El retraso en el acuerdo del pacto por la atención primaria en Andalucía obliga a negociarlo en plena campaña

El acuerdo por la atención primaria fue uno de los flecos que quedaron pendientes de atar cuando el pasado 13 de marzo los agentes sociales y la Junta de Andalucía firmaron el Pacto Social y Económico por el Impulso de Andalucía. En aquel documento, todas las partes se comprometieron a concretar un pacto por la atención primaria que reforzara ese servicio mediante la asignación al mismo de al menos el 25 por ciento del presupuesto del sistema sanitario. Este acuerdo fue presupuestado en 3.370 millones de euros.

Dos meses y tres maratónicas reuniones después, el pacto no ha sido aún firmado y las partes negociadoras –la direcciones de Personal y de Asistencia Sanitaria de la Consejería de Salud por un lado y los sindicatos CCOO, UGT, CSIF, Satse y Sindicato Médico por el otro- se han emplazado para una próxima reunión el miércoles próximo, ya en plena campaña electoral y en la víspera de la última sesión de control parlamentaria al presidente de la Junta antes de la cita con las urnas.  

Cuando Juanma Moreno comparezca ante la Cámara el próximo jueves podrá hacerlo con dos escenarios posibles: un acuerdo firmado que zanjaría una de las cuestiones por las que más críticas ha recibido su gobierno en este segundo mandato o una movilización de protesta que ya ha sido convocada y que sólo se levantará si hay acuerdo o al menos avances sustanciales.

Los sindicatos ya se movilizaron el pasado jueves tras denunciar que no hay avance en las negociaciones y a pesar de ello en el Gobierno andaluz no ven lejana la posibilidad de un acuerdo, aunque temen que el calendario preelectoral lo retrase.

La manera en que se han desarrollado las negociaciones revela un diferente manejo de los tiempos. Los sindicatos consideran exasperante el ritmo impuesto por la Junta; en la Administración no quieren que las prisas lleven a repetir lo que ya sucedió con el acuerdo firmado en enero con el Sindicato Médico, cuya rápida ruptura reveló no estar sustentado en bases sólidas.

La del próximo miércoles será la cuarta reunión que se celebra y las sensaciones con las que ambas partes salieron de la anterior después de diez horas en torno a una mesa fueron diametralmente opuestas. Los representantes del sector consideraron que apenas se habían conseguido avances, desde el Gobierno valoraron que se rozó la posibilidad de alcanzar un acuerdo.

Pese a que el Pacto Social fija un objetivo presupuestario marco para la atención primaria ya acordado por el Gobierno y los agentes sociales, lo que está impidiendo ahora un acercamiento de las partes es precisamente un problema de presupuesto.

Hay cuestiones en las que se han producido avances sustanciales y que están relacionados con los asuntos asistenciales, como el desdoblamiento de cupos, la asignación de cupos a médicos de apoyo que actualmente no tienen cartillas asignadas o una incorporación de fisioterapeutas que permitiría rebajar a la mitad la actual ratio de profesional por número de cartillas.

Incluso en lo relacionado a la polémica orden de tarificación de los servicios concertados también se han explorado fórmulas que convencerían a ambas partes.

El obstáculo aparece en las cuestiones retributivas, que los sindicatos consideran esenciales para evitar la escasez endémica de profesionales. Entre ellas destaca la estabilización de los profesionales eventuales cuyos contratos se prolongaron durante la pandemia o las mejoras en la carrera profesional.

Ahí se encuentran de momento los obstáculos más serios, a los que suma, al menos durante las dos próximas semanas, un calendario en principio poco proclive al acuerdo.