El cura de Benamargosa se niega a bautizar y dar la comunión a varios niños

Así, los progenitores se han concentrado este martes junto a la iglesia de la Encarnación de Benamargosa para denunciar públicamente lo que les está sucediendo desde que hace casi dos años llegó este sacerdote a la localidad situada en pleno corazón de la comarca oriental, siendo también el párroco de Comares, y de las pedanías de Salto del Negro, que pertenece a Cútar, y Triana, de Vélez-Málaga. Los padres han recogido firmas y además han enviado quejas por escrito al Obispado y al Vaticano.

Mari Carmen Jaime, que es además primera teniente de Alcalde de IU, ha denunciado a SUR que lleva "casi un año" queriendo bautizar a su segunda hija. «Me dijo que no venía a las misas de los domingos, sólo a las oficiales», ha argumentado Jaime, quien ha remitido escritos al Obispado de Málaga y al Vaticano. La Santa Sede le respondió que iba a "mediar" con la institución eclesiástica en la provincia y con el obispo de Málaga, Jesús Catalá.

«Mi sorpresa fue que en el mes de junio me llamó el arcipreste de la zona diciéndome que el obispo le había dado permiso para bautizar a la niña e inscribirla en los libros bautismales. A las dos semanas el párroco me volvió a llamar, ya con la fecha puesta, y me dice que no, que no se bautiza, porque él dice que no íbamos a educar a mi hija en la fe cristiana», ha manifestado Jaime, quien ha criticado que el cura le diga que se vaya a otra iglesia o que ponga en marcha bautismos y comuniones civiles. «No entiendo como este hombre siendo cura incita a la gente a alejarla de la iglesia en vez de acercarla», ha apostillado.

Jaime ha admitido que se podría ir a otra iglesia a bautizar a su hija, como han hecho otros vecinos afectados, «pero no quiero irme de la iglesia de mi pueblo, donde he sido bautizada y he hecho mi primera comunión, donde me he casado, me he confirmado y he bautizado a mi primera hija», ha considerado. La primera teniente de Alcalde ha apuntado que «quiero creer que todo este tema no tiene nada que ver con mi condición de política, que no mezclemos los asuntos personales con la política».

Por su parte, José Antonio Gutiérrez, que es concejal del PP en la oposición municipal, es otro de los vecinos afectados. «Este hombre me citó a su casa y me negó el bautismo de mi hijo porque no soy buen católico, según él», ha asegurado este benamargoseño, quien decidió bautizar a su retoño en la parroquia de Almáchar, de donde es originaria su mujer. «Su excusa es que como no vengo los domingos a la misa se negaba a darle el bautismo a mi hijo, le dije que a lo mejor no iba, que no era practicante, pero que mi familia siempre ha estado involucrada en la iglesia, como portador de trono, y me dijo que eso no era catolicismo, que era hecho a mi medida».

Gutiérrez ha detallado también el caso de un sobrino que tiene que hacer la comunión este próximo año «y le está negando la comunión porque dice que no tiene fe». «Me dice que si quiere que se vaya o que venga a hacérsela a él solo, eso es un tipo de 'bullying' hacia los otros niños. Lo está apartando, estoy totalmente en contra, está haciendo un daño importante a las familias», ha manifestado.

Por su parte, Noelia Fortes, otra de las madres, ha asegurado que, aunque su hija sí ha podido hacer la comunión y confirmarse, "el cura está haciendo cosas que no son adecuadas con los menores". «A mi hija le tapó los ojos y le dijo que bajara por las escaleras, mi niña se cayó, cuando fui a pedir explicaciones me dijo que si se daba un golpe en la cabeza no había problemas, que así se la arreglaba y si se había caído era porque los amigos no estaban pendientes de ella», ha manifestado esta progenitora.

En su testimonio ha relatado otros «momentos desagradables» que les habría hecho vivir el párroco a los niños de la catequesis, situaciones que llega a calificar de "acoso y 'bullying'" como pasearlos en el coche metidos en el maletero, paseándolos por todo el pueblo, «y al ver que un niño se acercaba al volante ya los dejó». «Otra vez les puso la película de cómo crucificaban a Jesús y los obligó a verla, aunque no querían. A mi hija la mandó a coger piedras al río, sola, la encontró una vecina. Otra vez mi hija tocó el piano sin su permiso y la llevó al baño y le metió la cabeza en el váter y como no quiso, la metió en el lavabo y la mojó», ha relatado Fortes, quien ha considerado que el cura «no está capacitado para estar con ellos».

Por su parte, desde el Obispado de Málaga han replicado que «se ha mantenido siempre al párroco como único interlocutor, pues es quien mejor conoce la situación de estas familias». Con respecto al caso de la madre que solicitó el bautismo para su hija, «el párroco ha tenido informado al obispo y siempre le ha manifestado que faltaba, según la normativa de la Iglesia, la «esperanza fundada de que el niño va a ser educado en la religión católica; si falta por completo esa esperanza, debe diferirse el bautismo, según las disposiciones del derecho particular, haciendo saber la razón a sus padres, como recoge el Código de Derecho Canónico» .

Según el Obispado de Málaga, «el párroco nunca ha 'denegado' el sacramento, solo ha aplicado la normativa de la iglesia de diferir el bautismo». «Así se lo ha hecho saber a los padres, con quienes tiene una relación fluida y cercana. Por tanto, en el momento en que haya 'esperanza fundada' de ser educada en la fe católica, la niña podría ser bautizada», han apostillado desde la institución eclesiástica malagueña en un comunicado.

Respecto al niño de la primera comunión, según el Obispado de Málaga, «el párroco constata que el niño no cuenta con la preparación ni disposición necesarias y prefiere también diferir la comunión». «Para celebrar y recibir un sacramento a partir de la edad de uso de razón es necesario conocer lo que se recibe y tener un mínimo de formación religiosa, de actitud de fe en querer vivirla y de voluntad para hacerlo», han considerado desde el Obispado en el mencionado comunicado.

Por su parte, en un correo electrónico al que ha tenido acceso este periódico, remitido en respuesta a la madre que denuncia las supuestas "actitudes inadecuadas" del cura con los menores que asisten a la catequesis, el secretario del Obispo de Málaga, Daniel Guerrero, responde que Monseñor Catalá «toma nota de esta situación y le invita a seguir rezando por la santificación de los sacerdotes».

Por su parte, el cura aludido ha manifestado a SUR que no iba a entrar a hablar de casos concretos, pero sí ha admitido que tiene varias familias en las que ha planteado que es partidario de «diferir» los sacramentos hasta que se cumplan una serie de requisitos. «Pero nunca se puede negar un sacramento», ha advertido. «Son prácticas de la iglesia católica, en el caso del bautismo, al menos un padrino tiene que estar confirmado y los padres tienen que aceptar los mandamientos de la fe católica», ha argumentado Roca, para quien si hay algún caso «será por uno de estos motivos».

«Las familias tienen que hacer sus compromisos, si mintieron eso pesará en sus comportamientos», ha asegurado el cura, quien ha insistido en que no va a analizar casos concretos «por protección de datos». Eso sí, a su juicio, este tipo de situaciones «se dan continuamente». «La negativa no es definitiva», ha apostillado. Cuestionado sobre su recomendación a la primera teniente de Alcalde de que ponga en marcha las comuniones y bautizos civiles en el Ayuntamiento, ha asegurado: «Lo sostengo al 100%, son ritos civiles y me parecen una muy buena idea, igual que ocurre en los funerales, cuando se hace una despedida laica, sin oficio religioso», ha argumentado.