PP, Cs y Vox se reafirman en que tres presidentes socialistas hablen de corrupción a dos días del 10-N

Andalucía siempre ha sido clave en unas elecciones generales, sobre todo porque aporta 61 de los 350 diputados al Congreso de los Diputados/as. En la repetición de las de abril este próximo 10 de noviembre sigue siendo así, como atestigua que los líderes del PSOE, Pedro Sánchez, PP, Pablo Casado, y Cs, Albert Rivera, abran hoy campaña en Sevilla los dos primeros y en Cádiz, el tercero. Íñigo Errejón ha elegido también Sevilla para estrenarse como candidato a la Moncloa por Más País.

Casado se verá arropado por Juanma Moreno, presidente de la Junta; mientras que con Pedro Sánchez harán de teloneras la expresidenta Susana Díaz y la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero. Ambas políticas sevillanas, provincia en la que los socialistas ganaron con holgura en abril, afrontan una campaña complicada al ser citadas por el Parlamento andaluz para que hablen de supuesta corrupción en la extinta Faffe (fundación para la formación de empleo) por decisión de PP, Cs y Vox, que suman mayoría en la Cámara autonómica.

Estos tres partidos, y Adelante Andalucía, se reafirmaron ayer en citar a Díaz y a los también expresidentes socialistas Manuel Chaves y José Antonio Griñán, además de otros tres exconsejeros y Montero para que declaren en la comisión de investigación sobre la Faffe los días 7 y 8, a solo dos de las generales.

El PSOE considera que la citación en esas fechas obedece a una clara intención del PP, Cs y Vox de utilizar el Parlamento andaluz como «altavoz de la campaña electoral», según palabras de Susana Díaz, para perjudicar la imagen de los socialistas, que según las encuestas ganarían en esta comunidad. Ocurre además que el día 8 también se ha citado al dueño del antiguo prostíbulo 'don Angelo', en el que un exdirectivo socialista de la Faffe pagó servicios por 15.000 euros con una tarjeta pública. Los partidos de las derechas quieren que los expresidentes convocados hablen de ello en víspera electoral, lo que es interpretado por Díaz como un intento de «embarrar la vida pública» y de «difamar», en lugar «de gobernar».

Con todo, la dificultad para citar a Díaz hizo ayer dudar de su presencia en la comisión la próxima semana. Cs la acusó de poner «palos en las ruedas» para no asistir, según la diputada Teresa Pardo. El rifirrafe se debe a un error de la presidencia de la comisión, que citó a Díaz a través del grupo parlamentario. Según el PSOE, la citación debe ir directamente a la persona.

La oposición teme subterfugios juridicos para retrasar las comparecencias de los mandatarios socialistas. Aunque se busquen vericuetos para escapar de la trampa de la citación en plena campaña electoral, los socialistas admiten que desobedecer el mandato parlamentario tiene el riesgo de verse en los tribunales por ello.