

Secciones
Servicios
Destacamos
El Colectivo Entre Cañas, que promueve la protección, defensa y puesta en valor del rico y variado patrimonio histórico de Nerja y su entorno ... y la memoria histórica en la zona, ha denunciado la completa desaparición de los escasos restos que quedaban aún en pie del antiguo Molino de Maezo, un antiguo patrimonio industrial de la localidad costera más oriental de la provincia que fue construido en 1874.
Según han alertado desde la entidad en una denuncia publicada en sus redes sociales, los restos de este edificio industrial «se encontraban en la margen izquierda del río Chíllar, cercano a la antigua cantera» de Frigiliana. Según el historiador local Francisco Capilla, fue un molino harinero fundado por el industrial José Maezo García, natural de Frigiliana, aunque avecindado en Nerja, maestro albaitar (veterinario) y herrador.
«Maezo fue secuestrado precisamente en este molino en enero de 1875 y asesinado. Unos años antes, en 1872, Maezo había comprado en Nerja el molino harinero de Tabalones, también conocido como molino de Rico, en cuyo edificio se instalaría en 1940 la fábrica de miel de caña RIFOL (La Maquinilla)», han detallado desde Entre Cañas, al tiempo que han denunciado que «ya no queda nada». «Lo han derribado y punto. ¿Con qué fin? No lo sabemos. Ni lo entendemos», han apostillado.
Por su parte, en 2018 Capilla publicó una breve reseña en las redes sociales sobre los restos que aún quedaban en pie de este antiguo molino harinero. Además de estos, según el historiador local, hay documentados otros dos molinos harineros en el río Chíllar de Nerja: el molino de Gómez, también en la margen izquierda, próximo a la desembocadura del río Higuerón, y el molino de Ruiz, en la margen derecha y pago de las Minas, que anteriormente funcionó durante unos años como ingenio azucarero, con el nombre de ingenio San Miguel.
Según Capilla, en las márgenes del curso bajo del río Chíllar, entre los siglos XVI y XX funcionaron establecimientos azucareros y molinos harineros, sin incluir las fábricas de electricidad, «que hicieron de este río una auténtica arteria industrial de Nerja. Así, la fábrica azucarera San José, los ingenios azucareros preindustriales Nuevo y San Miguel, la mencionada fábrica de miel de caña RIFOL (La Maquinilla) y los molinos harineros de Gómez y de Maezo.
«Algunos de estos establecimientos fueron adaptados para otro uso industrial, así el ingenio San Miguel se convirtió en el molino harinero de Ruiz y el molino harinero de Tabalones, conocido también como molino de Rico, que funcionó temporalmente como molino de esparto, se convertiría en la fábrica de miel de caña RIFOL. Si a esto añadimos la proximidad de la fábrica azucarera Nuestra Señora de las Angustias y los sistemas hidráulicos paralelos al río, se comprenderá la afirmación del río Chíllar como una antigua arteria industrial de Nerja», ha argumentado Capilla.
A su juicio, «la recuperación y puesta en valor de estos restos y el acondicionamiento de las márgenes del curso del río en que se encuentran sería el complemento ideal a los valores paisajísticos y naturales que este río posee en sus cursos medio y alto». A este respecto, desde Entre Cañas han alertado también del agravamiento del deterioro del estado de los restos de la antigua Maquinilla de RIFOL. Así, en otra entrada publicada en sus redes sociales han comparado cómo sigue empeorando su estado de conservación a pesar de los trabajos de consolidación de sus principales muros llevados a cabo en 2018.
«Desde la asociación La Volaera veníamos denunciando desde 2011 el estado lamentable que sufría La Maquinilla de RIFOL. »El 12 de junio de 2013, mantuvimos reunión con las concejalas de Cultura y Planeación Urbanística del Ayuntamiento de Nerja a las que trasladamos la creciente preocupación por este inmueble de propiedad municipal, al tiempo que les propusieron que se realizara «un plan de choque con el fin de evitar que se caiga definitivamente con un proyecto de estabilización».
Igualmente, desde la asociación reclamaron la «limpieza en el interior de basuras y escombros dado el estado de abandono y peligro para la salud pública». En febrero de 2015, la Junta de Gobierno aprobó un proyecto para la estabilización de las fachadas noroeste y suroeste del edificio con un presupuesto de 45.788,74 euros. En septiembre de 2018, tres años después, se iniciaron las obras de estabilización después de un año de muchas lluvias que deterioró ostensiblemente el edificio.
«Dinero tirado de los contribuyentes, porque el sentido de impedir que se caiga era para proyectar algún tipo de actuación pública, no para sujetar una ruina hasta que se termine de desmoronar. Un edificio histórico magnífico que se podría haber aprovechado para múltiples usos que el pueblo necesita para tirarlo a la basura», han apostillado desde el colectivo Entre Cañas.
Por su parte, el concejal de Urbanismo, José Alberto Tomé (PP), ha señalado en un comunicado que la chimenea, «que gran parte de ella se había ya derrumbado, presentaba un estado precario, por lo que los técnicos municipales recomendaron, como única actuación posible, su demolición, sin que se haya actuado en la edificación del molino». «La actuación se ha llevado a cabo con la autorización de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía y con sujeción a las condiciones fijadas por dicho organismo», ha apostillado.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Los libros vuelven a la Biblioteca Municipal de Santander
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.