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Susana Díaz acaba de protagonizar su periódico cara a cara con el presidente de la Junta, Juanma Moreno, que tiene lugar cada jueves en el ... que hay pleno del Parlamento, donde ha vuelto a cuestionar la gestión de la pandemia por parte del Gobierno andaluz. Al día siguiente volverá a la carretera. Lleva meses sumergida en una gira inagotable por toda la geografía andaluza. Antes, atiende a SUR en su despacho del Grupo Socialista.
-¿Ha contado cuántos pueblos ha visitado en los últimos dos o tres meses?
-Muchísimos. Ya estaré cerca del centenar. Pero tengo un reto desde hace años, que es pisar todos los pueblos de Andalucía y escuchar a los andaluces de todos los municipios. Tengo un mapa en el despacho donde voy poniendo chinchetas de colores y señalo cuando he ido una vez, cuando he ido dos veces, si he ido estado en el Gobierno o en la oposición. Hasta que el mapa no tenga todas las chinchetas no está el trabajo culminado.
-Hay compañeros suyos que aseguran que desde que no es presidenta ha cambiado a mejor y que ahora escucha más que antes. ¿Esta gira forma parte de eso?
-Sí. Es lo que yo llamo escucha activa. Las peleas que se ven en la televisión del Congreso de los Diputados, los insultos cuando la gente lo está pasando tan mal, perdiendo seres queridos y con las empresas cerrándose, aleja a los ciudadanos de la política. Creo que el único antídoto que hay es estar cerquita de la gente, gastando suela y escuchando sus problemas.
-Esta gira también se ve en clave de política interna, como una acumulación de fuerzas para la batalla que se avecina.
-Es mi responsabilidad como secretaria general después de un año en el que se ha congelado todo, también la política con las casas del pueblo cerradas. Yo tengo la obligación de salir a la calle, tirarme a la carretera, acercar los grupos municipales al Parlamento y acercar al PSOE de Andalucía a todos los territorios. La gente lo recibe muy bien y ve que desde la oposición también se puede ser útil, porque se consiguen cosas. Hoy mismo Moreno Bonilla rectificó después de haber anunciado el cierre de la planta de Airbus.
-El PSOE sufrió un gran trauma con la pérdida de la Junta. ¿Sigue en estado de shock como el boxeador que ha recibido un golpe y no alcanza a reaccionar?
-Fue muy duro, porque nos fuimos a la oposición habiendo ganado las elecciones. En ese momento tuvimos muy claro que había que tener humildad, escuchar mucho a los ciudadanos y trabajar con todas nuestras fuerzas cambiando cosas, cambiando equipos. Hemos hecho muchos cambios y los seguiremos haciendo, porque el objetivo es volver al gobierno.
-La tarea de oposición era desconocida para el PSOE de Andalucía. ¿Considera que ha encontrado el tono adecuado para ejercerla?
-El PSOE de Andalucía es un partido dialogante al que la gente identifica con Andalucía y con la autonomía. Yo entendía que lo que querían los ciudadanos de nosotros era la utilidad. En medio de tanto ruido y tanto disparate, que fuéramos gente útil, cercana y sencilla y con un conocimiento muy profundo de Andalucía, que es lo que nos diferencia del Gobierno. Nosotros sí conocemos el territorio y eso nos da capacidad para dar respuesta los problemas de la gente, que se reconecta y se vuelve a enganchar con nosotros. Ahí está la red de colaboración que se está tejiendo con muchos colectivos y entidades.
-¿Esto es un objetivo a alcanzar o cree que ya se ha alcanzado?
-Una parte sí, pero queda camino por recorrer. Hay colectivos que hace años que no entraban en la sede del PSOE y ahora han vuelto.
-¿Ha escuchado críticas o reproches?
-Al principio sí, es lógico. Has gobernado muchos años y se escuchan críticas. Pero una vez superada esa fase de escucha activa con humildad se entra en materia a trabajar y a colaborar. Con los sindicatos sanitarios, Salud Responde, el 061, consumidores... hasta los grupos ecologistas han entrado por la sede del PSOE. Algunos nunca la habían pisado.
-¿Los ERES, la Faffe y el resto de los casos judiciales forman parte de estos reproches?
-Eso ya nos pasó factura hace años, pero la gente entendió que hubo un antes y un después, un tiempo nuevo y una manera de esforzarnos. En todos los años que he estado al frente de la Junta, mi gobierno no ha tenido ninguna causa. Es importante que la gente recupere la confianza. No nos pueden señalar. Mire que Bendodo lo intentó al principio. Fue una máquina de bulos, de querer difamar, pero no fue posible. Hicimos un esfuerzo enorme de controles que afortunadamente sirvieron.
