Moreno y Espadas se acusan de la falta de diálogo sobre los Presupuestos

Tanto los socialistas como Por Andalucía han lanzado críticas en dos direcciones, al contenido del documento y a la falta de diálogo del Gobierno. Esta última, con especial dureza después de que el presidente de la Junta, Juanma Moreno, lamentara desde Egipto, donde participa de la Cumbre del Clima, lo que entiende como escasa predisposición del diálogo por parte del PSOE.

Moreno aseguró que nunca un gobierno de la Junta ha hecho un esfuerzo de diálogo como el del actual ejecutivo y puso como prueba las reuniones convocadas tanto por el consejero de Presidencia como por su par de Hacienda y aseguró que frente a esta mano tendida el único objetivo de los socialistas es desgastar al Gobierno. «La crítica fácil no la podemos entender», dijo.

Los grupos de la oposición consideran que esta supuesta disposición al diálogo no es más que una fachada detrás de la cual se encuentra la decisión de sacar adelante los Presupuestos desde la mayoría absoluta del PP en la Cámara. «Soy más de mesa de diálogo y acuerdo que de enmienda a la totalidad pero el Grupo Socialista ha tenido que presentar la suya porque Moreno Bonilla no ha mostrado interés en abordar los presupuestos con el PSOE», dijo el líder socialista, Juan Espadas, que aseguró que no ha habido reunión alguna par hablar de Presupuestos, por lo que «no hay que inducir a engaño a la opinión pública».

Espadas aseguró estar asistiendo a una situación en la que desde el Gobierno andaluz se pretende aparentar una disposición al diálogo que en realidad no existe.

También la portavoz de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, que fue más dura y aseguró que decir que hubo predisposición al diálogo por parte del Gobierno es faltar a la verdad.

Pero las críticas no ha sido sólo por lo que los grupos de la oposición entienden como falsas ofertas de acuerdo, sino también al contenido del proyecto.

Para el PSOE, la propuesta del Gobierno «no refleja la coyuntura actual ni la realidad de crisis de precios y energética, como sí hacen otros gobiernos de comunidades autónomas». Según Espadas, el proyecto presupuestario planteado por Moreno Bonilla dibuja en Andalucía «una brecha de desigualdad creciente», con incremento de la población en exclusión y en riesgo de pobreza e impacto de la inflación sobre la población y la economía que conforman una situación que la Junta debería combatir, aunque no lo hace.

Espadas también rechaza el mensaje del Gobierno andaluz de que éste es el presupuesto más social de la historia de Andalucía, ya que las partidas para sanidad, educación y políticas sociales tienen menos peso en el global de los Presupuestos respecto a anteriores ejercicios y tampoco se recoge que la sobrerrecaudación de la Junta vaya a mejorar financiación de los ayuntamientos. En su opinión, las cuentas «minoran los fondos para servicios públicos esenciales» con su modificación fiscal e «incrementa el gasto corriente en altos cargos y propaganda, que son «elementos no prioritarios» en estos momentos de crisis».

La enmienda a la totalidad presentada por Por Andalucía hace hincapié en que los Presupuestos consagran un modelo fiscal fracasado que en su opinión reedita fórmulas tributarias clasistas y «sin más horizonte estratégico que la desregulación y la economía especulativa, ni más ejercicio del autogobierno que la utilización constante de sus decisiones como munición electoral». Entiende por ello que el proyecto presentado por el Gobierno no refleja el Presupuesto que necesita Andalucía y no aborda la crisis económica y social y la emergencia climática.