sostenible admite este tipo de «agresiones que destruyen la vegetación autóctona de los ríos, provocando que se aneguen y que se acelere la desertificación», ha apostillado.
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