El PP blinda en el Parlamento a la consejera de Salud

El Partido Popular diseñó con esmero el escenario de defensa de su consejera. La mayor parte de los altos cargos del departamento, incluyendo todos los delegados provinciales, arroparon a Catalina García en el hemiciclo y la defensa la asumió desde la tribuna la cordobesa Beatriz Jurado, portavoz del PP en materia sanitaria, una diputada de verbo explosivo especialista en ejercer la defensa de la actual gestión de la consejera de Salud mediante el ataque al PSOE y a sus años al frente de la Junta.

Esta ocasión no supuso una excepción en esa estrategia. Jurado comenzó su intervención asegurando que la reprobación propuesta por los socialistas obedecía a una campaña «machista y misógina para atacar a quien está defendiendo la sanidad en Andalucía». A continuación, advirtió de que su partido, con la mayoría absoluta de la que disfruta en el Parlamento de Andalucía, podría reprobar al ministro del Interior por su falta de actuación después del asesinato de los guardias civiles en Barbate, al de Transportes por desestimar proyectos claves para Andalucía o a la de Hacienda por la infrafinanciación que sufre la comunidad andaluza. «Pero no vamos a entrar en esa confrontación», dijo la diputada tras señalar que la postura del PSOE no responde a una pugna entre diferentes modelos sanitarios, sino a una campaña de acoso y derribo contra la consejera.

Fiel a sus argumentos acostumbrados cada vez que tiene que defender la gestión del Gobierno andaluz de las críticas socialistas, Jurado aseguró que el PSOE, con sus antecedentes, no está legitimado para reprobar a la consejera.

La portavoz socialista, Ángeles Férriz, asumió la defensa de la propuesta de reprobación presentada con el argumento de que lo que considera un deterioro constante de la sanidad pública andaluza obedece a una estrategia orquestada para hacer crecer el negocio de la sanidad privada.

Tras decirle a la consejera que «si fuera decente ya hubiera ido» se dirigió a los cargos de la Consejería de Salud presentes en la sala para afirmar que esa presencia le despertaba tranquilidad, ya que «el tiempo que estén ahí sentados no están destrozando la salud pública».

Férriz acusó a los responsables de Salud de falsear las listas de espera y aseguró que Juanma Moreno «es la pandemia que está destrozando el sistema sanitario público y la consejera, su brazo ejecutor». La portavoz despertó ruidosas protestas de la bancada popular al asegurar que todo lo que la Junta presume de haber invertido en el sistema sanitario «se ha hecho con dinero de Europa y del Gobierno de Pedro Sánchez». En esa línea adelantó que los socialistas pedirán al Gobierno que impida que el dinero que se transfiere a la Junta para gasto sanitario pueda ser desviado a conciertos con la sanidad privada.

Los otros dos grupos de la izquierda también su sumaron a la reprobación de García. Inmaculada Nieto, de Por Andalucía, señaló que el problema no es la consejera, sino el modelo que aplica, y que cualquier otra persona en su lugar fracasaría igualmente si se empeñara en poner en práctica el mismo modelo. En esa línea acusó a la Junta de aplicarlo con dogmatismo y firmeza de convicciones a pesar de haber comprobado sus malos resultados.

Maribel Mora, de Adelante Andalucía, calificó de «tóxica» a la consejera y dijo que con el mayor presupuesto de la historia ha generado un destrozo en la sanidad pública.

Vox optó por abstenerse en la votación y su portavoz, Rafael Segovia, prefirió durante su intervención no abordar la actualidad de la salud pública en Andalucía. Sólo se limitó a decir que su grupo no reprueba a la consejera, sino al modelo sanitario, sin entrar en más consideraciones.