Las puertas de la biblioteca municipal de La Viñuela se abren cada tarde gracias a Dori Calderón. Y lo hace desde 1982, año en el que salió la vacante para este empleo que hoy es su «vida». Esta vecina, del ... pueblo de toda la vida, formó su familia en La Viñuela y desde allí, su pequeño rincón de la Axarquía, comenzó a llenarlo de actividades culturales para fomentar el interés por la lectura.
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A pesar de que con los últimos cierres de la actividad no esencial en algunos municipios Dori confiesa que lo pasó «mal» catalogando libros desde casa, ahora se ha retomado la actividad y la vida de su espacio: «Me encanta trabajar en la biblioteca y el contacto directo con la gente del pueblo. Vienen los niños a hacer sus deberes y sus padres, ya de paso, preguntan por libros para llevárselos. Estoy muy entretenida, porque por las tardes hay mucho trasiego aquí», cuenta Calderón. Además, esta vecina habla maravilla de su pueblo: de «sus calles estrechas llenas de flores, la plazoleta llena de color, el sendero que bordea el río con un increíble olor a azahar...», relata ilusionada imaginando los parajes tan especiales de su municipio desde su lugar de trabajo.
Dori Calderón invita a todos los curiosos a visitar su pueblo, consumir en el comercio local y los restaurantes; el único inconveniente que le ve a la vida de montaña son «las pocas oportunidades que tienen los jóvenes», algo que vio de cerca cuando sus hijos dejaron el pueblo para buscar oportunidades en la capital: «Este lugar no es para quienes sean urbanos, aquí paz y tranquilidad», remata con una sonrisa
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