Más de 240.000 personas han dado positivo por coronavirus en PCR o test de antígenos desde el inicio de la pandemia en Andalucía. La región va camino de sumar cinco mil muertes por la enfermedad. ¿Pero qué ha ocurrido con el resto de ... contagiados? En el informe semanal publicado en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), la Consejería de Salud revela la evolución de los casos confirmados hasta ahora. Y la mayoría, al menos por el momento, no presenta secuelas. El 62,9 por ciento (unas 155.000 personas) se han recuperado sin secuelas y otro 16,8 por ciento presenta un cuadro provisional, porque aún no han negativizado el virus, pero favorable. Es decir, casi el 80 por ciento de los infectados se han curado sin que por el momento hayan tenido problemas posteriores. El dato incluye a los asintomáticos diagnosticados, que ni siquiera desarrollaron signos de la enfermedad. La Junta desconoce la evolución del 17,7 por ciento de los casos, aunque los expertos concluyen que habría constancia de consultas médicas en caso de haber tenido secuelas. Apenas un uno por ciento, entre los pacientes que tienen secuelas y aquellos con una evolución provisional pero desfavorable, ha sufrido consecuencias tras superar el virus.
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Entre las secuelas más comunes después de un contagio por coronavirus destacan las dificultades respiratorias y el cansancio por una posible reducción de la capacidad pulmonar. En abril, la publicación especializada European Respiratory Journal detalló que otros coronavirus, como el SARS-CoV y el MERS-CoV, provocaban problemas de este tipo incluso durante años después de contraer la infección. También se han registrado casos de fibrosis pulmonar, sobre todo en los pronósticos más graves, con daños en el tejido pulmonar y la formación de cicatrices. Entre los pacientes que han pasado por cuidados intensivos puede presentarse el síndrome post-UCI, que suele incluir la pérdida de fuerza muscular, cambios en la sensibilidad por la disfunción del nervio, problemas de garganta y para hablar o comer por la intubación, deterioro cognitivo y de la memoria o cambios en la capacidad para razonar. La trombosis es otra de las secuelas más frecuentes tras superar el coronavirus. Suele presentarse en las piernas y los pulmones, y también afecta a los pacientes que han desarrollado cuadros graves, especialmente mayores y quienes tienen antecedentes de trombos. El riesgo en otras enfermedades infecciosas suele reducirse de forma progresiva en los dos meses siguientes. Los expertos recomiendan caminar a diario, siempre que sea posible, porque mover los músculos es la mejor forma de prevenir la trombosis.
Pero en Andalucía, según los datos de la Consejería de Salud, estas secuelas apenas afectan al uno por ciento de los contagiados. Los últimos datos publicados en el BOJA revelan que en Málaga ya se han recuperado 26.715 personas, el 17 por ciento del total de curados contabilizados en Andalucía. El resto de recuperaciones notificadas se distribuyen entre Sevilla (35.864), Granada (27.113), Cádiz (15.975), Córdoba (15.824), Jaén (15.738), Almería (13.731) y Huelva (5.147). Entre los que han ya han recibido el alta hospitalaria, 15.426 personas, el 28 por ciento tiene más de 75 años. Otro 19 por ciento tiene entre 65 y 75 años. En Málaga se han producido ya 2.758 altas hospitalarias, casi el 18 por ciento de todas las que se han producido en la región.
Entre toda esta montaña de cifras, en Andalucía sólo 856 personas (0,3 por ciento) han sufrido secuelas y otras 942 (0,4 por ciento) presentan una evolución provisional pero desfavorable, una cifra que también se debe al descenso de la edad media de los casos diagnosticados, que en esta segunda ola ha bajado hasta entre 42 y 44 años. Los expertos insisten en la importancia de mantener las medidas de distancia social e higiene y recuerdan la obligatoriedad de usar mascarilla, además de recomendar la ventilación continua de espacios cerrados para frenar el avance de la pandemia, de la que la mayoría de contagiados salen ilesos.
Pese a que la mayoría de contagiados no presentan secuelas por el momento, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) recuerdan que el coronavirus es un virus reciente, conocido hace apenas un año, cuyos efectos a largo plazo aún resultan una incógnita. La organización insiste en que pueden producirse complicaciones «persistentes» por el Covid-19. «Es realmente preocupante la cantidad de síntomas que fluctúan con el tiempo. Muchos se superponen a menudo y pueden afectar cualquier sistema en el cuerpo», detalla su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Son síntomas que van desde la fatiga a la tos o la dificultad para respirar, además de inflamación y lesión de los principales órganos, incluidos los pulmones y el corazón, y efectos neurológicos y psicológicos.
Aunque inicialmente se consideró que era un virus que sólo afectaba a las vías respiratorias, el tiempo ha demostrado que también es capaz de introducirse en células de muchos otros sistemas. La heterogeneidad de sus efectos, que oscilan entre la ausencia de síntomas hasta la muerte, pasando por largas semanas en cuidados intensivos, es otro de los enigmas que los científicos tratan de desenmarañar. La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) ha realizado una encuesta entre casi dos mil pacientes con síntomas persistentes de los que cerca de un 15 por ciento presentaban síntomas. También sorprende la diferencia de estos efectos, siendo el cansancio el más frecuente pero abarcando otros problemas como dolor articular y de cabeza, falta de concentración, malestar general, falta de aire y bajo estado de ánimo. Las secuelas graves, como trombos, son menos comunes.
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