La huerta de Europa se seca y el drama se traduce en números. El brusco descenso de las precipitaciones, que encadena ya cinco años seguidos en Andalucía, está teniendo una traducción directa en unas cifras de la economía regional que ya exhiben el lastre que ... pesa sobre las posibilidades de crecimiento.
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Esta semana, cuando el presidente de la Junta, Juanma Moreno, se presentó en Europa para solicitar al vicepresidente de la Comisión Europea, Maroš Šefčovič, la necesidad de activar el Fondo de Solidaridad que la UE reserva para situaciones de catástrofe, lo hizo con un informe en el que se detalla el impacto que la sequía está teniendo en la economía andaluza.
La novedad que aporta este estudio, titulado «La sequía, una catástrofe natural en Andalucía» es que más allá de porcentajes y aproximaciones se ofrecen cifras concretas acerca de lo que está sufriendo el sector primario en Andalucía y la repercusión que eso está teniendo en el conjunto de la economía regional.
En sus conclusiones, el estudio indica que el impacto de la sequía en el PIB andaluz en 2023 ha sido del 2,1 por ciento, lo que se traduce en una merma de 4.270 millones de euros . La proyección en este año, con un impacto porcentual similar es de 4.525 millones de euros menos en la riqueza generada por la economía en Andalucía.
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Para llegar a esa conclusión, el informe analiza uno por uno todos los sectores y subsectores económicos que de una u otra manera se ven afectados por la escasez de agua, con especial atención en la producción agraria, cuyo peso en el Valor Agregado Bruto del total de la economía andaluza es el 8,9 por ciento.
A partir de las estimaciones elaboradas con los indicadores de producción agraria del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), se concluye que en 2023 la producción agraria regional cayó un 13 por ciento frente al 2 por ciento del conjunto de España y que la industria agroalimentaria también se desplomó un 13 por ciento.
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La sequía no afecta a todos los subsectores de igual manera. El más perjudicado es el de los cereales, con una caída del 35,2 por ciento; mientras que el de los frutales no cítricos descendió un 9,6 por ciento y la producción de hortalizas, un 7 por ciento.
Estos descensos en la producción tienen su traducción en el tejido empresarial y en el empleo. El informe revela que en el primer trimestre de 2023 el número de empresas agrarias andaluzas se redujo en un 2,9 por ciento, y el de empresas exportadoras, en un 4 por ciento sólo en el primer cuatrimestre del año.
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Para llegar a esa conclusión, el informe analiza uno por uno todos los sectores y subsectores económicos que de una u otra manera se ven afectados por la escasez de agua, con especial atención en la producción agraria, cuyo peso en el Valor Agregado Bruto del total de la economía andaluza es el 8,9 por ciento.
A partir de las estimaciones elaboradas con los indicadores de producción agraria del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), se concluye que en 2023 la producción agraria regional cayó un 13 por ciento frente al 2 por ciento del conjunto de España y que la industria agroalimentaria también se desplomó un 13 por ciento.
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La sequía no afecta a todos los subsectores de igual manera. El más perjudicado es el de los cereales, con una caída del 35,2 por ciento; mientras que el de los frutales no cítricos descendió un 9,6 por ciento y la producción de hortalizas, un 7 por ciento.
Estos descensos en la producción tienen su traducción en el tejido empresarial y en el empleo. El informe revela que en el primer trimestre de 2023 el número de empresas agrarias andaluzas se redujo en un 2,9 por ciento, y el de empresas exportadoras, en un 4 por ciento sólo en el primer cuatrimestre del año.
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Todo ello tuvo su reflejo en el empleo rural, con un descenso del 9,4 por ciento de ocupados en el sector agrario y del 4,5 por ciento en la industria de la alimentación.
En el estudio también se citan los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social, que alertan de que el número de empresas agrarias inscritas en la Seguridad Social ha disminuido un 3 por ciento y que el número de las empresas exportadoras de alimentos sufrió asimismo un descenso del 4 por ciento, según datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Este último indicador está relacionado con la merma del superávit de la balanza comercial exterior de alimentos, que descendió un 15,1 por ciento, según datos de la Consejería de Economía, Hacienda y Fondos Europeos citados en el estudio.
En comparación con el conjunto de España, la exposición de Andalucía a los efectos de la sequía es sensiblemente mayor, ya que de manera directa, casi el 10 por ciento del Valor Añadido Bruto (VAB) y del empleo (8,9% y 9,6%, respectivamente) son del sector primario y de la industria de la alimentación en Andalucía, porcentajes sensiblemente superiores a lo que representan en todo el país (5,6% del VAB y 6,4% del empleo).
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Esta diferencia también se refleja en las exportaciones internacionales. Las andaluzas proceden en un 32,4 por ciento de productos alimenticios, un porcentaje que casi dobla a las españolas, que suponen un 16,5 por ciento de todo lo que se vende en mercados extranjeros.
Aunque el sector primario es el más perjudicado por la sequía, en el informe también se hace referencia a otros que la padecen igualmente. En concreto, el estudio alude a que sectores que actualmente están atrayendo mayor inversión, como el de la industria de los semiconductores, las baterías o la producción de hidrógeno, que requieren el uso de agua.
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«A ello -explica el texto presentado ante la Comisión Europea- se suma que, dado el plus de gravedad que presenta la sequía en Andalucía, la exposición directa de la economía andaluza es mayor a la que presenta España globalmente o la de otras regiones de Europa».
También alude a un reciente estudio de la Universidad de Loyola que apunta que, si no llueve copiosamente en el próximo año hidrológico, Andalucía se juega entre cinco y siete puntos del PIB y en torno a 145.000 empleos.
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Para sustentar la tesis de que existe una singularidad hídrica en Andalucía y que la sequía debe reconocerse como una catástrofe natural, el informe recuerda que la comunidad es uno de los 20 territorios más relevantes para la biodiversidad del planeta.
Señala por eso que la sequía no sólo es un problema económico, sino también social ya que afecta a muchas familias y a su bienestar y limita el desarrollo de su vida cotidiana. «Nos encontramos ante una sequía que ha sido catalogada como la peor del milenio y en la que 3,5 millones de habitantes viven en municipios en situación de emergencia y casi medio millón no disponen de agua potable o están sufriendo cortes en los suministros», señala.
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