El Parlamento Andaluz ha vivido esta semana dos acontecimientos de relevancia. Uno fue la aprobación del cambio de reglamento, que adapta su funcionamiento al pacto antitransfuguismo y que puso punto final al proceso de ruptura de Adelante Andalucía, de cuyo grupo parlamentario fueron expulsados la ... mayor parte de sus miembros, de Anticapitalistas. El otro ha sido la presentación de la reforma fiscal impulsada por el PP, Ciudadanos y Vox. Para Toni Valero, coordinador de IU y coportavoz de Unidas Podemos por Andalucía, se trata de una iniciativa que no se corresponde con los nuevos tiempos.
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–Es un debate que se está dando en la Unión Europea y también en Estados Unidos. Décadas de neoliberalismo han dejado escuálidos a los estados, que son incapaces de responder de manera eficiente ante una pandemia y también a una crisis económica que hemos dejado atrás no hace tanto. Joe Biden, que no es ningún radical de izquierdas, ha planteado un aumento de los ingresos fundamentalmente vía sociedades y vía patrimonio. Igualmente, el Fondo Monetario Internacional está haciendo esas indicaciones. La política neoliberal se está poniendo en cuestión en el planeta y lo que llama la atención es que en Andalucía se vaya tan a contracorriente.
-El argumento es que la bajada de impuestos activa la economía, lo que contribuye a aumentar los ingresos.
-Me llama la atención que con todo lo que ha pasado en los últimos años se sigan cogiendo axiomas de una manera ortodoxa por parte de la derecha. Se ha demostrado que bajar los impuestos a las grandes fortunas no reactiva la economía. Al contrario, ha hecho que los ricos se hagan cada vez más ricos. Lo que es importante es que el dinero fluya, que se den políticas expansivas, y para eso es necesario gasto público. No lo está diciendo la ultraizquierda, lo está diciendo el FMI.
-Sin embargo las bajadas de impuestos suele ser bien recibida
-Es que no se dice a quién le bajan los impuestos. La ciudadanía soporta cargas fiscales injustas. La inmensa mayoría de los ingresos del Estado proviene de las rentas del trabajo. Si las familias trabajadoras ven que se van a bajar los impuestos es lógico que piensen que se van a ver favorecidas. El problema es cuando se den cuenta de que los impuestos que quieren bajar es a las grandes fortunas o las máquinas tragaperras. El señor Moreno Bonilla se ha dedicado durante meses a decir que no contaba con recursos y a la primera de cambio dice que se van a bajar impuestos. ¿Dónde está la trampa?
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-Cuando se habla de bajada fiscal se apela a la clase media
-Clase media es un término muy confuso. En la anterior crisis hubo muchos trabajadores que se percibían como clase media y de golpe se vieron en la cola de un comedor social o que tenían riesgo de embargo de su vivienda. Las familias trabajadoras pueden tener más o menos ingresos pero en todo caso son vulnerables en momentos de crisis y necesitan de servicios públicos para tener un nivel de vida digno. Sobre estas familias recae el grueso de los impuestos, y eso es lo que hay que revertir.
-Con este acuerdo fiscal se aleja el adelanto electoral. Una buena noticia para su espacio político, que sale de una ruptura y no tiene candidato
-Ni buena ni mala. Nosotros estamos preparados para cualquier eventualidad. Tenemos proyecto y propuesta. Yo de todas formas desconfío de las llamadas a la tranquilidad y la estabilidad del señor Moreno Bonilla. Veo sobreactuación en momentos en los que se tambalea todo. El adelanto electoral es una posibilidad porque creo que es una realidad el fracaso de las tres derechas reaccionarias en Andalucía. Tiene dos patas que son débiles. Una es Ciudadanos, la otra es la ultraderecha, débil en cuanto que puede seguir chantajeando al señor Moreno Bonilla y llegará un momento que eso sea insostenible.
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-Su formación ha perdido dos tercios del grupo parlamentario, ha cambiado de nombre a mitad de la legislatura, no tiene candidato...
-Hemos sufrido una crisis, lo hemos pasado muy mal con ese conflicto en Adelante Andalucía con Anticapitalistas, pero también hay que decir que es un conflicto que dejamos atrás. Eso nos ha permitido reforzar el espacio político de Unidas Podemos por Andalucía, poner los pies en los problemas de la gente, dedicarnos a lo que creemos que es prioritario de tal manera que si se diera un adelanto electoral, este espacio político va a llegar a las elecciones centrado en las propuestas y en las alianzas. Hace un año habríamos estado francamente mal, pero estamos en otra etapa.
-Su formación carece de una figura con el conocimiento público que tenía Teresa Rodríguez
-Estamos en otros tiempos políticos para la izquierda. Durante unos años posteriores al 15-M desde la izquierda hubo una capacidad de generar de manera fulgurante perfiles mediáticos y políticos muy conocidos. Ahora es más difícil.
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-¿La división que ha habido en Podemos y el arraigo territorial de IU en Andalucía le da a esta fuerza mayor peso a la hora de elegir candidato?
-Tenemos que dar un salto en cómo hemos entendido y practicado la confluencia, en la que la se miraba el carné de cada cual con una lógica de coalición electoral. El ejemplo de Yolanda Díaz en Madrid es palmario. No tiene el carné de Podemos y está representando a Unidas Podemos.
