Ignacio Lillo
Lunes, 30 de junio 2014, 13:21
La presencia de viviendas diseminadas junto a zonas forestales se ha convertido, como ya ocurrió en el gran incendio de la Costa, en un problema grave para salvar el monte en Cómpeta. El ingeniero técnico forestal José Antonio Gómez, que es experto independiente en prevención, alerta, tras revisar la ortofotografía (toma área con la localización georeferenciada) que hizo la Diputacion de 2012, que en torno a la urbanización Las Colmenillas existía un área cortafuego, aunque esta es diferente a un cortafuego propiamente dicho, en la medida en que deja en torno a un 20% de masa forestal. "En varias zonas hay una continuidad de copas desde el monte que pasa a la urbanización y es por donde se ha podido transferir". Gómez se mostró contrario a esta tipología: "Han sido demasiado conservacionistas dentro de la construccion del área cortafuegos, yo prefiero cortar un árbol a que se queme el monte entero".
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A su juicio, esta situación es la que se repite en todas las zonas de interfase forestal de la provincia, con multitud de urbanizaciones diseminadas sin planes de autoprotección ni análisis pormenorizado de los riesgos. El Infoca ha estado impecable, pero da rabia que se jueguen el pescuezo y se pierda masa forestal porque no haya prevención", criticó este experto.
En la misma línea, el Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía (GENA-Ecologistas en Acción) ya se mostró muy crítico ayer y acusó a las autoridades locales y autonómicas del incendio forestal de Cómpeta, en la medida en que todo parece indicar que el fuego se originó en una zona de urbanización dispersa, "que las autoridades locales, y por omisión, la Junta de Andalucía, ha permitido construir fuera del casco urbano», en una zona «de difícil acceso y con abundante vegetación forestal».
Para los ecologistas, el hecho de que estos parajes estén ocupados por viviendas dispersas «obliga a los servicios de extinción de incendios a concentrar todos los esfuerzos para evitar que las viviendas o enseres personales se pierdan por el incendio, obligándoles a descuidar el avance del fuego, que se está cebando con parajes forestales del Parque Natural de Tejeda y Almijara». También coincidieron en que la mayoría de estas viviendas «carecen de planes de autoprotección como correspondería, por la Ley de Incendios, y que tendrían que haberse exigido en el trámite de concesión de la licencia de construcción».
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