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Mucha diplomacia y nada de frentismo. Esa es la fórmula que la Junta de Andalucía quiere se aplique ante el desafío que plantea la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump y su política de aranceles a las importaciones.
El presidente republicano ya supuso ... en su primer mandato un fuerte dolor de cabeza para las empresas andaluzas, especialmente las agroexportadoras, al imponer aranceles a productos como el aceite de oliva o la aceituna de mesa, algunos de los cuales se mantuvieron durante la gestión de Joe Biden.
Ahora, con el regreso de Trump con un mayor ímpetu incluso que en su primer mandato, la amenaza para la economía andaluza es mayúscula. Estados Unidos ocupa un lugar de gran importancia como importador de productos andaluces, con más de 2.900 millones de euros en los once primeros meses del año pasado tras haber crecido un 0,5 por ciento en relación con el ejercicio anterior.
Esa cantidad supone un 8 por ciento del total de las exportaciones andaluzas y sitúa al mercado estadounidense como el quinto en importancia, sólo por detrás de cuatro países europeos: Alemania (11,3% del total), Francia (10,5%) , Italia (9,3%) y Portugal (8,9%). Por ese motivo, la portavoz del Gobierno andaluz y Carolina España, reivindicó una política proactiva frente a la nueva realidad y subrayó que la diplomacia tiene mucho trabajo que hacer. «Instamos y pedimos al Gobierno de España que es mejor llegar al acuerdo, al diálogo, a la negociación; las relaciones comerciales tienen que ser buenas», advirtió antes de señalar que las actitudes frentistas pueden suponer un riesgo.
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