-¿Esa dificultad de generar nuevos perfiles conocidos convierte a Alberto Garzón en el mejor candidato posible en Andalucía?
-Alberto Garzón es un excepcional candidato, cuando no el mejor en muchas circunstancias, para cualquier elección. Ahora bien, no es un debate que hayamos tenido y por lo tanto yo no aventuro que esa sea la opción electoral.
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-Ahora se cumplen 35 años de cuando el Partido Comunista decidió poner en marcha Izquierda Unida y este proceso recuerda a aquel.
-Sí, es una perspectiva que tenemos que poner en consideración. La izquierda en nuestro país ha sufrido determinados saltos adelante y convulsiones. Una fue en los años 80 cuando se conquista la democracia y hay una frustración en la izquierda al adoptar el Partido Socialista un paradigma neoliberal. Eso supone que la izquierda tenga que acometer un proceso de Convocatoria por Andalucia, como la llamó Julio Anguita, de donde salió Izquierda Unida. El partido que vertebró aquello fue el Partido Comunista. Hoy día estamos ante las consecuencias de aquellas políticas neoliberales que también han supuesto un revulsivo en la izquierda y de nuevo nos tenemos que volver a convocar.
-Podemos ha perdido su impulso inicial capaz de convocar a gente que no estaba ideológicamente identificada con la izquierda.
-Ha cambiado el marco político. El eje izquierda derecha nunca ha desaparecido, pero en el escenario post 15 M se superpusieron otros que le daban un carácter más transversal al electorado, como el de arriba-abajo o lo viejo y lo nuevo que fueron muy importantes para entender el crecimiento inicial de Podemos. Hoy estamos en un contexto diferente, donde el eje que se superpone a los demás es el de izquierda-derecha, que tiene otro superpuesto que es el de democracia-involución, que viene también de Europa y de Estados Unidos. Si vemos cómo se ha comportado el electorado en Estados Unidos entre Biden y Trump, eso ha estado ahí, no sólo el de izquierda derecha. Y ya lo veremos en Francia. Eso también está ocurriendo en nuestro país. Ahí Podemos juega en un marco muy diferente a donde surgió y en el que tenia un potencial de crecimiento mayor, igual que lo tenia Ciudadanos y que ahora se ha quedado absolutamente fuera de juego.
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-Habla de democracia o involución, pero ustedes suelen utilizar democracia o fascismo, que es una terminología que se percibe antigua, como comunismo.
-Hay que ser pedagógico. La realidad en la que vivimos es de involución antidemocrática que está fundamentalmente sustentada en pensamientos, ideas y a veces también partidos políticos que podemos categorizar como neofascistas o neoautoritarios. Epistemológicamente podemos coger muchas interpretaciones, pero lo que hay que decirle a la gente es ojo, cuidado. El fascismo se filtra hasta nuestros días y se concreta en políticas que marginan a los más vulnerables. La política se ha espectacularizado y se caricaturizan los mensajes. Es muy fácil que uno plantee que hay un riesgo de resurgimiento que se está dando del fascismo y que la gente no lo perciba como tal porque no ve una foto en blanco y negro. Hay que ser pedagógico y hablar de esta involución antidemocrática que tiene unos elementos que en otros contextos han dado lugar al fascismo. Y que en el contexto presente, depende de lo hagamos las sociedades, podrá dar lugar a situaciones neofascistas o autoritarias como ya ocurren en Hungria, en Polonia o en otros países. La situación es preocupante. La ciudadanía, vote a quien vote, se tiene que tomar en serio lo que está ocurriendo.
-¿Usted entiende que cuando quien plantea el peligro del fascismo se identifica como comunista mucha gente considere que no tiene nada que ver ni con una cosa ni con la otra?
-Hay que tener en cuenta que el antifascismo en Europa es transversal. Va desde de derecha gaullista y la derecha liberal anglosajona hasta los partisanos comunistas italianos o la resistencia antifascista española donde el Partido Comunista era el eje vertebral, pero no era el único. En España hubo una derecha antifascista que se tuvo que ir al exilio. Ahora se recuerda mucho a Chaves Nogales, que fue un exiliado republicano. En este país, el antifascismo era transversal porque estaba formado por demócratas, que podían ser conservadores o comunistas. Y no hay que frivolizar sobre ello, porque corremos el riesgo de lo que estamos viviendo en España. Tenemos una derecha que no tiene ningún prejuicio para llegar a acuerdos con la ultraderecha, algo inconcebible en Alemania, en Francia o en Inglaterra.
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-El comunismo se puede identificar con la resistencia antifranquista, pero también con los gulag de Stalin o los tanques del Pacto de Varsovia en Praga.
-En nuestro país se ha criminalizado durante 40 de dictadura a los y las comunistas y se corrió un tupido velo sobre su papel, que ha sido altruista y abnegado. Ha estado siempre entregado a que se generasen marcos democráticos de convivencia y de derechos sociales. Lo hicieron durante a República, en la guerra y durante la dictadura. Y fueron capaces de llegar a una transición en la que fueron pieza fundamental para la Constitución del 78, que no se entiende sin el papel del Partido Comunista. Las convicciones democráticas del Partido Comunista en España están demostradas. La derecha puede hacer una caricatura que le puede funcionar, pero hay que ir a los hechos. Cargar sobre los comunistas españoles procesos políticos exógenos es injusto. Es como si yo le echo la culpa a los católicos en España de lo que hizo la Inquisición, sería un disparate.
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