Desde 1977, con aquellas multitudinarias manifestaciones reivindicativas en las calles, que en Málaga se cobraron la vida de Manuel José García Caparrós, hasta que el 16 de febrero de 1984 Rafael Escuredo presenta su dimisión como presidente de la Junta, Andalucía vivió años de una ... gran intensidad política y social en lucha por la consecución de un sueño histórico: su autonomía. Dos de los protagonistas de aquellos años, el que fuera primer presidente andaluz electo y el catedrático de Derecho Constitucional y exLetrado Mayor del Parlamento Juan Cano Bueso, acaban de publicar 'Valió la pena. La lucha de Andalucía por su autonomía'. Un libro que es un estudio histórico y político donde a modo de crónica se narran los avatares en la lucha del pueblo andaluz por la consecución de su Estatuto de Autonomía en el contexto de la Transición, las trabas que surgieron en el camino, las dificultades de los primeros años, el hito del 28-F o las tensiones en el seno del PSOE.
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En palabras de Cano Bueso la idea de este libro surge de la necesidad de «recuperar la memoria» para que las generaciones actuales y futuras conozcan la batalla democrática de Andalucía para «recuperar su dignidad como pueblo; un pueblo que no quiso ser más que nadie ni menos que nadie». «Hacia falta un libro que sirviera de referencia sobre lo que significó ese periodo y que viene a cubrir muchos espacios que no se habían cubierto», añade Escuredo en conversación con SUR.
A lo largo de las 380 páginas de esta obra publicada por la editorial Tirant lo Blanch, se aportan nuevos documentos como los textos íntegros que se leyeron en las manifestaciones reivindicativas de 1977 y 1978; analiza la influencia del intento del golpe de Estado de 1981 en el posterior desarrollo del proceso autonómico o los intentos del Gobierno de «embridar» el autonomismo; cuenta las reuniones que Escuredo mantuvo con protagonistas relevantes de la época como el Rey, Adolfo Suárez o Merry Gordon –entonces capitán general de la segunda Región Militar con sede en Sevilla–; o las razones que llevaron al presidente de la Junta a dimitir.
Sobre este último asunto, Rafael Escuredo enumera algunas de las razones que le llevaron a tomar la decisión: el proyecto de reforma agraria andaluza que se impulsó, que era similar a un proyecto de la UCD, y que fue atacado desde diversos ámbitos que consideraban que «quería quitar la tierra a los ricos para dársela a los pobres cuando lo que se buscaba era modernizar el campo andaluz»; las divergencias internas en el PSOE o la «obscena» campaña del diario El País al denunciar que había comprado su vivienda a bajo precio «cuando demostré con documentos que no era así; curiosamente ni el PSOE andaluz ni el nacional salieron en defensa del presidente de la Junta».
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«Rafael Escuredo fue mucho más que el presidente de la Junta porque fue el gran líder donde el pueblo andaluz se reflejaba para provocar una revolución democrática y cívica», añade Juan Cano.
Asimismo, en la obra, Escuredo sostiene que la pugna de Andalucía para acceder a su autonomía por la vía del artículo 151 de la Constitución (el que se aplicó a las llamadas comunidades históricas) «no fue una lucha para equiparar a todas las comunidades; el 28-F fue una lucha para que Andalucía se equiparara a Cataluña y el País Vasco. ¿Qué después vinieran el resto de autonomías? A mí no me molesta, pero no se debe olvidar cuál fue el origen de la lucha de Andalucía». «En el 28-F está el origen de la constitución de Andalucía como entidad política con derechos históricos propios», agrega Cano Bueso.
La celebración de ese referéndum no fue un camino de rosas. En este sentido, el expresidente andaluz añade que Adolfo Suárez, entonces jefe del Gobierno, «no era tan reticente a la celebración del referéndum del 28 de febrero, pero sí lo era el sanedrín que le asesoraba, Martín Villa, Arias Salgado, Pérez Llorca, que le intoxicaron diciéndole que si salía adelante el referéndum, luego ganaría las elecciones el PSOE».
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'Valió la pena. La lucha de Andalucía por su autonomía' aborda un asunto que está de actualidad hoy día como es el modelo territorial de España. En este sentido, los autores reflexionan sobre el futuro y abogan por una reforma constitucional, cuando el momento político lo permita, para que el Estado autonómico concluya en uno federal. Asimismo, Rafael Escuredo aporta una última reflexión: la reivindicación de que en la enseñanza pública se incluya una asignatura para que las nuevas generaciones conozcan la historia de Andalucía y su lucha por lograr su autonomía.
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