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SEVILLA.
Miércoles, 7 de febrero 2018, 01:47
Tres miembros del grupo conocido como «la Manada», que se mantienen en prisión a la espera de conocer la sentencia por una agresión sexual en grupo en los Sanfermines de 2016, se acogieron ayer hoy a su derecho a no declarar por una supuesta agresión ... sexual a una chica de Pozoblanco ese mismo año.
Fuentes judiciales han informado a Efe de que los tres acusados, que debían prestar declaración por videoconferencia ante el juez instructor de Pozoblanco encargado del caso, una pieza derivada de la investigación de los Sanfermines, se han remitido a su declaración inicial negando los hechos.
Las fuentes han precisado que las defensas han reiterado la petición de no aceptar en el caso la grabación obtenida de un grupo de whatsapp de los acusados, ya que se hizo «ilegalmente».
Además, las defensa de los tres miembros de la manada, investigados en esta causa por delitos contra la intimidad y abuso sexual, han reiterado su inocencia y confían en el archivo de la causa.
Por otro lado, la Fiscalía también ha solicitado que dicha grabación se incorpore al sumario del caso, mientras que el juez sigue con las diligencias pertinentes antes de cerrar el proceso de instrucción.
Según el juez de Pamplona que remitió el caso al juzgado cordobés, resulta «indiciariamente acreditado» que uno de los acusados ofreció a la víctima acompañarla a su domicilio en un vehículo tras conocerla en las fiesta de Torrecampo (Córdoba), que se celebró en mayo de 2016.
Añade el juez que nada más entrar en el coche y tras sentarse en el asiento del copiloto, la víctima cayó «en un estado de profunda inconsciencia», mientras que otros miembros del grupo «le tocaban los pechos».
Al llegar a Pozoblanco, la joven se despertó «completamente desnuda en el asiento de atrás» y con el mono y las medias rotas, mientras que, tras negarse a practicarle una felación a uno de ellos, el supuesto agresor la golpeó «dos veces en la cara y otra en el brazo».
El auto judicial precisa que los presuntos tocamientos fueron grabados y se crearon dos archivos de vídeo, uno de los cuáles fue compartido en un chat denominado «Manada».
El juez sostiene que «existen serios indicios de que podrían haberse utilizado sustancias específicamente destinadas para provocar la inconsciencia de la víctima». En su resolución, el magistrado considera que «resulta indiciariamente acreditado» que A.J.C.E. ofreció a la denunciante acompañarla a su domicilio en un vehículo, donde nada más entrar y tras sentarse en el asiento del copiloto cayó «en un estado de profunda inconsciencia».
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