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Comares presume de ser una auténtica atalaya de la Axarquía. Sobre una enorme colina, desde la localidad se puede disfrutar de unas espectaculares vistas panorámicas. Con sus apenas 1.320 habitantes censados a 1 de enero de 2022, el municipio se ha convertido en un ... destino turístico muy atractivo por su tirolina gigante, sus vías ferratas y zonas de escalada. Además, ofrece una amplia oferta de restauración y alojamientos rurales.
Ahora bien, ¿de dónde procede el nombre de Comares? ¿Tiene algo que ver con su privilegiada ubicación, a 703 metros de altitud sobre el nivel del mar? El historiador local Eliseo Jiménez, autor de varios libros sobre el pasado de Comares, sostiene que el origen del topónimo de Comares «no está claro, distintos autores establecen diversas hipótesis sobre su origen etimológico». Así, la principal hipótesis es que tenga un origen árabe, aunque otros estudios apuntan a una raíz latina o incluso griega. «Sin duda, fue el profesor Chavarría Vargas el que realizó un estudio pormenorizado», apostilla.
A juicio de este investigador «no existe una relación histórica o social alguna entre el nombre de Comares y la torre y cuarto del mismo nombre de la Alhambra granadina». No obstante, algunos historiadores del siglo de Oro, como Hurtado de Mendoza y el licenciado Pedro Bermúdez de Pedraza, siguiendo una asociación fácil pero nunca demostrada, sostenían que la torre y estancia de palacio nazarí de Granada tomaban el nombre de un lugar llamado Comares.
Para Jiménez, «esta idea se mantuvo hasta bien entrado el siglo XIX, ya que en el libro del viajero de Granada de Lafuente Alcántara, la torre de Comares en La Alhambra, nos indica que se llamó así porque trabajaron en su adorno albañiles y artesanos moros de la villa homónima». Sin embargo, la cuestión se encuentra «definitivamente zanjada» gracias a las aportaciones de Torres Balbas y Gallego Burin, entre otros. Así, la voz 'Comares', con que se conoce la sala, torre y el patio próximo, procede de la palabra árabe 'gamariyya', 'comaria', término que designaba las vidrieras policromas que cerraban las nueve ventanas de la estancia. «Las vidrieras de colores son llamadas aún 'comarias' en Oriente», apostilla el investigador.
Para Jiménez, «muy importante» es la hipótesis planteada por el padre Darío Cabanelas en un estudio etimológico del topónimo Comares en La Alhambra de Granada. Apunta, como una posibilidad más, su origen en la conjunción de las palabras árabes 'qāma' con significado de «elevarse, alzarse», y 'cars' que se traduciría por «trono, techo, y también, cielo». «Con ello tendríamos que la palabra Comares significaría 'estancia o asiento del trono', 'trono elevado' o 'altura de cielo', lo cual conviene, al mismo tiempo, con los lugares comentados y con la Sala de la Alhambra. Además de con las características topográficas de la villa de Comares, que coincide plenamente con el significado de 'altura de cielo'», sostiene.
Pero esto no resuelve la cuestión, ya que durante el periodo islámico la villa se conoció como 'Qumāriš', «voz no explicable en su etimología a través de la lengua árabe, por lo que puede relacionarse con un término anterior a la presencia árabe en la península ibérica, deformado, seguramente, por el proceso de arabización de la palabra», argumenta Jiménez. Tanto la geografía de Ahmad al-Razi en el siglo X, donde se cita un 'ḥiṣn Qumāriš', como la biografía de Omar Ibn Hafsun realizada por Ibn-al-Jatib, donde se menciona la ocupación de Comares, pero, sobre todo, por Ibn Hayyan en el siglo XI, para referirse a acontecimientos de inicios del siglo X, ofrece la versión definitiva del topónimo árabe, del cual por la evolución fonética surge la forma castellana, Comares, documentada desde el siglo XIII en la crónica de don Alfonso X.
No obstante, para Jiménez esto sigue sin despejar las dudas sobre el origen etimológico del topónimo. Así, otros investigadores lo sitúan en la destrucción de la antigua ciudad de Cámara, los cuales la identifican con el despoblado de Mazmullar. La ubicación de esta se ha identificado con las cercanías del Colmenar. Otros autores hablan de la voz 'comarix', cuyo significado es 'altura', si bien dicho vocablo es bereber, que no árabe.
A partir del siglo XVI se recoge una hipótesis griega sobre el origen del topónimo, afirmando que Comares significa «terreno de muchos madroños». Más tarde, Jiménez asegura que otro investigador, Méndez Silva, aportando datos de gran importancia, aunque muy difíciles de demostrar, indica que la fundación de Comares se debe a los griegos focenses allá por el 332 antes de Cristo. Sin embargo, para el investigador local, ni estos autores ni los historiadores que les precedieron, ni en las fuentes documentales antiguas grecolatinas «se encuentra alguna mención a la fundación de Comares en el siglo IV a.C. por los griegos focenses».
«La hipótesis griega, sin otra base que simples conjeturas parece perder fuerza si estudiamos de una forma minuciosa las grandes dificultades que ofrece. No existen vestigios arqueológicos ni fuentes documentales que avalen la permanencia griega en la población malagueña», sostiene Jiménez, para quien tampoco el contexto toponímico árabe o latino-mozárabe casi en su totalidad, «parece ser un buen argumento para la pervivencia lingüística de una voz que pertenece a un territorio, primero, latinizado y posteriormente arabizado». Por otro lado, para el investigador local, «la cronología de la fundación por los griegos no resulta convincente, pues en esta época la influencia griega en esta parte de la costa oriental andaluza habría cesado».
A su juicio, «mayor fuerza toma la hipótesis latino-mozárabe, sustentada por Corominas en su diccionario crítico etimológico castellano e hispánico». Así, este autor propone derivar el nombre de Comares de la forma latina 'Culminares', construcción procedente de 'culmen-inis', que significa 'cumbre, cima'. «Esta hipótesis cuenta con argumentos muy sólidos, primero la evolución fonética del vocablo, segundo, el contexto histórico-lingüístico y, tercero, de las características topográficas del lugar», enumera Jiménez.
«La evolución fonética del vocablo, el paso de 'Culminares' a Comares parece perfectamente explicable teniendo en cuenta determinados aspectos fonéticos del mozárabe y el romance peninsular», argumenta el investigador local. Así, según el Jiménez 'Cummares' o 'Cumares' se aproxima bastante a la transcripción árabe 'Qumāriš', única forma atestiguada en los textos musulmanes.
Para Jiménez, el contexto histórico-lingüístico, el hallazgo en la villa de Comares de una inscripción sepulcral sobre el presbítero Samuel «avala la presencia, sobre todo, en el medio rural de importantes comunidades mozárabes o cristianas, aún muy poco islamizadas que conservan su dialecto romance, en un marco hostil de profunda islamización». «Las características topográficas del lugar coinciden plenamente con el étimo Culminares», sostiene el investigador comareño, quien apunta que Virgilio Martínez Enamorado ha detectado el topónimo Comares en otros contextos geográficos de Al-Ándalus, como Cádiz o Huelva. «Es decir, era un topónimo patrimonial. Este autor nos habla de la opacidad de dicho topónimo, sin posibilidad de resolución», concluye.
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