Participantes en el encuentro budista, esta mañana en la pagoda

Vélez-Málaga, capital mundial del budismo

El centro Karma Guen acoge hasta el próximo 18 de junio a más de 1.500 seguidores de esta religión para participar en un curso de 'Phowa', una de las enseñanzas más profundas del budismo tibetano

Eugenio Cabezas

Sábado, 7 de junio 2014, 17:50

El centro budista Karma Guen, situado a unos 11 kilómetros al norte de Vélez-Málaga, en la zona conocida como Aldea Alta, acoge hasta el próximo 18 de junio a más de 1.500 seguidores del budismo del Camino del Diamante, venidos de más de 50 países de todo el mundo, para participar en un curso de 'Phowa', una de las enseñanzas más profundas del budismo tibetano. Impartido por el lama danés Ole Nydahl, maestro de meditación en la tradición budista Kama Kagyu, los asistentes al curso tienen como objetivo practicar la muerte consciente, aprender a transferir la conciencia en el momento de la muerte.

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Pedro Gómez, promotor de este centro, ha explicado que esta experiencia de meditación, impartida por Ole Nydahl, uno de los pocos lamas occidentales existentes, es conocida como 'Phowa' o proceso de la muerte. Lo que se persigue con este curso es conocer cómo la mente o la conciencia es capaz de liberarse en el momento de la muerte, gracias a esta forma de practicar la meditación, y se puede conseguir un estado puro de felicidad completa, ha indicado Gómez, quien adquirió en 1981 el pequeño núcleo de Aldea Alta cuando era un diseminado en ruinas. Gómez se identificó entonces con el budismo y en 1987 decidió crear Karma Guen, un enclave en el que la gente tuviera la oportunidad, de forma económica, de meditar y hacer retiros esperituales.

De esta forma, la Aldea Alta se ha convertido en uno de los principales centros del budismo del Camino del Diamante, una rama laica que se practica sin necesidad de ser monje y en el que, llevando una vida normal, se puede llegar a la liberación y la iluminación, gracias a los métodos que dio el Buda histórico hace 2.500 años. Gómez ha resaltado lo popular que se está haciendo el budismo y ha vaticinado que en un futuro, será parte íntegra de la sociedad, puesto que da libertad para desarrollarse espiritualmente y lo que Buda enseña es a salir del sufrimiento y conseguir la felicidad, algo que queremos todos los seres humanos, ha matizado.

Mientras tiene lugar la experiencia de meditación, las laderas de la Aldea Alta sobre las que se ubican las casas y edificios del complejo budista, se llenan con las tiendas de campaña de los budistas que se desplazan desde diferentes rincones del mundo. Además del lama Ole está confirmada la presencia este año de Sang Sang Rinpoche, reconocido por el Karmapa 16 en 1965 como la reencarnación de un Yogi.

El centro Karma Guen lleva impartiendo este curso desde hace 27 años con una participación no inferior a las 1.500 personas procedentes de todo el mundo. Por primera vez este año, el centro impartirá también un curso intensivo para enseñar la lengua tibetana para los interesados en adentrarse en la cultura budista.

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