Por tercera vez desde 2004, la antigua Carretera Nacional 340 entre Torrox y Nerja está cortada por el desprendimiento de unas enormes rocas desde el acantilado como consecuencia de las fuertes lluvias de los últimos días. La caída de una gigantesca piedra, de más de cinco toneladas, obligó a prohibir ayer el paso de vehículos por esta vía, desde el límite con Nerja y desde la zona próxima a la playa de Calaceite.
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Afortunadamente, la caída de la roca, que tuvo lugar alrededor de las 16.00 horas, no ocasionó daños personales ni materiales, a pesar de que se trata de una vía que es muy transitada, especialmente entre los vecinos que viven y/o trabajan en las urbanizaciones costeras de la zona oriental de Torrox, como El Peñoncillo o Calaceite. Minutos después de la caída de la gigantesca piedra, las fotos y vídeos de las rocas sobre el asfalto comenzaron a circular por las redes sociales y los móviles.
Hasta el lugar se desplazaron efectivos de la Guardia Civil, Policía Local y mantenimiento de carreteras, así como operarios contratados de urgencia por el Ayuntamiento. La roca fue retirada a última hora de la tarde, con la ayuda de maquinaria pesada, que procedió a romperla con un martillo hidráulico, generando más de 25 metros cúbicos de piedras.
No obstante, como medida de precaución, y debido a que el mallado de seguridad del talud se rompió tras el desprendimiento, el Ayuntamiento ha optado por cerrar al tráfico la vía en este punto, a apenas 500 metros del límite con Nerja. A esto se suma que la previsión meteorológica anuncia más lluvias para los próximos días, lo que podría hacer que los desprendimientos se repitieran. El Consistorio pretende empezar «de manera inmediata» los trabajos para volver a colocar los elementos de seguridad en el acantilado, que en esta zona alcanza una altura de más de 50 metros. El corte de la vía se podría prolongar durante al menos una semana. La alternativa para ir de Torrox a Nerja o viceversa es usar la autovía A-7.
Según informó ayer a SUR el alcalde, Óscar Medina (PP), ya ha dado las instrucciones para que el Ayuntamiento disponga de los entre 35.000 y 40.000 euros que costarán estas actuaciones de emergencia en una zona en la que ya se produjeron al menos dos episodios similares anteriormente, en 2004 y 2010. En el primer caso, el desprendimiento de rocas se produjo a la altura de la torre vigía de Calaceite y obligó a construir un talud de piedras para retener la ladera y evitar que se provocaran daños a este elemento arquitectónico histórico.
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El antecedente más reciente ocurrió en diciembre de 2009, también después de unas fuertes lluvias, que provocaron desprendimientos de rocas a escasos 300 metros del lugar donde ayer cayó la enorme piedra. Entonces la carretera tuvo que permanecer cortada varias semanas para colocar un vallado de seguridad en el arcén y nuevas mallas en el acantilado. Este tramo de la antigua N-340 es propiedad del Consistorio desde 2006.
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