El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, acudirá el próximo día 28 a los actos institucionales con motivo del Día de Andalucía, tanto a la izada de bandera en el Parlamento como a la entrega de las medallas en el teatro Maestranza de Sevilla. La ... presencia de Sánchez en estos actos ha sido a petición propia y parece un nuevo intento del dirigente socialista de potenciar su imagen personal y autoridad en su partido en Andalucía.
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Su anuncio ha extrañado en algunos ambientes políticos de la capital andaluza, incluso en su propio partido. A los actos institucionales del Día de Andalucía suelen acudir como invitados ministros y diputados nacionales de esta comunidad, pero casi nunca dirigentes de los partidos que no están vinculados con Andalucía.
Aún así no es la primera vez que Sánchez asiste a un evento autonómico de estas características. El secretario general del PSOE ya estuvo presente en la celebración del Día de Extremadura del pasado septiembre, comunidad que preside otro socialista, Guillermo Fernández Vara, quien apoyó a Díaz en las primarias, pero que se ha buscado hueco en Ferraz como presidente del consejo de Política Federal del PSOE.
Sánchez, además, ha optado por estar presente en la celebración institucional del Día de Andalucía y no en el mitin del PSOE andaluz de este sábado con motivo también del 28F. Una opción en medio de evidencias de nuevas tensiones entre Ferraz y los socialistas andaluces. Estos no han disimulado su contrariedad por el reglamento de los estatutos socialistas aprobado el pasado sábado en Aranjuez y que blindan al secretario general y resta poder a los ‘barones’ territoriales.
Susana Díaz no votó los estatutos al estar ausente del comité federal por motivos de su agenda institucional –tenía un acto previsto con antelación en Jaén–, pero tampoco lo hizo su número dos, Juan Cornejo, que sí fue al comité, pero que se salió antes de la votación para no perder el AVE a Sevilla. Lo mismo hicieron otros miembros del comité afines a Susana Díaz.
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Todos cumplieron, no obstante, con la orden de la mandataria andaluza de no hacer ruido con el reglamento estatutario, pero no ocurrió lo mismo con la polémica generada por el veto del secretario general a Elena Valenciano para que sea la candidata a presidir el grupo de los socialistas europeos en la Eurocámara. Los socialistas andaluces han hecho presión en las redes sociales contra ese veto, entre ellos destacados afines a Díaz como el portavoz parlamentario, Mario Jiménez, y la secretaria provincial del PSOE de Sevilla, Verónica Pérez.
La misma Díaz mostró su respaldo a Valenciano y comentó ayer en una entrevista en Telecinco con Ana Rosa Quintana que no quería «ni pensar» que el veto de Ferraz responde a que la eurodiputada la apoyó en las primarias socialistas. «Cada vez que he ido a Bruselas me ha ayudado muchísimo y he visto el prestigio y la autoridad que tiene», remarcó la presidenta.
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El malestar de los socialistas andaluces fue más tarde reprimido, no obstante, por instrucciones de la propia Díaz, que no quiere seguir más en la diana informativa como la eterna rival de Pedro Sánchez. Mario Jiménez, que escribió en Twitter este martes sentirse «orgulloso» de que la mayoría de eurodiputados socialistas siguieran apoyando a Valenciano, respondió ayer a los periodistas que la decisión de la candidatura europea corresponde a la ejecutiva federal del PSOE.
Díaz, en la entrevista en Telecinco, volvió a manifestar su disposición a ayudar a Pedro Sánchez si este se lo pide, pero también respondió que no hablaba con él desde que se se vieron en Sevilla el pasado día 23, por lo que está claro que su secretario general no parece haberle consultado qué le parece que acuda a los actos del 28F.
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Aquella entrevista en un hotel sirvió para romper el hielo después de la pelea por el liderazgo del PSOE, que perdió Díaz. Hablaron durante una hora en un reservado antes de una conferencia coloquio de Sánchez, pero en sus gestos ante las cámaras dejaron evidencias de estar incómodos. El encuentro escenificó, no obstante, que Sánchez y su equipo de Ferraz tendrían facilidades para contactos con militantes en Andalucía sin zancadillas del aparato regional. Ahora Sánchez acude a los actos del Día de Andalucía y de alguna manera fuerza una nueva foto de acercamiento a Susana Díaz. Aunque la presidenta ocupará un lugar institucional en los dos eventos, alejada del asignado a los invitados, el foco estará otra vez en cómo se miran y se hablan, lo que no gusta al equipo de la presidenta.
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