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El pasado viernes Susana Díaz llamó a Pedro Sánchez pasada la votación que le convirtió en el séptimo presidente de España para felicitarle. En la breve conversación le pidió un gesto con la financiación autonómica. Al día siguiente, sábado, Pedro Sánchez llamó a María Jesús ... Montero, consejera de Hacienda y Administración Pública y exconsejera de Salud de la Junta, considerada incluso por la oposición como una de las gestoras de mayor solvencia de la política andaluza y experta en financiación de las comunidades autónomas. El presidente le ofreció ser la ministra de Hacienda y Administraciones Públicas de su gabinete.
Montero comunicó a Susana Díaz la oferta y esta le animó a dar el paso al tiempo que ponía en marcha el reajuste en su gobierno que le obliga el ascenso de su consejera estrella. El mismo sábado por la tarde llamó a la catedrática y feminista Lina Gálvez, cercana a Podemos, y durante el fin de semana fue preparando un pequeño cambio en el reparto de áreas, aunque con las mismas 13 consejerías. Este quedó cerrado el lunes por la mañana tras recibir a Lina Gálvez en San Telmo y aceptar esta ser la consejera de Universidad y Conocimiento. Antonio Ramírez de Arellano, actual titular de Economía y Conocimiento, se hará cargo de la nueva Consejería de Economía, Hacienda y Administración Pública, es decir, parte de lo que llevaba hasta ahora y el departamento de Montero. Una macro consejería que vuelve a los tiempos de Magdalena Álvarez y José Antonio Griñán en los gobiernos de Chaves.
Todos estos cambios, que se harán oficiales hoy con la toma de posesión de los nuevos consejeros, tienen varias lecturas y en el caso andaluz obedece a un puzzle con vista a las elecciones autonómicas. La más destacada es el guiño político de Pedro Sánchez para tender puentes con su rival en las primarias de hace un año. Susana Díaz se mostraba contenta en el Consejo de Gobierno ayer, el último al que asistió María Jesús Montero.
SUR. El Gobierno andaluz eludió hacer una valoración sobre María Jesús Montero, por un «elemental sentido de prudencia» al no haber tomado posesión del cargo, expresó el portavoz, Juan Carlos Blanco. Si bien dijo de la hasta hoy consejera de Hacienda que es «una persona excepcional, con una trayectoria muy sólida».
El PP-A ha sido muy crítico y dijo todo lo contrario de la elección de la consejera de Hacienda, María Jesús Montero, como ministra, ya que la responsabiliza de los «recortes» en la Comunidad, de la falta de ejecución y de los impuestos, por lo que ha advertido: «Que los españoles se agarren bien los bolsillos», expresó la vicesecretaria de Coordinación Institucional y Estudios y Programas del PP andaluz, Patricia del Pozo.
Los líderes de Podemos e IU de Andalucía, Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo, mostraron su escepticismo con el nombramiento de la andaluza como ministra y, aunque han destacado su capacidad, han criticado su «ambigüedad» y los acuerdos que ha alcanzado con Ciudadanos (Cs).
El líder de Ciudadanos en Andalucía, Juan Marín, confió en la voluntad de diálogo de María Jesús Montero al frente del Ministerio de Hacienda, donde su «principal reto» será sacar adelante el nuevo modelo de financiación autonómica. Curiosamente, Cs es el único de los cinco partidos andaluces que no respaldó la propuesta de financiación que Montero llevó al Parlamento consensuada con Podemos, IU y a la que se sumó el PP.
La elección de la política sevillana es un reconocimiento al peso del PSOE andaluz en el ejecutivo de Sánchez. La federación que controla Susana Díaz temía agravios, no verse representada. Carmen Calvo también es del PSOE andaluz, pero es de la cuota sanchista. Montero ha sido mejor vista por los sanchistas que por el núcleo duro del PSOE de Sevilla, todos susanistas. Se afilió al PSOE poco antes de las elecciones de 2015 y durante un tiempo sonó como la más firme candidata para sustituir a Díaz. Todo ello ayudó a tejer una leyenda de rivalidad entre ambas que no es cierta. Tienen muy buena relación, aseguran los entornos de las dos, aunque Montero es de las que no se callan cuando tiene que decir lo que piensa a la presidenta. La hasta hoy consejera, que apoyó a Rubalcaba frente a Chacón, ha exhibido siempre lealtad a Díaz y la respaldó en las primarias.
La satisfacción en el entorno de Díaz ayer era grande, aunque la elección de Montero obedece también a su perfil técnico y político con vista a uno de los objetivos que se ha fijado Sánchez, sacar los Presupuestos de 2019 en una difícil negociación en el Congreso y cumplir el mandato de la estabilidad presupuestaria de Bruselas. Montero ha negociado cinco presupuestos, dos con Izquierda Unida y tres con Ciudadanos en la Junta; En la etapa de la crisis ha logrado que Andalucía cumpla con el ajuste presupuestario y el objetivo de déficit y no superar la media de endeudamiento del resto de comunidades de España.
A partir de mañana, sin embargo, cuando cada una de las dos andaluzas cojan sus carteras de ministras, Susana Díaz las reivindicará como propias del mismo modo. Con Montero hay grandes expectativas para que ponga en marcha un nuevo modelo de financiación autonómica. Andalucía tendrá una aliada en postulados que siempre ha defendido, como la igualdad territorial, el peso poblacional en el reparto del dinero para los servicios públicos y las inversiones o la armonización fiscal. Carmen Calvo supone para Díaz una garantía de la defensa de la unidad de España en el debate territorial, como se ha demostrado en su influencia en las decisiones de Sánchez con la aplicación del 155 en Cataluña. La consejera cordobesa también tenderá puentes a Díaz, aunque no le apoyase en las primarias, porque Andalucía es también un referente en su trayectoria política, aseguran fuentes del PSOE-A.
El inesperado Gobierno de Pedro Sánchez y la elección de Montero como ministra ha permitido a Díaz cambios en su gabinete con vista a las elecciones autonómicas. Susana Díaz fijó hace meses su objetivo de potenciar un perfil feminista con nuevas medidas como la reforma de la Ley de Igualdad. También inició un giro hacia políticas de izquierda, tanto para provocar a su aliado durante la legislatura, Ciudadanos, como para contrarrestar los efectos aún por conocer de la confluencia Podemos-Izquierda Unida.
El fichaje de Lina Gálvez encaja en ambos propósitos. La catedrática de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad Pablo de Olavide, en la que también dirige el Observatorio de Género de Economía, Políticas y Desarrollo, es una experta en igualdad de género con prestigio en universidades extranjeras. Aunque no milita en ningún partido, se le considera cercana a Podemos desde que esta formación nació tras el 15-M. Incluso salió en las quinielas como posible candidata de la futura confluencia en Sevilla. También el sanchismo le había tirado los tejos. Con su fichaje, Susana Díaz gana la partida a unos y a otros, pero también hace un gesto cara a futuras alianzas tras las elecciones.
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