Los Presupuestos de la Junta de Andalucía para el año que viene incluirán líneas de ayudas para empresas que a causa de la crisis afronten problemas de circulante. La Consejería de Hacienda estudia en estos días cómo dar cauce a estas ayudas, que estarán sustentadas ... con fondos europeos y se canalizarán a través de las consejerías de Empleo, de Política Industrial y de Turismo.
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Una de las cuestiones en estudio es el marco para la concesión de estas ayudas, que tendrán un fondo de al menos 500 millones de euros. Sobre la mesa está la posibilidad de concederlas a empresas que demuestren atravesar un momento de falta de circulante a causa de la crisis provocada por la pandemia. Otra opción es que se opte por la crisis energética como causa que pueda ser aducida para esa falta de liquidez. En todo caso, deberá ser un marco que pueda ser aceptado como válido por las autoridades europeas.
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Este fondo para garantizar el circulante de las empresas andaluzas forma parte de un paquete de actuaciones de carácter económico que irán incluidas en el Presupuesto y que ascenderá a más de 6.000 millones de euros, según anunció el pasado lunes el presidente de la Junta, Juanma Moreno. Se trata de un montante superior en un 35 por ciento a los fondos destinados al mismo fin en las cuentas de 2021, actualmente prorrogadas tras haberse rechazado en el Parlamento las presentadas por el anterior gobierno autonómico.
Moreno explicó que el objetivo es potenciar sectores económicos claves como la agricultura, la industria, la innovación y el turismo. En ese apartado no se cuentan las políticas de empleo ni los autónomos, que se consideran gasto social.
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La inclusión de esta línea de estímulos y ayuda a las empresas está basado en un escenario macroeconómico que dista de ser optimista debido a la crisis energética provocada principalmente por la guerra. De hecho, el nuevo proyecto de Presupuestos, que será aprobado el próximo viernes en un Consejo de Gobierno extraordinario para ser remitido al Parlamento, se han elaborado sobre la base de una previsión de la economía andaluza el año próximo del 1,9 por ciento, un escenario alejado de las proyecciones sobre las que se trabajaba antes del inicio del conflicto bélico en Ucrania.
Aun así, se trata de una estimación superior en ocho décimas a la de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) y que se sitúa también por encima del que señala el informe LEO de la Universidad de Loyola y la Confederación de Empresarios de Andalucía, conocido este martes y que estima que la economía andaluza crecerá el año próximo en un 1,3 por ciento.
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2022: 4,3 %
2022: 3,6%
2022: 3,9%
Pese a esta discrepancia, la Airef ha avalado las previsiones de la Junta al considerar que se sitúan dentro de la horquilla en el que la proyección de crecimiento sobre el que trabajan en la Consejería de Hacienda puede considerarse factible. Según el escenario que plantea la Junta de Andalucía, el PIB regional crecerá este año en un 4,3 por ciento, incremento que se reducirá al 1,9 por ciento en 2023.
Ambas previsiones de la Junta, la de crecimiento para este año y la planteada para el año próximo, son inferiores al marco sobre el que el Gobierno central ha elaborado el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2023.
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El anterior informe elaborado para la CEA preveía un crecimiento de la economía andaluza del 4 por ciento para este año y del 1,9 por ciento para el próximo. La nueva proyección es del 3,9 por ciento para este ejercicio y del 1,3 por ciento para el que viene y este escenario a la baja se fundamenta en las pesimistas perspectivas de crecimiento a nivel global, cuyo contexto inflacionario podría afectar a las exportaciones de la economía andaluza.
Además, debido a un contexto global marcado por el aumento del precio de la energía, la inestabilidad geopolítica en la Europa del Este, la lenta recuperación de las cadenas de suministro y la caída del consumo en los hogares el informe vaticina ese peor pronóstico para la economía andaluza en 2022 y 2023, reduciendo las previsiones anteriores.
En cuanto a la inflación, y aunque la política monetaria global intente hacerle frente a través de la subida de tipos de interés, el estudio indica que el panorama durante el segundo semestre de 2022 se prevé aún complicado hasta que no se estabilice al menos el precio de las materias primas. Esto afecta directamente a la economía andaluza, que tampoco espera una moderación de su inflación a corto plazo, pero sí para 2023, cuando se espera que den fruto las políticas de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) y se modere la inflación.
El informe también hace referencia al turismo. Aunque en los últimos meses se experimentaron datos al alza gracias al repunte del actividad nacional e internacional y el total levantamiento de las restricciones pandémicas, la adversidad en el escenario económico global comienza a afectar a las economías española y andaluza. La actividad económica mundial se está desacelerando a escala global (tanto en las economías avanzadas como en las emergentes), encontrándose Europa en el epicentro de la tormenta.
De todos modos, la situación nacional y regional está marcada por luces y sombras, ya que el Turismo y la Hostelería siguen mostrando un fuerte dinamismo y el mercado laboral sigue teniendo máximos históricos, con la tasa de desempleo en sus niveles más bajos.
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