Sánchez profundiza en la polarización y se presenta como el único capaz de parar a la «alianza reaccionaria»

El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE agregó un nuevo elemento de alto valor simbólico: la motosierra. Sin nombrar al presidente argentino, Javier Milei, que ganó las elecciones en el país sudamericano recurriendo a esa herramienta como símbolo de los recortes drásticos que prometía en el gasto público, el líder socialista aludió a «la motosierra de la extrema derecha» para resumir en una sola figura la opción que, asegura, sólo el PSOE puede parar.

Lo hizo ante las cerca de 2.000 personas que acudieron en el Palacio de Ferias de Sevilla a un mitin en el que el presidente del Gobierno estuvo arropado por la cabeza de cartel socialista para el 9-J, Teresa Ribera; la vicepresidenta primera del Gobierno y número dos del PSOE, María Jesús Montero, y el secretario general del PSOE de Andalucía, Juan Espadas.

Sánchez aseguró que el próximo 9 de junio hay dos maneras de votar a Vox, una directa, haciéndolo por el partido de Abascal, y otra indirecta, haciéndolo por un Partido Popular cuyo presidente, Alberto Núñez Feijóo, ya ha dicho que podría acordar con los representantes en Europa de ese espacio político.

Después de que quienes lo precedieron en la tribuna lo presentaran como el adalid de los fondos públicos con los que Europa regó las economías nacionales para superar la crisis provocada por la pandemia, Sánchez aseguró que el Partido Popular estuvo en contra de esta fórmula, que permitió aumentar las plazas de Formación Profesional, beneficiar a 200.000 agricultores con la modernización de sus regadíos o convertir a este país en la referencia fundamental de las energías limpias y renovables. «Yo no sé en qué equipo juega Feijóo, pero seguro que no juega en el equipo de España», afirmó.

El secretario general socialista subrayó que la «respuesta antisocial» de Europa a la crisis financiera y la «respuesta social» que se dio a la pandemia y a las consecuencias de la guerra en Ucrania salieron del mismo lugar, Bruselas, y que la disyuntiva que se dirime en las urnas el próximo 9 de junio es si se quiere repetir una receta o la otra. «Hace diez años, Europa se tambaleó como consecuencia de los hombres de negro, imaginen si vuelven con la legitimidad de los votos y la motosierra», dijo en una nueva alusión al presidente argentino.

En esa línea, aseguró que si en algo ha ayudado que «el presidente de otro país» haya venido a España para calificar de aberración la justicia social, es que ha expresado «lo que Abascal y Feijóo piensan de la justicia social pero no se atreven a decir».

El presidente del Gobierno se refirió a las elecciones generales del año pasado para afirmar que «si les ganamos el 23 de julio, vamos a ganarles el 9 de junio en Andalucía y en España» y aseguró que lo quieren quebrar con desinformación, «pero van listos, vamos a seguir gobernando el tiempo que quieran los españoles». «En democracia son los ciudadanos los que ponen y quitan gobiernos, no ellos con su difamación y sus bulos», enfatizó ante un público enfervorizado que dedicó la mayor ovación a la referencia del presidente al reconocimiento por España del Estado palestino. Cuando se conozca todo lo que está sucediendo en Gaza, vaticinó, «los españoles podrán levantar la cabeza con orgullo y decir que hubo un gobierno que los puso del lado correcto de la historia».