El paro: 823.900 razones para pasar a la acción

Y sin embargo, no es suficiente. No sólo porque 823.900 personas sin trabajo siguen siendo demasiadas para una comunidad autónoma de 8,4 millones de habitantes, sino porque el paro es el síntoma más evidente del trecho que le queda a Andalucía para alcanzar la convergencia con el resto de España (no digamos de Europa). Y es que la tasa de paro regional está en el 21%, siete puntos por encima de la media nacional. Andalucía no ha recortado ninguna ventaja desde 2002 (cuando empezó la serie estadística), pues entonces también le sacaba siete puntos a la tasa nacional.

El paro sigue siendo hoy el problema número uno para los ciudadanos andaluces; y lo es de forma especialmente dramática para las nuevas generaciones, pues el desempleo juvenil supera el 40%. La falta de trabajo es, junto con la precariedad del empleo y los bajos salarios, el principal abono de la pobreza, que acecha al 38,2% de la población andaluza (al 9,9% de forma severa).

El presidente de la Junta, Juanma Moreno, señaló en su investidura, hace poco más de un año, que la creación de empleo sería su principal prioridad y se marcó el objetivo de generar 160.000 empleos para finales de este 2020 (en campaña electoral había llegado a prometer 600.000).

Para el secretario de Formación y Empleo de UGT en Andalucía, Oskar Martín, la meta debe ser más ambiciosa: «acercarnos a la tasa de paro que teníamos antes del estallido de la crisis». Para finales de 2020 esa tasa «debería ser ya inferior al 15%», apunta. El camino para conseguirlo pasa, según el sindicato, por «promover un cambio de modelo productivo que prime la industrialización, la sostenibilidad y la innovación», «derogar las dos últimas reformas laborales» y «retomar el desarrollo de un Plan Especial de Empleo para Andalucía».

La receta de la patronal es diferente, como es natural. «Los gobiernos deben poner a la empresa como motor de desarrollo. Esa es la mejor política social: que haya más emprendedores y más empresas. Y para eso hay que generar confianza, estabilidad y moderación«, afirma el presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Javier González de Lara, que lo argumenta así: «Si Andalucía tiene un diferencial ancestral con otras regiones, la única manera de reducirlo es impulsar la actividad productiva». En su opinión, el gobierno andaluz «va por el buen camino» bajando impuestos y reduciendo las cargas burocráticas para las empresas. «Falta que a nivel nacional se fije una hoja de ruta clara», apunta.

González de Lara recuerda que hay una circunstancia en Andalucía que ha agravado el problema del paro aunque no sea negativa en sí misma: la población activa ha crecido de forma importante, a diferencia de regiones del Norte que pierden mano de obra. En este contexto, reactivar la formación para el empleo es «fundamental» para Andalucía, una región donde la falta de cualificación y de competencias está condenando al ostracismo a una buena parte de los parados.

Para el economista Fernando Faces, profesor del Instituto Internacional San Telmo, «los grandes problemas económicos de Andalucía, como son el paro y el exceso de deuda, están ligados a la baja productividad de las empresas, cuyas causas son un escaso capital físico y financiero, un tamaño insuficiente, un capital humano poco formado y una Administración ineficiente«.