-¿Cree que eso está instalado en la opinión pública?
-Yo creo que sí. La gente es consciente del esfuerzo que se se hizo. En algunos momentos fue difícil, pero sabiendo lo que había pasado había que hacer un esfuerzo enorme. Para mí no había nada más importante que llegar a tu casa y a tu barrio con la tarea bien hecha.
-¿Un adelanto electoral en Andalucía puede sorprender al PSOE sin su proceso interno resuelto?
-La tarea de la oposición es decirle al gobierno lo que no hace bien y cómo debe hacerlo. Y la tarea del gobierno es garantizar la estabilidad. Si el gobierno no garantiza la estabilidad, el que no está haciendo bien sus deberes es Moreno Bonilla y su equipo, porque en un momento como éste de pandemia en lugar de estar en sus líos, en sus cálculos electorales y en ver si absorbe o no absorbe a Ciudadanos, esa energía la debería gastar en la gente, en la sanidad pública, en los negocios. Fíjese: firman pactos de que no se van a quitar cargos. Ellos sabrán en qué están, nosotros estamos preocupados y ocupados en la pandemia.
-La pregunta era si el PSOE está preparado para un adelanto electoral en medio de este debate interno.
-Yo le digo que estoy ocupada y centrada en la pandemia, con un millón de parados con lo que nos costó llegar a 700.000, 150.000 en ertes con incertidumbre de si van a volver a trabajar, mucha gente esperando la vacuna, con abuelos que hacen kilómetros para ir a vacunarse. Ahí es donde tengo la energía.
-Parte de su energía la dedica también a defender en Andalucía la gestión de Pedro Sánchez.
-Es que fíjese usted la diferencia. Esta semana en el Parlamento Moreno Bonilla se quejaba de que le habían llegado 7.500 millones y que 2.000 eran para Sanidad y Educación. Ojalá en la anterior hubiese habido la misma sensibilidad por parte de Rajoy con Andalucía. Fue todo lo contrario, nos quitó parte de la dependencia, parte de los fondos europeos, parte de los fondos para el empleo y hubo una redistribución muy injusta de la PAC para el campo andaluz. Ojalá yo hubiese tenido que reconocer lo que ha reconocido del Gobierno de España, que le han llegado muchos millones adicionales para el bienestar de los andaluces.
-También ha dicho que este año no le ha llegado nada.
-Los presidentes no pueden faltar a la verdad, ni hacer trilerismo político. Él sabe perfectamente que cuando los fondos están comprometidos y consignados van a llegar a la comunidad. Eso es hacer trampa de una manera muy burda, es faltar a la inteligencia y el talento de los andaluces.
-La queja de la Junta es que ni los fondos ni las vacunas se reparten según el criterio poblacional, según el cual a Andalucía le correspondería más.
-Buscan la confrontación para tapar su incapacidad, estoy convencida. Al final acaban reconociendo que lo que han dicho no es cierto. Dicen que no llegan las vacunas adecuadas y a renglón seguido, que somos los líderes de vacunación en España. Si somos los líderes es que somos los que más recibimos. Hemos llegado a un momento en el que la economía y la salud tienen que ir de la mano. Ahora que se está hablando tanto de la campaña de verano es cuando se tiene que ver que los gobiernos actúan. ¿En qué sentido? Si uno refuerza los centros de salud, las PCR se hacen inmediatamente, se puede abrir la mano, darle oxígeno a la gente y no esperar ese cierre perimetral por provincias que no tienen sentido porque hay comarcas que están más cerca de la comarca vecina de otra provincia que de comarcas dentro de su propia provincia. Hay que dar sentido común, reforzar la sanidad y darle oxígeno a nuestra economía en la víspera de la campaña de verano. Hay una parte que es responsabilidad del Gobierno de Andalucía. Hacer más PCR y abrir los centros de salud es responsabilidad del Gobierno de Andalucía, y eso va a dar más oxígeno a la economía. Me preocupa la tasa de desempleo y la salud mental de la gente. Si un pueblo tiene una tasa desproporcionada, ese pueblo se cierra. Los contagios se han producido en encuentros familiares, en vivienda privadas, fuera de la hostelería. Han maquillado las cifras de Navidad y Semana Santa para ocultar eso.
