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La cooperativa agrícola Balcón de Europa, fundada en 1981, y que desde 1995 estaba dedicada en exclusiva a la producción ecológica, siendo pionera en la provincia en este ámbito, ha cerrado definitivamente sus puertas, tras declararse en concurso voluntario de acreedores, al acumular unas ... deudas de en torno a los 800.000 euros. La firma cuenta con una nave de unos mil metros cuadrados, en el acceso principal a la localidad costera más oriental de la provincia, que permanece sin actividades desde hace ya varios meses.
Este periódico ha podido confirmar que la empresa agrícola, que llegó a tener una plantilla de una treintena de trabajadores y a facturar hasta tres millones de euros al año, con la venta de frutas y hortalizas con certificación ecológica, está en fase de concurso voluntario de acreedores. De hecho, la autoridad judicial ha designado ya a un administrador concursal. En un principio, el pasivo financiero ronda los 800.000 euros, de manera que la posibilidad de reflotar la compañía está descartada.
Así, en un principio, el administrador concursal va a proceder a liquidar todos los activos con los que cuenta la cooperativa agrícola, que incluyen la maquinaria para el procesado de los productos agroalimentarios, las cámaras frigoríficas y los vehículos. Además, tendrá que pagar las deudas pendientes con los proveedores y los empleados que se han ido al paro, alrededor de una decena.
El que ha sido su último presidente, Antonio Crespillo, ha lamentado a este periódico que la cooperativa agrícola haya llegado a esta situación «por una mala gestión de los anteriores responsables», ha considerado este vecino de Nerja, quien asumió el cargo hace apenas nueve meses. «Hemos intentado reflotarla, mantener la actividad, pagando a los proveedores, y renovando las pólizas de crédito que había con los bancos, pero ha sido imposible, a perro flaco todo se le vuelven pulgas», ha expresado este empresario nerjeño dedicado al sector de la automoción y la motonáutica.
A su juicio, en un municipio «con una gran riqueza hídrica» como es Nerja, «es una pena que la única cooperativa que quedaba, aparte de la que hay todavía en Maro, se cierre». «Los agricultores que quedan están llevando sus frutas y hortalizas a otros municipios cercanos, como Torrox, Algarrobo o Almuñécar», ha apuntado Crespillo, quien ha considerado que la situación de la cooperativa «es un cúmulo de una mala gestión de muchos años, desde hace más de una década», ha puntualizado.
Entre los proyectos que llegó a poner en marcha la cooperativa estuvo una tienda de productos ecológicos en el centro de Nerja, que funcionó durante varios años. La firma acudía además con regularidad a las ferias agrícolas internacionales más importantes. La producción se vendía tanto en España como en una decena de países del extranjero.
En Nerja, con el cierre de esta cooperativa ecológica, ya solo queda la de la pedanía de Maro, Coamar, como último reducto de la actividad agrícola en el municipio axárquico. Dedicada al cultivo de frutas y hortalizas en la modalidad convencional, no con certificación ecológica, fue fundada en 1972 y tiene una facturación de alrededor de un millón de euros anuales.
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