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El turismo es el pilar de la economía andaluza. Y lo es a lo grande: con registros históricos que se revalidan en los últimos años, no exentos de incertidumbres; con mimbres para seguir siendo más fuertes y con importantes retos en la acelerada transformación ... digital y la obligación de ser sostenibles. Los datos hablan por sí solos. Andalucía ha cerrado el mejor año turístico de la historia, con 32,5 millones de viajeros. Un dato que constata que se han superado las previsiones más optimistas, con una subida del 3%, y que dice mucho del sector, de su fortaleza y de su capacidad de seguir sorprendiendo porque el signo positivo se ha instalado en los principales indicadores de turismo nacional, internacional, cuando el resto de destinos españoles se han resentido gravemente, de ingresos y empleo. 2019 ha sido un año para enmarcar con una cifra histórica en ingresos por turismo hasta superar los 21.800 millones de euros, a lo que ha contribuido la estrategia de apostar por un viajero con mayor gasto.
Pero el turismo no es solo riqueza sino que es el motor de creación de empleo en la región, que además tira del carro de la generación de puestos de trabajo a nivel nacional. Esta industria ofrece una alternativa de trabajo a 420.000 personas, la cifra más alta de toda la serie y la que ha aupado a la región a ser la comunidad autónoma de España donde más han aumentando las afiliaciones a la Seguridad Social en turismo.
El verdadero artífice de este éxito ha sido el fuerte tirón del turismo nacional. Y es que los españoles tienen en Andalucía su destino preferido para viajar. El pasado año se logró otro hito y es que por primera vez se superaron los 20 millones de turistas nacionales tras un repunte del 8,4%. A lo que se ha sumado que en el escenario internacional ha crecido un 2,5% pese a las incertidumbres del 'Brexit', el impacto de la mayor quiebra del turismo, la del touroperador decano de esta industria Thomas Cook, el auge de los competidores del Mediterráneo que siguen en la cresta de la ola, y la debilidad del mercado alemán tras entrar en recesión su economía. Aún así los hoteleros consiguieron rozar los 55 millones de pernoctaciones, ganando un 3%.
Este rodaje permite encarar, explican los profesionales del sector, este ejercicio con optimismo pese a las luces y sombras que hay en el horizonte más cercano y al que se ha sumado la crisis del nuevo coronavirus que ha frenado en seco la llegada de turistas de China, un mercado minoritario, pero de gran interés por su alta capacidad de gasto. Situación que se complica con la irrupción en Italia, quinto mercado para la región.
Las expectativas que baraja el vicepresidente de la Junta de Andalucía y consejero de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local, Juan Marín, para este 2020 pasan por «una apuesta decidida por la calidad y la sostenibilidad para ofrecer a los millones de visitantes que vienen a Andalucía un destino diverso y selecto, que sepa combatir la estacionalidad y la masificación y que apueste por las nuevas tecnologías. En nuestra mano está conseguir que nuestro crecimiento sea sostenible, inclusivo, armónico en la convivencia con el ciudadano, desestacionalizado y que revierta en un empleo más estable«.
Todo ello en un contexto de aspirar a nuevas cifras récords. Concretamente se espera que Andalucía supere en 2020 los 33,7 millones de turistas, lo que supondría un 3,5% más. Los nuevos ejes que plantea la Junta para captar viajeros pasan por el producto 'Andalucía deja huella', dedicado al mundo del caballo que tiene gran atractivo en mercados como el británico y el alemán. A ello suma 'Andalucía es Flamenco' y 'Origen y Destino', por el V Centenario de la primera Circunnavegación.
Sin olvidar que sigue siendo la oferta de sol y playa el principal imán de viajeros y la Costa del Sol la joya de la corona. Los datos de la propia Consejería señalan que este destino concentra casi el 40% del negocio turístico de la Comunidad y alberga más de la mitad de la oferta de alojamiento del conjunto de la región, con más de 400.000 plazas. Y es que de los 54,9 millones de pernoctaciones hoteleras, 20,3 millones se generaron en la provincia de Málaga, que siguió creciendo y que representa una cuota del 37,1% de las estancias hoteleras de Andalucía. A gran distancia se coloca, como segunda destino turístico de la región, Cádiz, con una cuota del 14,6% de las pernoctaciones en hoteles andaluces, es decir, con ocho millones de noches reservadas. Sevilla es la tercera del ranking, con 7,2 millones de estancias, tras crecer un 5,6%, y representando su actividad el 13,1% del movimiento hotelero. Por orden de mayor a menor le preceden Granada, Almería, Huelva, Córdoba y Jaén.
El director ejecutivo de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Manuel Butler, señalaba que lo mejor de Andalucía es que «es un minicontinente en cuanto a su oferta. Tiene de todo y para ofrecer todo el año». Sin embargo, apuntaba la necesidad de que tiene que encarar con mediciones y actuaciones el reto de la sostenibilidad. Sobre el futuro de este destino no tenía dudas: «Imparable porque en mi opinión tiene potencial para ser incluso más fuerte de lo que es». Y esta fortaleza es el motivo por el que los inversores hoteleros tienen el foco puesto en la región. Según la consultora internacional Savills Aguirre Newman, el volumen de inversión en hoteles en Andalucía se elevó a 377,5 millones de euros en 2019, de los que un 60% se concentró en la Costa, con 222 millones. Ante el fuerte crecimiento, Cristina Fernández, del fondo de inversiones Covivo, pidió más inversiones en infraestructuras: «se están quedando cortas en relación al nivel de las marcas que están desembarcando». Un éxito a gestionar para competir en una era en la que la tecnología empodera sobremanera al turista.
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