
Los ERE dan a Moreno otra gran oportunidad
Andalucía en el Dieciocho ·
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Andalucía en el Dieciocho ·
El presidente andaluz, el de mayor impacto en redes sociales en el encuentro de la UE en Bruselas sobre regionesLa sentencia del caso de los ERE supone una gran oportunidad política para Juanma Moreno, quizás el dirigente andaluz al que mejor la ha cogido un fallo que ha noqueado al PSOE, tradicional partido adversario del PP. Por mucho que Susana Díaz no tuviera nada que ver con la etapa de los hechos condenados, representa a un PSOE-A en estado de 'shock' y que tras este varapalo necesitará de una «transformación» que dirigentes y las bases del partido reclaman desde la pérdida de la Junta en enero. Ni enganchándose a que el PSOE vuelve a ser partido de Gobierno con Pedro Sánchez, la llamada baronesa del sur podrá evitar que no le pase factura la catarsis que los socialistas andaluces deberán afrontar para resurgir tras el caso de los ERE, en el que la sentencia a los políticos es la primera de otras muchas relacionadas con la gestión fraudulenta de ayudas de empleo.
Ciudadanos, partido también en el Gobierno de la Junta como el PP, no atraviesa un buen momento huérfano de líder y muy reducida su influencia en el panorama nacional. Juan Marín cuenta con bastantes adversarios internos que tampoco le ven como el líder regional que necesita el partido naranja para remontar, pese a que la vicepresidencia en la Junta le sirva de refugio y plataforma. Adelante Andalucía vive una situación crítica por su división interna respecto al pacto de gobierno de PSOE con Podemos para gobernar España. Las declaraciones de trazo grueso de Teresa Rodríguez sobre los ERE revelan esa contrariedad.
Ninguno de los mencionados parecen gozar de buena posición para liderar la remontada a la bochornosa imagen que el caso de los ERE coloca a Andalucía tan difamada como tierra de fulleros y vagos. Sería injusto y falto de rigor reducir los gobiernos socialistas y su aportación al desarrollo de Andalucía a esta etapa negra de la Consejería de Empleo. Hay que recordar también que la sentencia no es definitiva y será el Tribunal Supremo el que tenga la última palabra.
Aún así, el presente es el que es y Andalucía con el caso de los ERE ocupa un gran espacio en el mapa de la corrupción política en España. No hay ninguna otra sentencia con tanta cuantía fraudulenta (680 millones de euros), con tantos políticos condenados (19) y con cárcel (10). No se trata solo de pasar página rápido, como sugiere el PSOE de ahora, ni tampoco pintar a Andalucía como si fuera otra porque gobiernan Cs y PP, partido este también condenado en otras comunidades por corrupción y con ex presidentes autonómicos encarcelados.
Para hacer creíble que Andalucía ahora es «referente nacional de confianza, de estabilidad, de regeneración, de honradez, de transparencia; de buena gestión, de eficiencia» y que se ha despojado «ya de todos sus lastres», como sostuvo Moreno en su declaración institucional tras la sentencia, son necesarios hechos más que eslóganes de deseos.
Ahora bien, volviendo al panorama de los líderes andaluces que tenemos, Moreno, como presidente de la Junta, tiene ese cometido y el cómo lo gestione supondrá otra gran oportunidad en su carrera política. Y también, como aguardan los suyos, para asentar el proyecto de un PP que siempre soñó con mimetizarse como el PSOE en el poder y el desarrollo andaluz. «Si se administra bien, este es el momento político del PP para demostrar que otro proyecto es posible en Andalucía», afirma un dirigente popular. «Es su oportunidad si sabe manejar las repercusiones de este caso», apunta alguien ajeno al PP. «A la gente tiene que llegarle que representa un nuevo tiempo, a un gobierno que es limpio y con otra manera de hacer las cosas», reconocen dentro de San Telmo.
Moreno, que hace solo un año tenía una dimisión firmada para abandonar la dirección del PP-A por sus malos resultados electorales en Andalucía, se ha colocado por esas piruetas de la política de estos tiempos en un dirigente con cada vez más proyección. Algo que debe sobre todo a la segunda gran oportunidad de su carrera (la primera fue que Rajoy le pusiera al frente del PP-A), la de salir elegido presidente con los votos de Cs y Vox, además de los de su partido. Lo suyo siempre fue lo de calar como la lluvia fina. «El que mejor imagen está transmitiendo es Juanma», admite un dirigente del PP en otro tiempo escéptico con el líder de su partido. Ahora confía plenamente en que es la persona adecuada para que el PP se afiance en la Junta y recupere la hegemonía electoral en Andalucía.
