El presidente de la Junta y Juan Espadas se reprochan las listas de espera por la dependencia

No hay debate en la política andaluza que no pase por la discriminación que, en opinión de la Junta, sufre Andalucía frente a otras comunidades y en esta ocasión no ha sido diferente. A ese argumento recurrió el presidente de la Junta, Juanma Moreno, cuando el secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, lo acusó de ser «el enemigo público número uno» de la Ley de Dependencia en Andalucía. En su respuesta, Moreno afirmó que quien merece ese calificativo es el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Espadas se refirió a los 3.700 andaluces que, aseguró, han fallecido este año mientras esperaban la prestación y tras advertirle de que no iba a tolerar que el presidente de la Junta se escudara en el pasado o en otros gobiernos, en referencia al Ejecutivo central, le recordó su paso por la secretaría de Estado de Servicios Sociales en la época en la que, afirmó, el Gobierno central transfería a Andalucía la mitad de los recursos que ahora se envían para atender esta necesidad, menos de 1.500 millones frente a los casi 3.000 millones de la actualidad.

Según el líder socialista, el Gobierno andaluz, pese a contar con unos presupuestos históricos tiene unos resultados a su juicio nefastos, y en el caso de la dependencia está cambiando «un sistema de tramitación en la gestión de ese derecho que ha generado el caos».

La Junta de Andalucía considera que en esta cuestión, como en otras, Andalucía sufre discriminación por parte del Gobierno. La inversión en dependencia para este año es de 1.211 millones de euros, lo que supone 500 millones de euros más de lo que invierte el Estado. De acuerdo a estas cifras, el Gobierno central debería aportar a la prestación de este servicio en Andalucía 500 millones más para igualar la inversión de la Junta y llegar a un nivel de financiación a partes iguales como la que existe en el País Vasco.

En su respuesta a Espadas, el presidente de la Junta admitió que es muy difícil revertir lo que ha sucedido en las casi cuatro décadas de gobiernos socialistas, cuando en su opinión se despreciaba a los mayores y se alcanzaron las peores cifras en la historia de Andalucía.

Según los datos de la Junta, en 2018, último año de gestión socialista, se destinaron a dependencia 200 millones de euros, cantidad que seis años después se ha incrementado en casi un 43 por ciento para alcanzar los 286 millones, mientras que el número de personas dependientes con ayuda a domicilio ha aumentado en un 138,2 por ciento al pasar de 65.000 a 155.000

Moreno defendió que su gobierno está acometiendo una reforma estructural del sistema de la dependencia porque «había un caos absoluto heredado de décadas de no hacer nada».