-¿Hay algo que esté haciendo mal el gobierno de Pedro Sánchez y que usted le haya trasladado en privado? En público no se le ha escuchado ninguna crítica.
-Lo he dicho en varias ocasiones. Trasladar debates del Consejo de Gobierno que tendrían que enriquecer las medidas, al final distorsionan en la comunicación que le llega a la gente. Se escucha más el ruido que lo que se ha conseguido. Ahí sí creo que hubo un exceso de ruido en determinados momentos. Parece que con la salida de Pablo Iglesias, todos nos hemos librado de ese ruido.
-¿Usted se imagina pactando unos presupuestos con Esquerra Republicana o con Bildu?
-Yo creo que ha habido falta de patriotismo por parte del PP y de Ciudadanos. Al final, tú no eres más patriota porque te envuelvas en una bandera, sino porque des lo mejor para tu país. Quienes manosean mucho las banderas para después no estar a la altura de la gente, a mí me generan mucha desconfianza. Les ha faltado generosidad. Nosotros aquí lo hemos intentado, pero el Partido Popular está más cómodo de la mano de la extrema derecha.
-¿Cómo le sentó el cese de la delegada del Gobierno en Andalucía?
-Con respeto, igual que cuando la nombraron. Tanto Sandra García como Pedro Fernández son dos personas con una talla política enorme. A Pedro Fernández lo tengo en mi ejecutiva regional porque es una persona en la que confío.
-La sustitución de Sandra García ha sido leída como el inicio de la batalla por el control del PSOE de Andalucía.
-El nombramiento de la delegada es una competencia del presidente del Gobierno. Yo respeté el anterior nombramiento igual que lo respeto ahora.
-Pero el anterior fue producto de un acuerdo entre usted y Pedro Sánchez.
-La decisión de nombrar a un delegado del Gobierno o de un ministro son de gobierno, no de partido. No mezclamos el partido y la institución.
-¿Usted comparte que el PSOE perdió la Junta por la desmovilización de sus propios votantes?
-Hubo partidos que perdieron más votos que nosotros. Tanto a nuestra izquierda como el Partido Popular. ¿Es verdad que hay que aumentar la participación de la izquierda? Sí. Hay que movilizar a la izquierda, pero se han hecho lecturas muy sesgadas de aquello. Nosotros ganamos las elecciones, aunque es verdad que no nos dio suficiente para poder gobernar. Ciudadanos optó por el bloque de la Plaza de Colón, con Vox y con el PP, y todavía hoy lo siguen pagando. Nosotros sacamos de ahí el objetivo de movilizar a la izquierda y los valores que representamos. Después de dos años hemos demostrado que hemos sido más eficaces tanto en la defensa de los servicios públicos como en la gestión de la economía. Dejamos a Andalucía creciendo, con menos de 700.000 parados. Aquí el desempleo empezó a subir antes de la pandemia. Eso intenta ocultarlo Moreno Bonilla.
-Hay dos tesis. Una que sostiene que Andalucía sigue siendo de centroizquierda y que el cambio de gobierno fue porque la gente no fue a votar y la otra, que se está produciendo un cambio sociológico y que la gente está modificando su manera de pensar
-Eso es lo que pretende la derecha para maquillar las políticas de recorte. ¿La derecha qué pretende hacer creer? ¿Que a los andaluces ya no nos preocupa la sanidad pública, la educación pública, que se proteja a nuestros mayores o que se cree riqueza y se reparta de manera justa? En absoluto, a la gente le preocupa eso. Quiere ir al médico y ser bien atendido, que no sólo haya PCR para quien se la pueda pagar. Nuestro autogobierno es la defensa de un modelo, y la derecha quiere introducir un debate que sabe que aquí en esta tierra, que tanto ha sufrido cuando ha gobernado la derecha, no cala.
-El Gobierno andaluz asegura que está gastando más que nunca en educación, en salud y en servicios sociales.
-Eso es otra trampa del PP, porque en un año de pandemia donde llegan 7.500 millones para eso, se tienen que gastar ahí. ¿Por qué digo que es un gobierno ineficaz? Porque dicen que les sobra el dinero. Si te llega un dinero extraordinario para atender a la gente, no te puede sobrar.
-La Consejería de Hacienda habla de equilibrio presupuestario.
-¿Usted sabe cuánto supondrían 200 millones para los comercios de Andalucía? Que esa cantidad ridícula de 3.000 euros creciera exponencialmente. No sé si llegaría a los 25.000 de Navarra o los 15.000 de Cataluña o el País Valenciano, pero no sería tan ridícula de 3.000 euros. Uno es eficaz cuando es capaz de gastar el dinero en aquello que le hace falta a la gente.
