Vecinos de Rincón de la Victoria: “Hacían mucho ruido, pero jamás sospechamos nada de que fueran terroristas”

Hacían mucho ruido, durante todo el día, pero jamás hubiéramos sospechado nada de que fueran terroristas. Esto ha asegurado una de las vecinas del edificio de Rincón de la Victoria en el que ayer fue detenido el traficante francés Antoine Denevi, acusado de vender las armas con las que el terrorista Amedy Coulibaly atacó un supermercado judío de París en enero de 2015. En aquel atentado, el yihadista fue abatido por las fuerzas de seguridad francesas tras asesinar a sangre fría a una policía municipal y a otras cuatro personas en el interior del establecimiento.

Los residentes en la calle El Tajo, una tranquila zona residencial situada a apenas 50 metros del paseo marítimo rinconero, junto a los acantilados del Cantal y a la hornacina de la Virgen del Carmen, se han mostrado muy sorprendidos por el enorme revuelo mediático generado durante esta tarde, cuando ha trascendido el lugar donde durante toda la jornada de ayer se desarrolló la operación policial. De hecho, en la práctica totalidad de los casos los vecinos han preferido no dar a conocer su identidad, porque estos temas son muy delicados, aunque sí han explicado detalles de la convivencia en el edificio, situado en el número 4 de la estrecha vía, durante el último mes.

Según una de las vecinas, que vive justo en el piso de al lado, en la tercera planta del edificio, los tres arrestados se instalaron hace un mes, y no salían mucho, ni se dejaban ver. Casi no nos hemos cruzado con ellos, sólo los escuchábamos hablar en francés, porque gritaban a menudo y hacían bastante ruido, parece ser que bebían alcohol a menudo, ha asegurado esta joven. Fíjate que la ropa sigue ahí tendida, ha añadido señalando el tendedero que cruza desde una ventana de la vivienda hasta la pared de enfrente.

Lo único que comentamos entre nosotros alguna vez fue lo de los ruidos, pero por lo demás no habíamos visto nada raro, ha apostillado otra residente. La vivienda de alquiler es propiedad de un vecino de la capital, que la arrienda desde hace varios años. Es un bloque muy tranquilo y nunca íbamos a imaginar que se iba a venir a vivir aquí alguien así, mejor que los hayan cogido, ha comentado Javier López, de 36 años, que ha preferido no posar para las cámaras de televisión ni los fotógrafos.

Hubo un gran despliegue, de por lo menos 30 policías, desde las ocho de la mañana y hasta las dos de la tarde, pero la operación fue limpia, no hubo incidentes, ha comentado este vecino, quien ha desvelado que los agentes de paisano llevaban varios días vigilando la vivienda en la que se alojaba el traficante francés.