Susana Díaz y Juan Espadas abren la batalla por liderar el PSOE en Andalucía

Una vez resuelta la investidura de Pedro Sánchez y su continuidad en la Moncloa, era obvio que la asignatura pendiente de Andalucía en el PSOE pasara a examen. La pérdida de la Junta supuso un mazazo para el socialismo andaluz y aunque Susana Díaz ganó las elecciones del 2 de diciembre de 2018 y su partido también sigue siendo fuerza hegemónica en las sucesivas convocatorias electorales de 2019, el partido anda dividido entre quienes respaldan la continuidad de Díaz y quienes consideran que debe pasarse página y renovar su liderazgo para una nueva etapa en la que el objetivo es conquistar el poder en la Junta. Susana Díaz ha repetido desde aquel 2 de diciembre en que supo que la derecha, con mayoría absoluta, le arrebataría la Junta, que se siente «con fuerzas, ganas y coraje» para la reconquista. Ayer lo repitió en un balance del primer año del Gobierno PP-Cs que preside Juanma Moreno. También reconoció que no estará sola en las primarias para la secretaría general en un congreso que se presiente duro y tras el verano. «Obviamente, cualquier compañero se puede presentar», respondió a los periodistas.

A la misma hora el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, se postulaba para suceder a Díaz en una conferencia-coloquio en Madrid. Espadas intentó escabullirse de la pregunta sobre si daría el paso para las primarias del PSOE andaluz. «Como no quiero dar un titular, declino dar una respuesta», dijo para añadir: «Estoy para lo que mis compañeros decidan». Una vieja fórmula con la que no comprometerse, pero tampoco cerrar la puerta a que dé un paso más adelante. Susana Díaz hizo gala de la misma estrategia de dejarse querer antes de confirmar su candidatura a las primarias del PSOE en 2017. Y es lo que hace Espadas, dejarse querer por un sector del PSOE, de sanchistas y no sanchistas, que consideran que podría ser una alternativa a Díaz.

Espadas, que no mencionó a Díaz en su circunloquio, confirmó que no volverá a ser candidato a la Alcaldía de Sevilla, en la que gobierna sin mayoría absoluta. Insistió en que «no es el momento de decidir», pero al mismo tiempo dijo que sería alguien «activo, comprometido sin duda con el proyecto socialista de Andalucía, que tiene que volver a ser un proyecto ganador que recupere el Gobierno andaluz».

Espadas enfatizó sobre su prioridad como regidor de Sevilla hasta final del mandato, pero este quehacer no solo no menoscaba sus opciones, sino que las potencia. Como alcalde de la principal ciudad andaluza, Espadas contaría con una plataforma política de gran visibilidad para competir con el presidente de la Junta, Juanma Moreno. No hay precedentes en el PSOE, pero sí en el PP. Su antecesor en la Alcaldía, Juan Ignacio Zoido, compatibilizó esta con su liderazgo regional del partido, aunque la doble actividad le pasó factura en unas siguientes elecciones municipales. Esto no constituiría un problema para Espadas, que ha decidido no volver a presentarse.

La opción de Espadas, que podría estar apoyada por significados sanchistas sevillanos como Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, vicepresidente del Congreso, permite además desviar la atención sobre María Jesús Montero, ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, a la que partidos de la oposición a Sánchez señalan como rival de Díaz.

Pero Espadas no es el único nombre en la batalla del PSOE por el liderazgo de Andalucía. La agrupación de Jaén, la segunda más poderosa después de la de Sevilla, postula a Felipe Sicilia, diputado en el Congreso y quien se mueve bien en círculos cercanos al presidente del Gobierno.

La elección del liderazgo, como recordaba ayer Susana Díaz, estará en los 45.000 militantes del PSOE. La actual secretaria general ya afrontó un proceso de primarias, pero entonces, en 2013, era número dos en la Junta. Ahora fuera del paraguas de esta, la disputa se prevé reñida e incierta para todos.