-Usted dice que quiere renovar el PSOE. ¿En qué se diferenciaría este PSOE del anterior?
-La renovación se vio interrumpida porque salimos del gobierno. Ese nuevo tiempo que empezamos a escribir no se pudo culminar. Lo que tenemos que ofrecer después del Covid es una Andalucía verde, digital, feminista, sostenible. Tenemos que liderar debates fundamentales en la vida de las personas.
-¿Se siente con fuerza para encabezar ese proyecto?
-Yo estoy muy comprometida con mi tierra. Por eso, en cuanto la pandemia nos ha dejado me he tirado a la carretera. En cuanto estuvo la posibilidad de reunirnos hemos empezado a abrir las casas del pueblo, a reunirnos con los grupos municipales y con los ayuntamientos que ha maltratado Moreno Bonilla, a hacer útil la política. La política es una vocación noble, pero se tiene que traducir en utilidad para la gente.
-La gira que está haciendo ahora recuerda a la que hizo Pedro Sánchez para recuperar la secretaría general del PSOE
-Son dos momentos distintos. Estoy haciendo lo que debe hacer una secretaria general en un momento como éste. Lo hice cuando estuve en el gobierno y ahora lo hago en la oposición. Yo disfruto haciendo esto. Los dos momentos más bonitos que recuerdo y que sé que tenemos que seguir viviendo más son los de las bombas para los diabéticos y las matrículas gratuitas en la Universidad. Con lo que ha caído en la pandemia, los universitarios andaluces saben lo importante que ha sido. Eso da una satisfacción incalculable.
-Usted sabe que va a tener competencia para encabezar el nuevo proyecto del PSOE
-Pero cuando llegue el momento. Somos el partido de las primarias y los compañeros y compañeras votarán libremente en Andalucía el futuro de nuestro partido.
-¿El momento cuando es?
-Lo que ha marcado el Comité Federal. Vendrá un congreso federal y después vendrá un congreso regional. No me voy a desviar un minuto. Estoy centrada en la pandemia
-Su contrincante, que va a ser Juan Espadas, viene con la bendición de Ferraz. ¿Usted se considera una rebelde dentro de su partido por su empeño en continuar?
-Yo respeto y tengo un cariño profundo por todos mis compañeros y compañeras. Y como tal esa es mi actitud. Y vitalmente siempre he sido rebelde, porque decirle a mis padres que me afiliaba al PSOE no fue fácil. Ellos eran de una generación que todavía tenía el miedo en el cuerpo. Yo estoy viviendo esta etapa con mucha serenidad, con mucha tranquilidad, con mucha humildad, contenta por lo que tengo que hacer y cuando llegue el momento con un respeto profundo por todos los compañeros y compañeras.
-¿No querer aceptar ofertas para irse fue un acto de rebeldía?
-Todo el mundo sabe dónde está mi compromiso. Se han escrito muchas cosas que no se corresponden con la realidad. Mi compromiso está en Andalucía.
¿Usted se imagina una vida fuera de la política?
-Es que la política es la vida. Decía Machado que había que hacer política porque si no otros la harían por ti y seguramente contra ti. Hace política quien está en una asociación de vecinos o quien defiende a sus compañeros y compañeras en la Universidad.
-Entiendo que va a hacer política toda la vida.
-Yo creo que siempre, aunque te retires de la vida pública, aunque te jubiles. Es una vocación muy noble. Yo hago política cuando opto por que mi hijo vaya a un colegio público, porque estoy defendiendo la educación pública, o cuando no tengo un seguro privado de salud porque creo en la sanidad pública. Uno hace política en el ámbito público y también en el privado con su comportamiento.
-¿Ha visto el último barómetro?
-Eso no se se lo cree ni Bendodo ya. A mí me gustaría que cuando se hicieran gracietas se las pagasen con su dinero, porque ese dinero haría falta para muchos comercios, para muchos negocios, para mucha gente que lo está pasando mal. Si quieren una gracieta para animarse o para mandarle un mensaje a su jefe de filas, que se la paguen con su dinero.
-Preguntar por usted, por María Jesús Montero y por Juan Espadas...
-Forma parte de las gracietas de Bendodo y de Moreno Bonilla
-¿Cree que es inmiscuirse en el proceso interno del PSOE?
-Es que no le eché cuentas. Todos sabemos que el valor de lo que diga Bendodo es ninguno. No perdí ni un minuto.
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