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Si el mes pasado denunciaban los daños por la «masiva presencia» de embarcaciones en el paraje natural de Maro-Cerro Gordo, el Gabinete de Estudios de la Naturaleza la Axarquía (GENA-Ecologistas en Acción) ha puesto ahora en este mes de septiembre, con el fin ... de la temporada estival, el foco en el uso masivo de cremas solares por parte de los «miles» de bañistas que han acudido en los últimos meses a las calas del entorno, lo que, a su juicio, «está poniendo en riesgo» los frágiles ecosistemas del entorno protegido.
Por ello, el colectivo ha presentado ante la Delegación Provincial de Desarrollo Sostenible un escrito «fundamentando científicamente» la solicitud de que las calas del entorno de Maro sean cerradas al público como medida preventiva «ante el más que demostrado problema de contaminación por los filtros solares de las cremas protectoras usadas comúnmente por los bañistas».
En el escrito, GENA explica que la Junta «está obligada a gestionar debidamente sus espacios naturales protegidos, y para ello dispone de un Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN), en cuyo artículo 4.14 se establece la obligación de promover la adopción de medidas para la conservación y mantenimiento de los hábitats y especies de interés comunitario presentes en este espacio natural. »El artículo 6.3.7. sobre el uso público y actividades turísticas vinculas al medio natural, en su apartado 9 señala la potestad de la Consejería para limitar o restringir a los visitantes de forma eventual o permanente, el acceso al paraje natural, justificado por su impacto ambiental«, han argumentado en un comunicado.
Así, los ecologistas consideran que «a la masificación turística durante la temporada de verano se une ahora el hecho de que las calas de los acantilados se caracterizan por una morfología en la que una playa de poca anchura queda protegida lateralmente por sendos salientes o promontorios que impiden la corriente de deriva litoral, por lo cual a efectos de hidrodinámica marina deben ser consideradas como playas semiconfinadas, con baja movilidad de la masa marina». Teniendo presente esta consideración cualquier agente contaminante tiene tendencia a estabilizarse en las aguas de una cala contaminada«, ha sostenido el portavoz de GENA, el biólogo Rafael Yus.
La asociación ha realizado una revisión de un centenar de artículos científicos, publicados en revistas científicas de prestigio desde 2003 hasta 2020, en los que se detallan «los resultados de estudios realizados sobre los filtros solares ultravioletas (UV) de las cremas protectoras solares, mostrando, consistentemente, y en todos estos estudios, la certeza de que estos filtros, una vez liberados al medio acuático, provocan un impacto ecotoxicológico considerable, ya sean filtros de carácter orgánico o inorgánico, afectando al fitoplancton, el zooplancton y la flora algal y fauna de invertebrados y vertebrados».
La lista de seres vivos afectados incluye, según GENA, especies presentes en este paraje, como el erizo de mar, mejillones, la almeja fina, el pulpo, el gusano Nereis diversicolor, el cangrejo, la dorada, el mero y las algas microscópicas del fitoplacton. «Pero, sin duda, también pueden ser afectados muchas otras especies aún no estudiadas, entre las cuales podemos citar la nacra o el coral anaranjado, por poner un par de ejemplos», ha apostillado Yus.
«Dado que el daño que provocan los filtros usados en las cremas protectoras solares es un hecho irrefutable, archidemostrado por la comunidad científica, y dado que las playas del paraje natural de Maro se saturan de visitantes durante los tres meses del verano, y además son, hidrodinámicamente playas semiconfinadas, con poca circulación de agua, y por tanto susceptibles de acumulaciones, teóricamente tienen mayor propensión a acumular en sus aguas filtros solares procedentes de las cremas protectoras de los bañistas visitantes», ha apostillado el coordinador de GENA.
Por ello, el colectivo reclama a la administración regional que «se detenga cautelarmente el acceso público a todas las playas del paraje natural, impidiendo el baño, explicando a la ciudadanía que se cierran las playas 'sine die' por razones de conservación de los hábitats y la biodiversidad, que a fin de cuentas es la función primordial de un paraje natural protegido». Además, GENA solicita que se encargue al personal técnico «una revisión del estado de conocimiento sobre la problemática».
Asimismo, los ecologistas sostiene que, si se considera pertinente, se debería «invitar a alguno de los investigadores españoles que vienen realizado este tipo de estudios, para que organicen un taller informativo dirigido a los técnicos de la Junta», al tiempo que «se contemple la posibilidad de encargar un estudio específico de las calas de los acantilados de Maro, en la época de baño, a alguno de los equipos españoles especializados en este tipo de trabajos».
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