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Las abundantes lluvias que está trayendo aparejada el paso de la borrasca Jana por la provincia han hecho renacer numerosos cauces y arroyos, que están aumentando considerablemente las reservas de los embalses, este martes al 42% de su capacidad. En el extremo más oriental de la provincia, en Nerja, se ha repetido este martes la estampa que se da cada vez que hay intensas precipitaciones, el cauce medio y bajo del río Chíllar de Nerja vuelve a llevar agua corriendo hacia la desembocadura, en la playa de El Playazo.
El fenómeno sólo se produce cuando se dan fuertes precipitaciones en la cabeza, en la Sierra Almijara, donde nace este río a unos 1.200 metros de altitud y a 20 kilómetros de distancia del casco urbano nerjeño. Tras un otoño y un invierno considerablemente más húmedos que los tres últimos, las lluvias de lo que va de marzo han tenido de nuevo su reflejo en el acuífero nerjeño, que ha vuelto a brotar y dejar correr sus aguas por el cauce que atraviesa la localidad costera más oriental de la provincia.
Aunque, eso sí, el caudal es todavía menor en comparación con el registrado la pasada Semana Santa, cuando el río mantuvo una gran fuerza durante varias semanas, tras las importantes descargas de esos días. El sonido del agua corriendo directa al mar a la altura del parque Verano Azul ha vuelto a atraer las miradas y la presencia de vecinos y visitantes, que ha aprovechado la tregua que han dado al mediodía de este martes las lluvias para inmortalizar el fenómeno con sus teléfonos móviles.
A la estampa se suma el hecho de que los agricultores del entorno no están, lógicamente, regando sus campos, por lo que no hay aprovechamientos en este sentido de los recursos fluyentes. Así, el otro río que atraviesa el núcleo urbano, el Seco, también ofrece un abundante caudal en su tramo más bajo, próximo a la desembocadura en la misma playa nerjeña de El Playazo.
La imagen del moderado caudal del río Chíllar en su tramo medio y baja es aún más llamativa si se tiene en cuenta que desde finales de noviembre de 2022 el acuífero nerjeño está trasvasando, por primera vez en su historia, agua para el abastecimiento de una parte de la Axarquía, principalmente a Torrox, Algarrobo y una parte de Vélez-Málaga, a razón de entre 50 y 100 litros por segundo. A ello se suma el aprovechamiento humano y agrícola en Nerja. El pasado año hidrológico se trasvasaron casi 2,9 hectómetros cúbicos y para este se habían planificado otros tres, según los datos que maneja la Junta.
No obstante, este trasvase se podría interrumpir en las próximas semanas, ya que el embalse de La Viñuela ha aumentado considerablemente sus reservas, y ronda ya los 48 hectómetros, más del triple que hace un año. La decisión se adoptará en el próximo comité de sequía, previsto para finales de este mes.
De esta forma, durante unos semanas más el río nerjeño seguirá ofreciendo una estampa, lamentablemente, cada vez más inusual en los últimos años debido a la extrema sequía provocada por el cambio climático, según avisan los especialistas. Los aportes de agua son aún mayores ya que el río Higuerón, en el término municipal de Frigiliana, vierte sus recursos al Chíllar a apenas dos kilómetros de la desembocadura nerjeña.
Cabe destacar que desde que hay registros históricos, únicamente en el año 2011 el río nerjeño llevó agua durante todo el año en su desembocadura, incluso en los meses de verano, debido a la extraordinaria pluviometría registrada en el año 2010, cuando se rebasaron los 1.200 litros por metro cuadrado en Nerja y se superaron los 2.000 en la Sierra Almijara.
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