El reto de frenar el crimen organizado

Esta huella de sangre de las organizaciones criminales ha sido sobre todo visible en la provincia de Málaga, que es la zona de Andalucía en la que más crímenes se registraron tanto en 2018 (21) como en 2019 (25). Solo en Málaga, los homicidios y asesinatos han crecido un 177 por ciento entre 2017 y 2019, pasando de nueve casos a 25.

La Costa del Sol vive un bienio sin precedentes que deja más de medio centenar de episodios violentos con la firma del crimen organizado, que incluso ha protagonizado los primeros casos de narcoterrorismo con el uso de artefactos explosivos para provocar atentados que estaban relacionados con el tráfico de drogas.

Años negros en los que el Ministerio del Interior pone su punto de mira en las provincias de Málaga y Cádiz, donde considera que actúan entre cien y doscientas bandas. Los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del estado investigan casos en los que los delincuentes, cada vez, se vuelven más violentos.

Esto se debe principalmente a dos aspectos. El primero es el cambio del perfil del narco y de los criminales que se mueven en este ámbito, ya que ahora son más jóvenes y con menos miedo a hacer uso de un arma de fuego. Son más violentos. El segundo es lo que en el argot se denomina un 'vuelco', que no es otra cosa que asaltar el transporte o la 'guardería' (escondite) donde una organización custodia la droga para robársela. Estos han proliferado en los últimos años.

Una razón para ello ha sido el refuerzo de las estructuras de la Policía Nacional en el Campo de Gibraltar y la creación del Organismo de Coordinación del Narcotráfico (OCON) de la Guardia Civil, con lo que el Ministerio del Interior ha aumentado la presión en la zona y ha logrado, en solo año y medio, acometer casi 3.000 detenciones.

Ante esta situación, los narcos ahora tienen que desplazarse fuera del Campo de Gibraltar para los desembarcos, lo que les hace más débiles. Con la dificultad que entraña actualmente realizar un alijo, sale mucho más rentable robarlo, razón por la que en los últimos años se ha registrado un incremento en los 'vuelcos'.

Tanto para hacer frente al problema del crimen organizado como para luchar contra el incremento de la criminalidad que se ha registrado en 2019 en Andalucía –ha aumentado un 1,5 por ciento respecto al año anterior–, los principales sindicatos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado insisten en la necesidad de contar con más agentes. Durante los últimos años no se han producido nuevas promociones de agentes a un nivel adecuado para suplir el número de los que se retiraban, por lo que la carencia de efectivos es patente tanto en la Policía Nacional como en la Guardia Civil. Por ello, insisten en que es necesario una apuesta firme del Gobierno por aumentar el número de agentes de estos cuerpos.

Desde los principales sindicatos dan cifras que reflejan esa carencia en las plantillas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Por ejemplo, desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) indican que actualmente unos 14.000 efectivos conforman la dotación del cuerpo en la región, un dato insuficiente para ellos, que aseguran que habría que aumentar esta proporción en un 30 por ciento (4.200 efectivos) para «cubrir con más eficacia las necesidades operativas». Por su parte, desde los sindicatos más representativos del Cuerpo Nacional de Policía, Jupol y el Sindicato Unificado de Policía (SUP), afirman que pese a que hay más de 10.000 policías en Andalucía, harían falta alrededor de 2.000 más para alcanzar un nivel adecuado para poder ofrecer así un mejor servicio a la ciudadanía.

Pero para que la apuesta por invertir en seguridad sea efectiva, también es necesaria que se haga en cuanto a los medios materiales. Se reclaman más coches, mejores instalaciones, la implantación de la pistola taser o escudos balísticos para protegerse de las armas de guerra como el AK-47, que se ha empleado últimamente por el crimen organizado. Una fuerte reivindicación en ambos cuerpos es la necesidad de contar con más chalecos de protección para que cada agente tenga el suyo propio.

Aunque en los últimos años se ha avanzado en este sentido, insisten en que aún faltan alrededor de 9.000 en Andalucía para que esta premisa sea una realidad en Policía Nacional y Guardia Civil. Sus agentes también coinciden en otra exigencia por la que vienen luchando desde hace años: equiparar su sueldo con los Mossos d'Esquadra, Ertzaintza y policías locales.