Lo de cómo su imagen institucional va calando en positivo es algo que trabaja a fondo su equipo de asesores convencido de que es una vía para potenciarle como líder con carisma. Un informe del Comité de las Regiones de la Unión Europea del pasado día 13 sitúa a Juanma Moreno como el dirigente político con mayor impacto en redes y medios sociales de los que pasaron por el encuentro sobre regiones y ciudades cara al futuro de la Unión Europea (The European Week of Regions and Cities), celebrado del 7 al 14 de octubre. Se trataba del primer viaje oficial de Moreno a Bruselas y de su primera intervención ante las instituciones comunitarias. El equipo de asesores de Moreno se muestra orgulloso de esta mención especial al presidente andaluz. Las encuestas también le puntúan al alza entre los más valorados de los líderes andaluces, algo que suele pasar con los presidentes sobre todo por su mayor proyección televisiva.
Aun así, la sentencia del caso de los ERE, aún muy esperada, se ha convertido en una prueba de fuego para el presidente de la Junta por la conmoción de unas condenas durísimas e inesperadas. La repercusión le implica de manera doble, como presidente de la Junta y como presidente del PP-A, partido que ha ejercido la acusación particular en esta causa y en todas las que llevan los tribunales sevillanos sobre otras supuestas gestiones fraudulentas de los gobiernos socialistas.
Ni siquiera en los cuarteles generales del PP andaluz, la sede regional del partido en San Fernando y la de la Presidencia de la Junta en San Telmo, a escasos metros una de otra, se esperaba la dureza de la sentencia. La condena de 19 de los 21 acusados de la pieza política de la macrocausa con inhabilitación para todos ellos y prisión para diez; y con presidentes que suman 23 años de gobiernos socialistas de la Junta, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, inhabilitados y con cárcel de seis años para este último, era «un escenario previsible» para el PP-A, pero no el que más barruntaban sus dirigentes.
La inclusión del área de Presidencia en las responsabilidades penales del sistema fraudulento de los ERE era una posición defendida por el PP como acusación particular, incluso antes, cuando en la comisión de investigación del Parlamento en 2012 fue el único partido que sostuvo la responsabilidad política de Chaves hasta el fallido dictamen final. La alegría en el PP es grande al considerar que parte de la sentencia es fruto del trabajo de su gabinete de abogados en la causa, que siempre se pusieron del lado de la primera instructora, Mercedes Alaya, al concebir la teoría de la pirámide de responsables apuntando a lo más alto, cuando la Junta de Andalucía, parte en la macrocausa como acusación entonces, se empeñaba en reducirla al área de Empleo.
En el PP, sin embargo, asumen que una cosa es saberse con razón en este caso tan mediático y otra cómo cale en la opinión pública, sobre todo porque no pueden rebatir el argumento de los socialistas de que ni Chaves ni Griñán se han llevado un euro y que van a pagar duro por intentar dar ayudas a trabajadores en paro y salirles algunos golfos, «por más que el dopaje de las ayudas con un sistema ilegal para mantenerse en el poder es otra forma de corrupción, pero corrupción al fin y al cabo», señala un experto jurídico. Hay temor en el PP a una «ola de simpatía» con los presidentes condenados, advierte una fuerte de este partido. También preocupa que la sentencia puede incidir en «una parálisis» de la administración por endurecimiento de los controles por parte de los funcionarios que no quieren verse en otra, lo que pondría en jaque las reformas prometidas por PP-Cs para reducir trabas administrativas a las empresas. Por ello, en el PP hay quienes apuntan a que hace falta algo más que proyectar la imagen institucional de Moreno. «Quizás más 'punch' del Gobierno en la gestión que en la institucionalidad», apunta un dirigente.
Tampoco hay que descuidar al partido, añade. «Hay que fortalecerlo más», advierte recordando los resultados del 10N, en los que lo de menos fue que ganara el PSOE, sino que Vox se le quedara al PP a cerca de 7.000 votos. La oportunidad de Moreno con el caso de los ERE tiene sus armas de doble filo, por eso en su entorno son prudentes y conscientes de que el éxito va a depender mucho de que «no se cometan errores y la gente vea que este Gobierno está limpio y va a hacer las cosas de otra manera».
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