Bautizada como la Cornisa de la Costa del Sol, a los pies de la Sierra Almijara, Cómpeta sigue, un año más, arrojando datos que confirman su enorme multiculturalidad. Así, casi la mitad de sus 3.814 vecinos empadronados, concretamente el 46,9%, han nacido fuera de España. En su mayoría, también con casi el 50%, en el Reino Unido. Concretamente, son 884 los británicos empadronados en Cómpeta, según los últimos datos conocidos el pasado enero del padrón continuo del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes al 1 de enero de 2022.
Publicidad
Más allá de este mestizaje cultural que se siente al recorrer sus empinadas y estrechas calles, cabe preguntarse de dónde procede el nombre de la localidad axárquica. Así, según explica el investigador axárquico Valentín Fernández, en los primeros escritos castellanos, tras la conquista de la comarca oriental en 1487, ya aparecía Cómpeta con su nombre actual. En concreto, según este profesor de Historia en el IES Reyes Católicos de Vélez-Málaga, en 1490 se cita el nombre de 'Conpeta' y en el censo de 1492 recibe el nombre de 'Competa', mientras que en 1494 vuelve a ser 'Conpeta', con 'n'.
A juicio de este experto, esta variación se produce durante varios años hasta que ya a partir de 1587, en el Censo Eclesiástico y en el Real, queda fijado su nombre actual, con 'm', Cómpeta. Según publicó en 1997 Chavarría Vargas, la etimología de Cómpeta remite al nombre latino 'compitun', que significa «encrucijada, cruce de caminos». De esta forma, su nombre original latino fue 'compita', siendo respetado por los pobladores musulmanes.
«Este hecho nos muestra como ya existía una primitiva comunidad cristiano-visigótica, población que fue el núcleo. Al igual que ocurre en la vecina Sayalonga, cuyo nombre también tiene el mismo origen», sostiene Fernández, para quien es «probable que, tras la desaparición del imperio romano, algunas comunidades de población hispano-romana subieran desde la costa hacia las montañas buscando la seguridad que le ofrecían éstas, en un mundo en constante conflicto». En cualquier caso, este historiador advierte que no se conocen restos de origen romano en la localidad axárquica, «por lo que es de suponer que el nombre de Cómpeta procede de un asentamiento posterior a la desaparición del imperio romano, pero anterior a la completa dominación musulmana de la comarca».
El nombre de «cruce de caminos» lo recibe de la encrucijada existente, justamente donde hoy se encuentra el pueblo entre el camino de acceso a Granada, a través de los puertos Blanquillo y de Cómpeta y del camino que se dirigía a la costa y de ahí a Vélez-Málaga y a Málaga capital. Este camino, posteriormente, atravesaba las crestas que desde Cómpeta bajaban hasta Sayalonga y de ahí llegaban hasta el camino de la costa. «El enlace del camino de Cómpeta con el de la costa se producía en otro lugar de gran interés, Competín», desvela Fernández.
Publicidad
Según el historiador de Sayalonga, eran las encrucijadas o cruces de caminos lugares donde la población hispano-romana se juntaba en una feria. Así, según un poeta romano del siglo I antes de Cristo, Gratius Faliscus, los 'compita' eran lugares donde se levantaban templetes o altares en honor de los dioses 'Compitales Lares', «dioses protectores de las encrucijadas de caminos», apostilla Fernández. En estos lugares se celebraban las fiestas Compitales, celebraciones que conjugaban la magia y la superstición con el culto a los dioses.
«Estas fiestas se celebraban tras las Saturnales del 17 de diciembre, muy relacionadas con nuestros ritos navideños. A dichas fiestas acudían los esclavos y los hombres libres. Cada casa contribuía con una torta y se celebraban sacrificios, siendo unos días en los que se liberaba a los esclavos de sus obligaciones, a fin de que estos se volvieran más amables con sus dueños», describe el investigador.
Publicidad
Según cuenta Valentín Fernández, en las épocas finales del imperio romano aún pervivía la costumbre de hacer ofrendas en las encrucijadas, práctica considerada pagana por los autores cristianos, quienes terminaron sustituyendo los altares romanos por pequeñas ermitas cristianas. «Muchas de estas ermitas siguen existiendo hoy en día en los cruces de los caminos», advierte.
Muy relacionado con Cómpeta está la mencionada alquería del Competín, «pequeño cruce de caminos». Esta alquería, descubierta en los libros de 'Apeo y Repartimiento de Arenas y Zuheyla, Daimalos y Sayalonga' por Valentín Fernández y Purificación Ruiz, hace referencia a un pequeño cruce de caminos, topónimo todavía existente en 1572. «En este lugar de cultivo tenían los moriscos de los pueblos citados fincas agrícolas de regadío, al tratarse de una de las mejores tierras de cultivo de la comarca», apunta Fernández.
Publicidad
De esta forma, había numerosas acequias que recibían el nombre de cada día de la semana y tomaban sus aguas de un azud en el río de Algarrobo y Sayalonga. En sus tierras se plantaban morales, trigo, árboles frutales y hortalizas. Tras su búsqueda en el terreno, finalmente estos dos investigadores axárquicos localizaron esta zona, incluso su antiguo molino de harina. Este lugar pertenece actualmente al término municipal de Algarrobo, e incluso pudo albergar una alquería. «Este pequeño cruce de caminos está al inicio del camino de Cómpeta, por lo que en cierta manera podría estar relacionada con esta localidad», sostiene Fernández.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.